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Elige tu propia aventura

Ver también el especial del primer  año en antena

Por
Luis en su viaje a Estocolmo

Awa awa

- ¿Cómo?

- ¡Awa awa! Ése es su saludo. Conviene que lo recuerdes porque te va a impresionar lo que estás a punto de ver.

Guillermo, un valenciano que pasó de tener un pub en Gandía a trabajar con las tribus que habitan en el corazón de la selva de Camerún, me advertía de cómo debía saludar a los pigmeos cuando llegáramos a su campamento. Toda mi vida había oído hablar de los pigmeos. Sabía, como todos, que son bajitos y buenos cazadores. Pero había algo aún más característico de ellos que desconocía. Algo mucho más importante.

Habíamos remontado el río Sanaga en canoa y ahora caminábamos entre la espesa selva tropical del sur del país. Guillermo nos había dicho que en menos de una hora encontraríamos a los pigmeos. Y no se equivocó. 40 minutos después estábamos rodeados por toda la tribu. Saliron todos a recibirnos. Todos. El jefe del clan el primero, pero después jóvenes, mujeres y niños se arremolinaron entorno a nosotros. Uno por uno nos abrazaron efusivamente mientras gritaban '¡¡awa awa!!'. Cuando nosotros lo repetíamos se descojonaban. ¡¡Awa awa!! Yo estaba impresionado por el afecto que nos mostraban.

No tardé en comprobar que más que bajitos y cazadores, los pigmeos lo que son es hospitalarios. Acababan de cazar dos ratas de campo y nos sentaron a su 'mesa' para invitarnos. Nosotros les habíamos llevado una cazuela con arroz y algo que yo no entendía por qué les hacía tanta ilusión: calendarios.

- ¿Te das cuenta de que en España los calendarios los regalan hasta en los taxis? - Guillermo disfrutaba viendo cómo estábamos flipando mi compañero y amigo Jesús y yo. 

Nos contó que los calendarios les divierten y les ayudan a organizarse.

"Una vida entera concentrada en un año"

Cuando les señalamos con el dedo el día en el que estábamos caí en la cuenta de algo que me dio vértigo. 15 de Diciembre. Justo cumplía un año en este programa. 12 meses viajando, 12 países diferentes,  5 continentes. Se resume en una frase pero es el año más intenso de mi vida. Pensé entonces en cómo era yo hace exactamente un año. Mi vida antes de 'Españoles   en el mundo'. Te la resumo. Ponte en mi lugar:

Eres guionista de un programa semanal de debates y entrevistas. Escribes guiones que no te gustan. No te mueves de tu sitio. No sales a la calle más que para fumar. No ves la luz del sol. Tu vida se convierte en una especie de bucle, de día de la marmota. Entras a las diez, te sientas, escribes, comes, escribes, te levantas a las siete y te vas. FIN.

Y en estos pensamientos andaba yo cuando me rodearon de nuevo los pigmeos para despedirme con otra ronda de abrazos ¡¡awa awa awa!! Cogimos de nuevo la canoa y descendimos el río. Atardecía. Intenté aprovechar el viaje para hacer balance del 2009. Imposible. Cientos, miles, millones de lugares, momentos, sensaciones, sonidos, olores, sabores, personajes, historias, aeropuertos, una vida entera concentrada en un año. 365 días de descubrir y aprender. Como dice Sabina "podría ponerme cursi y decir" que los viajes me han cambiado la vida o la visión global del mundo o que viajar abre la mente o que es como una droga que engancha, bla bla bla... todo tópicos. Ciertos, pero tópicos al fin y al cabo.

"Los libros de aventuras son la vida real"

En cambio de lo que me acordé en la canoa fue de los libros de aventuras que leía de pequeño. Esa colección que se llamaba 'Elige tu propia aventura'. ¿La recuerdas? No me digas que no, que no hace tanto tiempo de eso!! En estos libros el lector, o sea tú mismo, tenía que tomar decisiones que cambiaban el curso del relato. Existían muchos finales diferentes, unos pocos eran buenos y la mayoría malos. Por ejemplo te decían:

Eres un apuesto caballero que quiere salvar a la princesa de las fauces de un dragón. Te encuentras frente al puente que lleva al castillo:

A) si crees que debes cruzar el puente para después subir al castillo y matar al dragón, pasa a la página 8.

B) si crees que debes esperar a que lleguen los refuerzos, pasa a la página 24. Maldito cobarde, les faltaba añadir.

