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Entrevista de Manuel Pedraz a Fernando Aramburu, para el programa Historias de papel, sobre “Patria” (Tusquets), la novela en la que se acerca a las consecuencias del terrorismo de ETA en la convivencia de las familias vascas. Dos mujeres, dos madres de familia, que sufren de manera diametralmente opuesta las consecuencias de la violencia, protagonizan esta novela, que Fernando Aramburu dice que lleva escribiendo prácticamente toda su vida. Una de las madres ve cómo su marido muere asesinado por ETA y la otra, cómo su hijo se “pudre” en la cárcel acusado de asesinar, entre otros, al marido de la que hasta entonces había sido su mejor amiga.

Entrevista de Manuel Pedraz a Idelfonso Falcones, para el programa Historias de papel, sobre “Los herederos de la tierra” (Grijalbo), la novela en la que continúa contando la historia que inició en “La catedral del mar”. En la Barcelona de finales del siglo XIV y principios del siglo XV, en plena expansión de la ciudad hacia el Raval, tiene que buscarse la vida un joven huérfano, Hugo Llor, al que apadrina Arnau Stanyol, el protagonista de La catedral. La ciudad se embarca en la expulsión de los judíos y en una lucha sucesoria que, tras el Compromiso de Caspe, le arrebata el poder al Conde de Urgell. Hugo Llor conoce a un judío que le descubre los secretos de la crianza del vino, de cuya sobrina se enamora, lo que termina por complicarle la vida.

(Entrevista de Manuel Sollo a Fernando Fabiani). Las series de televisión han distorsionado la imagen tradicional de los médicos. Google han sustituido a las viejas enciclopedias de salud. Así las cosas no es raro que los facultativos tengan que lidiar con situaciones increíbles pero reales, sobre todo si atienden de cualquier tipo de dolencias desde adolescentes a ancianos. Uno de ellos, Fernando Fabiani, también director de la compañía de teatro sevillana Síndrome Clown, ha reunido sus anécdotas en "Vengo sin cita. Historias inconfesables de un médico de familia" (Aguilar), con ilustraciones de Laura Santolaya y prólogo de Manu Sánchez. Al humor de citas y circunstancias de la carrera a la consulta, une la intención didáctica de promover un buen uso de la sanidad pública. Lo cuenta a través de un álter ego, Teodoro Jarcia, Teo, doctor que a los 40 años hace balance de su vocación y de los cambios profesionales. En el origen del libro está el blog de Fabiani sobre sus experiencias médicas y el twitter @dijoelpaciente.

(Entrevista de Manuel Sollo a Rosa Ribas). España, 1959. Los barcos de la Sexta Flota estadounidense atracan con asiduidad en el puerto de Barcelona. Las plácidas relaciones hispano-norteamericanas se enturbian con la muerte de un marine en el Barrio Chino, un suceso que se cruza con el supuesto suicidio de una costurera. De ambas historias parten Rosa Ribas y Sabine Hofmann para crear la trama de "Azul marino" (Siruela), la novela que cierra la trilogía negra que han escrito conjuntamente sobre la España de los años 50, y que incluye "Don de lenguas" y "El gran frío". En este volumen, la periodista Ana Martín,  protagonista de la serie, acompaña al inspector Isidro Castro en una investigación que deja al descubierto las sumisas relaciones de los jefes franquistas con los mandos norteamericanos y la implacable censura de la época. También asistimos a las confabulaciones de una alta sociedad hipócrita y depravada con los bajos fondos del tráfico de drogas y la prostitución. Ribas también ha publicado este año "Si no, lo matamos" (Grijalbo), la cuarta entrega de la saga protagonizada por la comisaria hispano-alemana Cornelia Weber-Tejedor.

Esta semana nos colamos en el ensayo de cinco mujeres científicas de profesión pero que también comparten su pasión por el teatro y la divulgación científica, sobre todo, entre las niñas. Se han subido al escenario para representar la obra" Científicas: pasado, presente y futuro" escritas por ellas mismas junto al técnico de laboratorio Paco Vega que, en su día, tuvo la idea de divulgar la ciencia en femenino porque todavía hay prejuicios sobre las mujeres científicas que se trasladan a las niñas.

Estas mujeres y madres científicas lograron cumplir sus sueños con mucho esfuerzo y horas de dedicación porque investigar es su gran pasión. La más veterana, Adela Muñoz, Catedrática de la Universidad de Sevilla del Departamento de Química Inorgánica, también ha sido la que más ha tenido que luchar para hacerse un hueco dentro del mundo científico copado todavía por los hombres, sobre todo a partir de cierto nivel. Es una gran divulgadora de las científicas del pasado. Entre las científicas del presente también está María Carmen Romero que es doctora en ingeniera informática e investiga en el ámbito de la inteligencia artificial y la computación afectiva. O la morena María José Jimenez doctora en matemáticas que investiga sobre el análisis topológico de imágenes digitales en el mismo departamento de matemática aplicada que su compañera de escena, Clara Grima o la más jóven científica en esta obra divulgativa, Isabel Fernández, que se interesa por el análisis geométrico. Todo eso lo cuentan en la obra con ejemplos divertidos y fáciles de entender pero antes se han puesto en la piel de otras científicas que han hecho historia pero que han pasado desapercibidas, tal vez por ser mujeres.

Ellas nos presentarán a Hipatia de Alejandría que fue considerada la primera mujer científica de la historia. Filósofa, matemática y astrónoma. ¿Y conocéis a la primera persona que creó lo que hoy en día se conoce como un programa de ordenador? Fue una mujer y se llamaba Ada Lovelace. ¿Y a Marie Curie? Ella obtuvo el Premio Nobel de Física en el año 1903 y de Química en 1911. Seguro que os sorprenderá saber que una de las mujeres más hermosas del cine para muchos, Hedy Lamarr, tuvo una mente prodigiosa para la ingeniería. De hecho, uno de sus inventos se puede considerar el precursor de las comunicaciones inalámbricas. Y a Rosalind Franklin se le conoce porque fue la autora de importantes contribuciones para la comprensión de la estructura del ADN, del ARN, de los virus, del carbón y del grafito.

Todas ellas rompieron moldes para ser científicas porque eran mujeres y les costó mucho que se reconocieran sus investigaciones. Pero hoy en día siguen siendo nombres que no aparecen entre los 'grandes de la ciencia' en los libros por eso es importante recordar a estas mujeres y divulgar sus éxitos. Hoy en día se ha avanzado y ya hay mujeres catedráticas pero siguen siendo pocas las que llegan o forman parte de la Academia de la Ciencia. Además, les penaliza mucho la maternidad, es difícil conciliar sus dos pasiones, los hijos y la ciencia. Son años que muchas pasan en el dique seco. Y en general tienen que demostrar mucho más que un hombre para llegar al mismo lugar. Algo absurdo porque el cerebro, como la ciencia, no tienen sexo. Los niños son el futuro , tanto ellos como ellas. Pero hay que concienciar de la igualdad de oportunidades para las niñas que quieran ser científicas, ofrecerles las mismas herramientas que a los niños y generar esa conciencia de igualdad desde pequeños dándoles ejemplos y contando también los logros de las científicas de nuestra historia.