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El coste de los carburantes continúa su suave cuesta abajo impulsada por un petróleo barato. Desde que comenzó el año,  la gasolina y el gasóleo se han abaratado entre un 15% y un 20% mientras que el crudo ha perdido dos tercios de su valor. De hecho, el barril de crudo WTI (Texas) ha llegado a cotizar en negativo. ¿Por qué esta diferencia? La mayoría de lo que pagamos al repostar son impuestos. Hacemos un prueba. ¿Cuánto nos costaría llenar el depósito si el crudo costara cero? Hacemos los cálculos con la ayuda de Inés Cardenál, portavoz de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP). La respuesta es que la gasolina valdría algo más de 80 céntimos el litro y el diésel, poco más de 70.

Caída en picado de la confianza: un descenso de 11 puntos y roza los niveles alcanzados en los peores momentos de la crisis de 2008. En la eurozona el desplome es de 22,7 puntos, mientras que en el total de la Unión Europea el valor es ligeramente superior: ha caído 22 puntos. Los datos siguen la tendencia a la baja de marzo, aunque cabe resaltar que no se pudo contar con las cifras de Italia para este estudio.

Es la conclusión de la encuesta elaborada por la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), que confirma que los consumidores vamos a mirar mucho más el bolsillo que antes de que empezara la pandemia, apostando por ofertas y promociones, marcas blancas y artículos básicos para cocinar en casa. El informe también concluye que compraremos más producto nacional y haremos la compra en establecimientos cercanos a nuestro hogar. Informa David Vidueiro.

La manipulación de los alimentos en la crisis del coronavirus es motivo de dudas. El Portavoz de la OCU, Enrique García, ha dejado claro no hay constancia de que el COVID-19 se transmita por los alimentos. En cualquier caso, ha dejado claro que cualquier alimento cocinado a más de sesenta grados perdería cualquier riesgo de pasar el virus. En cuando a los alimentos que se consumen crudos -por precaución- basta lavarlos con agua y unas gotas de lejía. Insisten desde la OCU en que lo fundamental es siempre mantener las medidas de higiene que pasan por lavarse las manos cada vez que tocamos una superficie.

El consumo de harina y levadura ha aumentado un 50% en la segunda semana de confinamiento. Los productos de repostería incrementan su venta incluso online. No es el unico producto con más ventas, también los tintes para el pelo.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha dicho que ha dado instrucciones para que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado dejen de realizar listas de los productos susceptibles de ser adquiridos en los locales que pueden abrir durante el estado de alarma por el coronavirus. "Cuando algo no es correcto, intentamos tomar las medidas precisas" ha dicho en respuesta a una periodista que le ha preguntado por las multas que se han impuesto a algunas personas por haber salido a comprar cosas que los agentes consideraron no esenciales, sin que en la legislación se haya concretado cuáles tienen esa consideración.

El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha aclarado algunas de las dudas de los ciudadanos sobre cómo afecta el confinamiento a los servicios que ya teníamos contratados, pero que no se pueden prestar durante el estado de alarma. Por ejemplo sabemos que no hay que seguir pagando la cuota de las guarderías porque no pueden ofrecer material didáctico por Internet. El caso de los colegios, universidades o masters, el escenario es distinto porque pueden encontrar fórmulas para seguir impartiendo las clases a través de Internet. Eso sí, en ningún caso pueden cobrarnos por las extraescolares o el comedo.

Podemos pedir a los gimnasios o a las escuelas de idiomas que nos devuelvan el dinero, aunque estos tienen la opción de ofrecernos el servicio no pretado cuando termine el estado de alarma. La última palabra la tiene el cliente.

En el caso de los paquetes turísticos contratos, la agencias de viajes pueden ofrecer un bono que se podrá utilizar durante un año. Si al cliente no le interes tendrá derecho a reclamar que le devuelvan el dinero, igual que con los billetes de avión o las reservas de hotel.

El cierre de colegios encendió las alarmas y subieron las compras del súper. Compramos el triple de paquetes de legumbres, el doble de pasta y un 70% más de papel higiénico. Ahora el consumo se ha moderado, y adaptado a las nuevas circunstancias.

Picamos más entre horas y se venden más caprichos, chocolate, café o cerveza, porque parte del consumo que se hacía fuera del hogar, ahora se hace en casa.

La compra de cerveza ha aumentado un 22% y la de café un 27%.

Compramos en el punto de venta más cerca de casa que nos exponga menos al exterior, dando una oportunidad a las cadenas con más dispersión. Una de ellas es Dia, que hará mil contratos para sus sevicios por Internet.