Tú, un joven con agallas, elegías la página 8 y allí leías: te has pasado de chulo, en realidad la princesa está en otro castillo y te devora el dragón. FIN.

Yo estaba enganchado a estos libros y con los años he descubierto que lo que de crío pensaba que era un juego, es la vida real. Cada día tomamos decisiones que aparentemente no van a traer grandes consecuencias pero que en realidad cambian el curso de nuestra vida. Y da pavor sólo pensarlo.

Mientras seguíamos remando en la canoa por el río Sanaga me acordé de la serie de coincidencias que me llevaron a trabajar en 'Españoles en el mundo'. Sí, yo estudié periodismo y llevo 10 años trabajando en televisión, pero la verdad es que fichar por este programa fue un golpe de suerte, de destino o de casualidad. Una de las tres.

La casualidad que me llevó a trabajar en 'Españoles'

Te propongo jugar a "elige tu propia aventura". Te planteo las situaciones reales que se me plantearon a mí antes de que mi vida cambiara:

Un amigo te invita a su fiesta de cumpleaños. Es en un bar cutre. Estará agobiantemente lleno. Esa noche llueve y en TVE emiten Kill Bill, un peliculón.

A) Decides quedarte en casa con tu mantita y tu película de Tarantino. 

B) Vas al cumpleaños y aguantas los codazos de la gente.

Si has elegido la A ya puedes dejar de leer este artículo. Tu vida sigue siendo como la noche: gris y lluviosa. FIN. 

Si has elegido la B te encuentras a una buena amiga que hacía tiempo que no veías y le recuerdas que estás harto de tu trabajo y que quieres cambiar.

Te tomas dos cervezas y te vas a casa. Una semana después suena tu movil cuando vas conduciendo.

A) No lo coges porque es una imprudencia. 

B) Haces una excepción y respondes al teléfono.

Si has elegida la A continuas conduciendo hasta el campo de fútbol donde has quedado con tus amigos. Juegas tu partido y te vas a casa. FIN.

Si has elegido la B hablas con una persona responsable de "Españoles en el mundo" que ha recibido tu currículum de parte de tu amiga la del cumpleaños.

Te cita para un casting. En el casting tienes que entrevistar a una persona al azar. No hay nadie en la calle pero hay dos comercios abiertos.

A) Entras en la tienda de electrodomésticos 

B) Entras en la panadería

Si eliges la A, te encuentras con un señor viudo, serio y que odia que le graben. Pasa al párrafo 4 de este artículo. Pero hazlo de verdad!

Si eliges la B, te recibe una panadera chilena adorable y risueña que te da una divertida entrevista sobre las diferencias entre Chile y España. El casting gusta y en una semana eres reportero de "Españoles en el mundo". Y en dos, estás viajando a Haití.

Pues sí. Esta es mi historia. ¿Destino o suerte? No lo sé, pero me siento afortunado. Lo que no tengo claro es a quién tengo que darle las gracias: si a mi amiga Noemí, que me escuchó en aquel cumpleaños; a la Guardia Civil por no multarme por hablar con el móvil mientras conduzco, o a la panadera chilena. O a mi destino.

Sea a quien sea... gracias. Gracias porque esta nochevieja, en cada una de las doce campanadas me acordaré de cada uno de los 12 viajes. Me acordaré de la ceremonia de vudú en Haití...¡dong! ... de la Mezquita Azul de Estambul... ¡dong!... del parque de Kalemegdan en Belgrado... ¡dong!... de los delfines y las ballenas de Nueva Zelanda... de los piscos en Perú... de la comuna hippie de Christiania en Copenhague... del delta del Mekong en Vietnam... de las bailarinas del Moulin Rouge en París... del Ayuntamiento de Estocolmo... de las playas salvajes de Bali... de la lava del volcán Pacaya en Guatemala... y de los pigmeos de Camerún... ¡dong! Feliz 2010.

El lema de estos libros de los que te he hablado es: "Recuerda que tú decides la aventura, que tú eres la aventura". Yo eso he tenido la suerte de comprobarlo, pero tengo claro que si no fuera por ti que ves el programa cada martes, por ti que te lees nuestro blog y por ti, 'español en el mundo' que nos has recibido en cualquier rincón del planeta, nuestro trabajo no hubiera tenido sentido y en un mes hubiéramos acabado en el paro. FIN.