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La opa del BBVA sobre el Banco Sabadell sigue adelante. Este miércoles, el Banco Central Europeo (BCE) ha notificado su no oposición a la operación, un paso importante dentro del proceso. "Esto era, de alguna manera, el núcleo de la supervisión. ¿Hay solvencia suficiente? ¿Generaría un problema financiero? Evidentemente, esto ya se ha descartado", explica a La Hora de la 1 Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Universidad de Valencia.

Ahora quedan por delante al menos dos informes más, uno que realizará la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC), y luego ya la autorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para poder materializar la compraventa en sí. "Normalmente se espera a que estén todos los informes, aunque la CNMV podría autorizarlo antes. No obstante, probablemente se espere" para ver qué impacto podría tener sobre la competencia esta fusión, señala Carbó.

Entretanto, los accionistas del Sabadell tendrán que decidir si se suman o no a esta opa. "Están en ese proceso de reflexión", indica el economista, que hace hincapié en que mientras tanto podría variar el valor por acción y el de los tipos de interés. Además, indica que se trata, en general, de un proceso "lento" y que probablemente se alargue más de lo previsto por el BBVA, que quería rematarlo antes de que acabara 2024. "Aún quedan meses, dudo que pueda hacerse en 2024 (...), pienso que, con los informes que hay, es difícil que se haga a lo largo de este año, por lo que nos iríamos a principios de 2025", estima Carbó.

El colapso informático provocado por el fallo de los sistemas de Microsoft ha provocado incidencias a nivel global en aerolíneas, bancos y sistemas sanitarios. Comenzó en Estados Unidos pero se ha extendido por todo el planeta. Un efecto dominó en el que iban cayendo empresas, medios de pago, servicios de emergencia...

Las familias españolas tenemos más dinero que nunca en el banco o invertido. Y, si a eso le unimos que estamos amortizando créditos como las hipotecas, el resultado es que la riqueza financiera de los hogares está en máximos históricos: más de 2,1 billones de euros. Aunque eso no quiere decir que tengamos más poder adquisitivo. Foto: Getty