En las primeras horas de la riada, en Valencia llegó a haber un cuarto de millón de personas sin electricidad, se destruyeron kilómetros de carreteras y de vías férreas. Pocos días después, el flujo eléctrico empezó a llegar a los barrios con generadores y las carreteras y vías del tren fueron reconstruyéndose casi a ritmo frenético. ¿Cuál es la situación general de las infraestructuras en estos momentos?
El coste de la reparación de las infraestructuras en Valencia por la DANA se ha cifrado en 3.000 millones de euros. Hay varios puntos afectados que ya han vuelto a la normalidad. Por ejemplo, la totalidad de las carreteras del Estado, principalmente la A-3 y la A-7, vuelven a estar operativas los 160 kilómetros que resultaron dañados. También 16 de las 19 carreteras comarcales afectadas se han reabierto al tráfico. Sin embargo, la red de cercanías es la que más se resiente: en un mes se han logrado recuperar 226 kilómetros, mientras 100 siguen afectados. Nuestro compañero Guillermo Hernández ha hablado con Fernando Ugena, responsable de Adif en la Comunidad Valenciana.
La catastrófica DANA deja 230 víctimas mortales, 222 de ellas en Valencia, donde todavía hay 4 personas que no han sido localizadas. La tragedia sigue siendo visible en las localidades de Valencia que han quedado completamente machacadas por la riada. Allí, en la zona cero, la estampa ha ido cambiando con el paso de los días. De aquellas calles cubiertas de lodo ahora queda una capa marrón y unas dificultades que los vecinos tratan de superar con la ayuda que sigue llegando desde todos los rincones del país. Allí está Yolanda Martínez.
Casi 70.000 viviendas han resultado dañadas por la riada y el elevadísimo número de bajos anegados han llevado a muchos vecinos a cerrar sus negocios. Hay más de 28.000 personas que se han tenido que acoger a un ERTE, porque hay que tener en cuenta que la zona es un gran cinturón industrial. Guillermo Hernández, enviado especial del área de Economía de RNE, ha estado en una oficina móvil de empleo.
La DANA dejó unos registros de lluvia nunca vistos. Un fenómeno torrencial que en tierra se convirtió en un auténtico tsunami que fue arrasando con todo aguas abajo hasta llegar a la albufera de Valencia. Los expertos aseguran que el Parque Natural, que ha resultado muy dañado, redujo daños y salvó vidas. José Miragall nos cuenta todos los detalles.
Un mes después de la DANA, las madres de los pequeños que se encontraban en una guardería a pocos metros del barranco del Poyo recuerdan como sufrieron aquel día. El agua provocó importantes destrozos en el centro, que se encuentra inutilizable, mientras las familias buscan soluciones.
Un mes después de producirse la DANA, los municipios afectados piensan en soluciones para evitar tragedias como la sucedida en Valencia. Los expertos descartan el cemento como solución a las inundaciones y optan por instalar altillos en viviendas de planta baja. Otros cambios afectan a la normativa de parkings, como indica la alcaldesa de Benetússer: “A la hora de construir nuevos parkings, vamos a ver cómo optamos para hacerlos en superficie sabiendo lo que ha ocurrido”.
Hace ya un mes que la DANA azotó Valencia y causó graves estragos. Varios puentes del barranco del Poyo se derrumbaron por la fuerza del agua y dejaron aislados a multitud de vecinos. Los protagonistas de la tragedia cuentan de primera mano cómo han vivido este último mes y todo lo que aún queda por recuperar.
Aunque en algunos barrios los avances son visibles, a las zonas más castigadas por la DANA les queda todavía un largo camino hasta recuperarse por completo. Mientras tanto se trabaja sin descanso para retirar el barro en calles y garajes. Algunos vecinos han recuperado la rutina, en cambio, otros necesitan ayuda en su vida cotidiana. Los bares han empezado a servir y la correspondencia postal vuelve a circular. El principal problema se concentra ahora debajo del suelo, los bomberos siguen trabajando para sacar todo el lodo de los garajes. Las grúas han recuperado muchos coches pero la mayoría siguen amontonados en los descampados.
A las zonas más castigadas por la DANA les queda todavía un largo camino hasta recuperarse por completo. Se trabaja sin descanso, y en algunos barrios los avances son visibles, pero quedan todavía muchas zonas llenas de barro. Algunas personas mayores y con movilidad reducida siguen atrapadas porque muchos ascensores aún no funcionan. Y los bomberos siguen sacando lodo de los garajes.
Toñi y su hijo Juan, de 5 años, caminan 6 kilómetros cada día para coger el autobús que les lleva desde Paiporta a Valencia. Allí acude a un colegio cerca del trabajo de Toñi, ya que el suyo continúa cerrado. Como este, multitud de centros siguen sin abrir un mes después de los destrozos de la DANA del pasado 29 de octubre. Izan prácticamente no ha salido de casa desde la tragedia. Su colegio sigue cerrado y en vez de niños y profesores solo hay miembros de la Unidad Militar de Emergencias. Casi 10 mil alumnos siguen sin poder ir a clase.
En cuanto a los más mayores, los de Bachillerato, podrán hacer las pruebas de acceso a la universidad un mes después. Algunos institutos continúan anegados y tienen que dar las clases en formato online. Unas circunstancias que dificultan mucho el estudio para unos alumnos que en unos meses se jugarán su futuro en la PAU.
Un mes después de la tragedia de la DANA de Valencia, que deja por el momento un recuento de 222 fallecidos y cientos de miles de afectados, varios municipios continúan las labores de limpieza y vuelta a la normalidad. Ese 29 de octubre, la lluvia comenzó a caer con intensidad en algunos puntos desde por la mañana. Por ejemplo, en Algemesí, Alzira o Carlet llegaron a acumularse más de 200 litros por metro cuadrado. Una situación que también llegó a zonas de interior, como en Utiel. Allí se desbordó el río Magro, provocando los primeros destrozos. A primera hora de la tarde, el Centro de Coordinación de Emergencias lanzó una alerta hidrológica en los ríos Magro y Júcar. La presa de Forata había rebasado su capacidad máxima. Chiva y Turís también registraron cantidades de agua nunca vistas, que acabaron en la rambla del Poyo. Poco a poco, localidades como Aldaia, Torrent, Picaña o Paiporta comenzaban a anegarse.
Andrés Gómez, meteorólogo, explica en La hora de La 1 de TVE cómo las superficies impermeables agravan inundaciones y las soluciones naturales minimizan los impactos. El agua puede correr hasta cinco veces más rápido en estas superficies, lo que aumenta los impactos. El día en que se cumple un mes de la DANA que ha dejado 222 fallecidos en Valencia, el meteorólogo ejemplifica con municipios valencianos y explica qué es lo mejor que hay que hacer en casos de graves inundaciones.