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"Bodas y estrellas de cine" es el título de un libro que recopila las mejores bodas, reales y de ficción, de las últimas seis décadas en Hollywwod. De Lauren Bacall y Bogart a Marilyn y Arthur Miller o los ocho matrimonios de Elizabeth Taylor. Un volumen de 300 páginas en el que sentirnos como un invitado más a la boda.

El Camp Nou, el estadio 5 estrellas UEFA más grande de Europa debuta como escenario de bodas. Socios y aficionados podrán darse el sí quiero en diversas instalaciones del club. Según el Barça hay muchas parejas interesadas, incluso de países como China y Japón.

Los príncipes Alberto II y Charlene de Mónaco se han dado este sábado un nuevo baño popular tras la celebración de su boda religiosa, con un recorrido por lugares emblemáticos del Principado hasta la iglesia en el que la novia ha depositado su ramo

  • Una vez más, la elegancia ha ido de la mano de los Grimaldi
  • Los colores de los invitados, desde el pastel al naranja chillón
  • Pamelas y tocados también han sido los grandes protagonistas

El príncipe Alberto II de Mónaco y la sudafricana Charlene Wittstock han sido declarados marido y mujer esta tarde en una ceremonia civil celebrada en el Salón del Trono del Palacio Grimaldi. La ceremonia ha comenzado puntual, a las 17.00 horas y apenas quince minutos después se ha dado por terminada, cuando los novios, primero Alberto II y después Charlene, firmaron en el registro. Tras ser declarados marido y mujer, Alberto ha besado la mano de su esposa y le ha guiñado un ojo.

  • Alberto de Mónaco y Charlene se casarán en una ceremonia civil y otra religiosa
  • El calendario de festejos incluye conciertos al aire libre y fuegos artificiales
  • Los monegascos serán testigos e invitados de excepción al enlace

El príncipe Alberto de Mónaco y su prometida Charlene han concedido una entrevista a falta de cuatro días para su boda. 'La mañana de La 1' recupera algunas de las preguntas.

 

Un Nodo de 1956 recuerda la boda entre el príncipe Rainiero III de Mónaco y Grace Kelly, la más glamurosa de la realeza europea. La falta de representación de las casas reales estuvo compensada con la asistencia de lo más granado del panorama hollywoodiense. Con la llegada de la actriz estadounidense a la casa Grimaldi se inauguró uno de las épocas más doradas del principado.