Enlaces accesibilidad
Cómic

Manuele Fior vuelve a hipnotizarnos con la poesía literaria y visual de 'Celestia'

  • Hablamos con el italiano sobre su última obra, en la que reflexiona sobre nuestro futuro
  • Más noticias sobre cómic en ‘El Cómic en RTVE.es

Por
Detalle de la portada de 'Celestia'
Detalle de la portada de 'Celestia'

En 2011 el italiano Manuele Fior (Cesena, 1975) nos deslumbró con su maestría al manejar los sentimientos, su estilo (casi impresionista), y su deslumbrante su manejo del color en Cinco mil kilómetros por segundo (Salamandra Graphic), con la que se alzó con el premio a la mejor obra en el festival de Angoulême y que se acaba de reeditar en España.

Pero ahora hablamos con él sobre su última obra: Celestia (Salamandra Graphic), una distopía en la que reflexiona sobre el futuro del ser humano y los desafíos que nos esperan. Y en la que sus bellísimas páginas vuelven a hipnotizarnos.

Una nueva historia de ciencia ficción, tras La entrevista (2014), en la que Manuele vuelve a hablar del futuro, pero ambientándolo en escenarios contemporáneos. “Siempre me ha gustado la ciencia ficción clásica –nos cuenta-. Pero me gusta hablar de esos futuros posibles en contextos más cercanos, más actuales. Y poco a poco he logrado mezclar el tipo de cómic que hacía antes, que se basaba en mis experiencias personales y los lugares que había visitado, con algunos ingredientes de ciencia ficción”.

“Esos elementos han ido cobrando cada vez más importancia en mi trabajo –añade-, hasta convertirse en un tipo de ciencia ficción muy diferente a lo que leíamos en los años 70 y 80, como las obras de Moebius. Y es que el cómic y la ciencia ficción han evolucionado mucho en estos últimos años”.

Página de 'Celestia'

El futuro es de los jóvenes

El cómic nos sitúa en un futuro cercano donde una “gran invasión” llegada del mar hizo huir a la gente. Aunque algunos encontraron refugio en Celestia, una ciudad construida sobre el agua, que alberga a criminales y marginados sociales, pero también a un grupo de jóvenes telépatas. Dos de ellos, Dora y Pierrot huirán de la isla para llegar a tierra firme, donde descubrirán una nueva sociedad en la que los adultos son los guardianes del mundo antiguo, mientras que los jóvenes están desarrollando un nuevo concepto de humanidad.

“Me gusta coger personajes muy reales, con psicologías sólidas, y ponerles en situaciones excepcionales, pero que no dejan de ser situaciones que podrían pasarnos a cualquiera de nosotros –nos cuenta Manuele-.

Le preguntamos por qué los futuros de la ciencia ficción suelen ser pesimistas: “En este momento, imaginar el futuro es un trabajo que casi da pena –confiesa-. Por eso siempre intento mostrar un futuro optimista, un futuro muy parecido al presente, destacando los retos que creo que tenemos que superar para poder enfrentarnos mejor a los nuevos retos que vengan después. Estaría bien empezar superando algunos de esos retos que muestro en Celestia”.

Página de 'Celestia'

“La poesía es fundamental en 'Celestia'”

Uno de los grandes protagonistas de Celestia es la poesía, tanto la escrita (en forma de versos que recita Pierrot), como la visual, con esas bellísimas imágenes de Fior.

“La poesía es fundamental en Celestia –confiesa-. No en el sentido romántico, sino en el sentido de un proceso poético en el pensar las cosas. El 90% de los autores de cómic escriben un guion y luego dibujan las páginas de la primera a la última. Pero yo quise usar un proceso diferente, que ya utilizaba Moebius en los 70, que es la improvisación automática. En vez de tener una historia desde el principio, paso de una imagen a otra. Creo puentes entre diferentes imágenes”.

Eso podríamos considerarlo una forma poética de trabajar, basándome en el proceso de los surrealistas como Dalí o Bretón” –añade-.

Página de 'Celestia'

“Mi única imagen de partida es Venecia”

Entonces… ¿De qué imagen surge esta Celestia? “Mi única imagen de partida es Venecia –confiesa-. No la Venecia que conocemos ahora, sino la Venecia más oscura de sus orígenes, pero que de noche se llenaba de luces. Y es que en esta oscuridad, son los personajes los que, poco a poco, van haciendo la luz. Van descubriendo su propia historia, como en los videojuegos, donde se va abriendo una puerta tras otra, hasta descubrir el fabuloso mundo que rodea a esa oscura Celestia”.

“Por cierto, que ese luminoso y fabuloso mundo exterior que descubrirán los protagonistas está inspirado en España (ríe)… está inspirado en Alicante y en la arquitectura de Ricardo Bofill".

Y es que uno de los personajes vive en La Muralla Roja, el famoso edificio creado por Bofill. Preguntamos a Manuele Fior por qué, siendo él arquitecto, le gusta meter edificios conocidos en sus historias, en vez de diseñar algunos nuevos. “Me gusta hacerlo, no por citar a alguien, sino por demostrar ese poder que tiene la arquitectura para inspirar otras ideas. Por ejemplo, cuando ví la arquitectura de Bofill, para mí ya había una historia que contar ahí. Me interesa mucho la arquitectura por ese poder evocador”.

