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Hablamos con Miguel Ángel Hernández de “El dolor de los demás” (Anagrama), novela en la que se adentra en uno de los momentos más duros de su vida: en la Nochebuena de 1995 su mejor amigo mató a su hermana y se suicidó. Más de 20 años después, el escritor vuelve a la huerta murciana en la que nación y se crió, y donde sucedieron unos hechos que cambiaron su vida. Y lo hace con el objetivo de saber por qué protagonizó aquellos hechos su mejor amigo de la infancia.

Antes de hablar con Miguel Ángel Hernández escuchamos a Samanta Schweblin leernos unas líneas de “Nikitas” (Literatura Random House), novela en la que nos presenta a unas inquietantes mascotas domésticas que alguien maneja con u ordenador desde cualquier lugar del mundo. Según la escritora argentina, son una especie de fusión entre la mascota doméstica y un móvil de última generación, con cualidades de un ron. Mascotas capaces de invadir la intimidad de los protagonistas de una novela que se desarrolla en 25 ciudades de varios continentes.

La recomendación de los oyentes la envía Bego Rubio desde Melilla: “Las letras entornadas, de Fernando Aramburu.

Y la breve reseña de la portada se centra en “La vuelta al mundo en 80 cementerios” (Luciérnaga), de Fernando Gómez.

Entrevista de Manuel Pedraz a Miguel Ángel Hernández, para el programa Historias de papel, sobre “El dolor de los demás” (Anagrama). El escritor vuelve al territorio de su infancia, la huerta murciana, para saber por qué su mejor amigo protagonizó unos hechos que marcaron su vida: en la Nochebuena de 1995 asesinó a su hermana y se suicidó. La huerta se concierte en un personaje más de una novela desgarradora, en la que aborda temas como el perdón y la culpa o la importancia que la educación de la iglesia católica tiene en un contexto tan cerrado como el de la huerta

Entrevista de Manuel Pedraz a Samanta Schweblin, para el programa Historias de papel, sobre “Kentukis”, novela en la que nos adentramos en las intimidades domésticas de sus protagonistas, a través de los unos robots que se venden como mascotas. La particularidad es que quien las maneja, conocido o desconocido, puede estar en cualquier rincón del mundo. La soledad, la incomunicación o los límites de la intimidad son algunas de las cuestiones que la escritora argentina plantea en una novela que se desarrolla en 25 ciudades de varios continentes. Los robots domésticos de compañía, que pueden tener la forma de cualquier animal, nacen de la mezcla de una mascota con un móvil de última generación, con algunas características de los drones.

“Cabezas cortadas” (Seis Barral) es una novela generacional que protagoniza María, una mujer camino de los 40 años, que tiene que emigrar (exiliarse por motivos económicos) a una ciudad europea, que bien podría ser Londres, en la que va escribiendo una especie de diario que refleja su soledad, su desarraigo y su rebelión contra la realidad que le ha tocado vivir. Una realidad que no se corresponde con la que le dibujaron en su infancia y adolescencia, cuando le dijeron que con una buena formación universitaria lograría un futuro mejor que el de sus padres

Entrevista de Manuel Pedraz a Pablo Gutiérrez, para el programa Historias de papel, sobre “Cabezas cortadas” (Seix Barral), novela en la que se adentra en la desesperación de la generación a la que la crisis sorprendió en la veintena y que tuvo que emigrar, o exiliarse por motivos económicos, para buscar un futuro que, en muchos casos, tampoco encontraron en el extranjero. Es lo que le ocurre a su protagonista, María, que trabajaba en una cafetería del centro de una ciudad, que podría ser Londres, y que vive en un barrio marginal del extrarradio, donde el radicalismo y el islamismo marcan su vida. En el autobús que la lleva de su trabajo a su domicilio, va escribiendo una especie de diario en el que vuelca su soledad, su frustración y su espíritu destroyer con una sociedad en la que se siente una desarraigada.

Entrevista de Manuel Pedraz a Fernando Gómez, para el programa Historias de papel, sobre “La vuelta al mundo en 80 cementerios” (Luciérnaga), un recorrido que inicia (como su titulo sugiere) en el cementerio de Amiens, ante la tuba que Julio Verne diseñó para él y que no desentona para nada con su personalidad y trayectoria. A partir de ahí, Fernando Gómez recorre los cinco continentes para mostrarnos cementerios de todo tipo, pelaje y creencias. Los hay de aspecto tétrico como el judío de Praga, inquietante como el de muñecas que encontró en México, auténticos vergeles naturales como el de Estocolmo, vacíos como el de desaparecidos en el mar que hay en una población chilena o casi atracciones turísticas como el de Pere Lachaise en Paris. El necroturismo se ha convertido en toda una opción de viaje y Fernando Gómez aporta argumentos con este libro en el que hay cementerios con las cajas colgadas de árboles o los que, por sus bajas temperaturas, conservan los cadáveres congelados, cementerios divertidos como uno en Polonia o casi mitológicos como el de los 47 ronin en Japón o el de los suicidas de Berlín.

(Entrevista de Manuel Sollo). Una escritura feminista, que entrelaza lo íntimo y lo colectivo, la rabia y el perdón, elaborada desde la frontera de la denuncia y la reivindicación de los humillados y ofendidos de nuestro siglo. Irene Domingo Longares, que firma como Irene X, sustenta sobre este andamiaje su nueva obra "La chica no olvida", con la que obtuvo el I Premio ESPASAesPOESÍA. La respaldó un jurado integrado por Luis Alberto de CuencaAna PortoMarwanAlejandro Palomas y Belén Bermejo. La autora, de 28 años, se encarama así a la cima de la nueva poesía urbana, tras la publicación de seis volúmenes y lograr un seguimiento masivo en las redes sociales. El dolor, la solidaridad, el amor, con mirada de mujer, transitan por estos versos, que aquí lee y sobre los que reflexiona esta joven poeta.