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Los chivatos no gustan en España

  • La mayoría de los oyentes de Las mañanas de RNE rechazan esta figura
  • Solo se admiten los casos que realizan una función social

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Los inspectores de Hacienda han pedido un fondo reservado para pagar a confidentes, que facilitarían información sobre hechos delictivos tal como tiene la policía.

Ante esta petición de la Organización Profesional de los Inspectores de Hacienda del Estado, el programa Las mañanas de RNE ha abierto los micrófonos a los oyentes para que expresen lo que opinan sobre la figura del chivato. El resultado ha sido concluyente, la mayoría de los españoles rechazan que se delaten aquellas actividades irregulares de aquellos que tenemos en nuestro entorno.

Se han conocido casos anecdóticos como el de Carmen, de Pontevedra, a la que presionaron durante días para que acusara a la compañera de estudios que había lanzado la comida del internado por la ventana; o el de Socorro, de Salamanca, a la que sus amigas protegieron cuando el profesor las descubrió robando las brevas de la higuera de la escuela.

Ana Mª, de Castellón ha contado que rechazó una puesto de trabajo porque su labor consistía en escuchar las conversaciones de los empleados y trasladarle el contenido de las mismas al jefe.

La función social del denunciante sí está bien vista por la población. Pepe, de Valencia, trabaja en la cárcel y allí se necesita información procedente de los reclusos para evitar males mayores, aunque ha afirmado que nunca se premia a los chivatos. Ignacio, de Gran Canaria, en la misma línea, se ha reconocido a sí mismo como delator. Él se ha infiltrado en ocasiones en el mundo de las drogas para ayudar a la policía.

Aunque hay que tener cuidado con las acusaciones, ya que si el informador se equivoca puede ocasionar graves prejuicios. Este fue el caso de Javier, de Logroño, que en tiempos de Franco, fue responsabilizado de algo que no había hecho y no pudo continuar con sus estudios. A Mariano, de San Sebastián lo identificaron con el soplón del jefe por haber subido en su coche y desde entonces sus compañeros de trabajo lo trataron de forma diferente.