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En Portada. "La ola que trajo la paz"

  • En Portada viaja hasta Aceh para retratar la reinserción de ex-combatientes
  • El tsunami de 2004 puso punto final a un conflicto separatista de casi 30 años

La zona costera de Aceh fue una de las más castigadas por el maremoto    

Por
En portada - La ola que trajo la paz

FICHA TÉCNICA

Guión y Realización - Pilar Requena

Imagen - José María Ortiz

Sonido - Javier Pérez

Productora - Ana Pastor

La idea de este reportaje surgió al leer en marzo un artículo en el New York Times sobre unos ex rebeldes reconvertidos en guardabosques. Se trataba de antiguos guerrilleros del Movimiento de Aceh Libre, el GAM, en la provincia autónoma indonesia de Aceh, situada en el extremo norte de la isla de Sumatra.

La selva fue su refugio, su retaguardia y también escenario de enfrentamientos con las tropas del régimen de Indonesia en un conflicto separatista que duró casi treinta años. Ahora, aquellos rebeldes son los guardianes de esa jungla, la de Ulu Masen, los encargados de protegerla frente a taladores ilegales o cazadores furtivos. Era un tema interesante para un reportaje: la reinserción de antiguos combatientes.

El tsunami, punto de inflexión en la historia de Aceh

Pero, además, el lugar traía a la memoria una terrible tragedia ocurrida allí: el tsunami: del 26 de diciembre de 2004: que afectó a doce países del Océano Índico y que causó casi un cuarto de millón de muertos. La peor parte se la llevó la zona costera de Aceh y en especial su capital, Banda Aceh, con más de 166.000 personas fallecidas.

Es muy probable que la enorme mayoría de nosotros recuerde más el tsunami que el conflicto que desangraba esa región. De hecho, la zona estaba aislada del mundo, el acceso de los extranjeros era prácticamente imposible. Y es también muy probable que pocos sepan que fue la mortífera ola la que abrió la puerta al final del sangriento conflicto (de ahí el título de este reportaje La ola que trajo la paz).

Los rebeldes, tres días después del tsunami, decidieron decretar un alto el fuego y, apenas ocho meses más tarde, se firmaba un acuerdo para la paz entre la guerrilla y el gobierno indonesio.

Y había otro componente que llamó también nuestra atención. Muchos analistas consideran que la operación de reconstrucción y recuperación de la zona después del tsunami es un ejemplo a seguir. Con la ingente ayuda internacional,  7.000 millones de dólares, se han construido 140.000 casas nuevas, 1.700 colegios, casi 1.000 edificios oficiales, 36 aeropuertos y puertos, centenares de mezquitas, 363 puentes y kilómetros y kilómetros de carreteras.

Nuestra sorpresa llegó cuando pedimos el visado a Indonesia: tuvimos que esperar más de cinco semanas hasta que nos lo concedieron. Para el gobierno de Yakarta, Aceh sigue siendo una "zona sensible", algo que me resultó entonces, y también después de nuestro viaje, incomprensible, porque en ningún momento percibimos ningún tipo de tensión.

Eso sí, la región se enfrenta a muchos retos de cara al futuro: el desarrollo económico una vez que la ayuda internacional llegue a su fin, la reinserción de los antiguos rebeldes -algunos han caído en la delincuencia y no hay trabajo para todos-, el mantenimiento de la paz, el disfrute de la población de los beneficios de sus ricos recursos naturales -una de las causas principales del conflicto- o la situación de las mujeres y sus derechos y participación en la vida política.

Policía de la sharia

Estaba especialmente interesada en cuál era la situación de las mujeres toda vez que en Aceh rige la sharia, la ley islámica. Y lo primero que me sorprendió fue ver en las calles a mujeres y chicas jóvenes conduciendo motocicletas o yendo con sus novios, vestidas con vaqueros, incluso algunas sin velo en un café de Banda Aceh. Nada que ver con lo que conocía de otros países donde hay sharía.

Y todo esto choca mucho con la existencia de una policía de la sharia. Pudimos comprobar, durante una patrulla, cómo estos agentes de la virtud y la moralidad amargaban sus momentos de privacidad a los  jóvenes. La sensación es que a la mayor parte de la gente no le gusta esta policía pero nadie se atreve a decir nada contra la sharia en público porque correría el riesgo de ser tachado de mal musulmán.

La importancia de la religión en Aceh

La religión es muy importante para los aceneses. Es la Fe la que les ha ayudado a superar el trauma y la tragedia del tsunami y la pérdida de sus seres queridos. Todos aseguraban que era el designio de Alá, Dios.

Nos sorprendió mucho que nadie llorase al recordar aquellos terribles momentos. Pero no sólo se trata de resignación. Como me comentó Linda North, una británica casada con un acenés, los aceneses muestran al extraño, al extranjero, siempre su mejor cara y sus mejores galas, aunque la procesión va por dentro.

El marido de Linda perdió a 300 familiares en el tsunami. Ellos sobrevivieron porque estaban ese día en Yakarta. La ola arrasó su pueblo. Pero, en lugar de lamentarse, ahora enseñan a jóvenes a cuidar la naturaleza y el medio ambiente.

Aceh es mucho más que un tsunami, es la superación de la tragedia, el final de un conflicto, la defensa de la naturaleza, la convivencia con la sharía pero, sobre todo, es  sus gentes y su instinto de supervivencia, sus miedos y sus esperanzas.