Página de 'Celestia'

Una ciudad silenciosa anclada en el tiempo

Preguntamos a Manuele por qué esta Celestia parece congelada en el tiempo: “Porque Venecia es una ciudad que realmente está congelada en el tiempo –asegura-. Yo he vuelto a vivir en Venecia, después de 20 años fuera de allí, y está igual, no ha cambiado nada. Es una especie de experimento urbano extraño, casi metafísico, en donde el tiempo parece transcurrir de una manera diferente a las demás ciudades”

Destacar también la importancia de los silencios en Celestia. “Igort (Cuadernos ucranianos) es mi editor en Italia –asegura Manuele-, y siempre dice que los silencios es un lujo que ahora podemos permitirnos en el cómic. En los años 80 era impensable dibujar cuatro o cinco páginas sin diálogos. Te exigían ritmos más intensos. Por ejemplo, en Tintín no hay silencios. Pero ahora hemos aprendido del manga japonés que podernos relajarnos y disfrutar solo con la contemplación, como Jiro Taniguchi en El paseante, que simplemente es un bello paseo del protagonista”.

“Para mí, que soy un apasionado del manga y el anime, me encanta poder recrearme en la contemplación. Me encantan las películas lentas como Zabriskie Point (1970) de Michelangelo Antonioni, en la que no pasa nada. Eso es lo que intento hacer en mis obras. Es un lujo que puedo permitirme”.

Página de 'Celestia'

“Pierrot es un poeta asesino”

Al ser Venecia el escenario del cómic es normal que el protagonista del cómic se inspire en Pierrot, uno de los personajes más populares de la Commedia dell'Arte del siglo XVI. “Venecia es una ciudad de máscaras, anárquica, de carnaval –asegura Manuele-. Y en ese carnaval puede pasar cualquier cosa. Cuando pensaba en el protagonista se me ocurrió dibujarle una lágrima en la cara y, de repente, lo ligué a Pierrot”.

Pierrot es una figura muy intrigante porque es un poeta asesino -añade-. Es el máximo de la sensibilidad, pero de una sensibilidad lunar, oscura. Me recordaba un poco a Jonnhy Rotten (vocalista de Sex Pistols). Es una persona extremadamente inteligente pero, al mismo tiempo, desviada. Por eso me pareció un personaje fascinante”.

En cuanto a Dora, la coprotagonista, Manuele asegura: “Es un personaje enloquecido. La creé para otra de mis obras pero pensaba que todavía tenía mucho que contar, así que no pude dejarla. Quería ver cómo se desenvolvía en el escenario de Celestia y las cosas que podía aportar a la historia”.

Preguntamos a Manuele por qué quería que los jóvenes protagonistas tuvieran poderes mentales: “Porque soy un apasionado de los X-Men –confiesa-. Lo leo desde pequeño y me encantaba lo de coger unos adolescentes, esos seres en pleno desarrollo físico y emocional, que descubren que tienen poderes. Pero también es una reflexión sobre el hecho de que pensamos que el ser humano está en la cima de su evolución, pero en realidad no se sabe si algún día descubriremos que tenemos nuevas capacidades. Yo creo que sí, que un día nos levantaremos y descubriremos que tenemos nuevas capacidades que explotar. Prefiero pensar eso a que nuestro futuro sea aniquilarnos unos a otros en un conflicto mundial”.

Página de 'Celestia'

Sus influencias en 'Celestia': Kubrick, Rothko o Lloyd Whright

Cuanda hablamos por su anterior obra, La entrevista, os contó que una de sus grandes influencias era Stanley Kubrick. Le preguntamos qué influencias concretas tiene en Celestia. “Muchas –confiesa-. Hay una parte del libro que se inspira en Mark Rothko, el famoso pintor expresionista abstracto. En sus obras siempre hay dos o tres rayas de colores que parecen formar un paisaje. Y me gustaba la idea de contar esta historia con variaciones de color”.

“Pero reconozco que también vuelve a estar muy presente en este cómic ese fantástico viaje psicodélico de 2001, una odisea en el espacio, de Kubrick. También hay influencias de Miyazaki o Frank Lloyd Whright. El edificio en el que viven los jóvenes se basa en un proyecto que Whright diseño para Venecia y que nunca se llegó a construir. Y decidí construirlo en mi libro porque me parecía un pecado no poderlo aprovechar”.

En cuanto a su espectacular uso del color, Manuele asegura que: “En paralelo a los cómics hago muchas ilustraciones y me gusta experimentar mucho con el color. Pero Celestia ha sido como un experimento para ver hasta dónde podía llegar con el color. He usado la técnica gouache, que se suele utilizar para hacer cuadros de flores, pero que también sirve para cosas más modernas. Los japoneses lo usan mucho para los animes. Y yo quería ver hasta dónde podía llegar con esta técnica. De hecho, paralelamente a Celestia he hecho otro libro con la misma técnica”.

Página de 'Celestia'

Hay que cuidar de los ancianos

Otro de los mensajes del cómic es la necesidad de cuidar de los ancianos. “Es un cambio de perspectiva, porque las sociedades actuales se centran en el cuidado de los niños y en educarlos. Pero en Celestia necesitamos a esos niños para entender a dónde vamos, para que ellos nos expliquen el mundo”.

“Una visión que puede ser utópica –añade-, pero que la ciencia ficción ha usado muchas veces: esa visión de la infancia, de los niños, como personas que tienen mayores poderes que los adultos. Ya lo propuso Katsuhiro Otomo en Akira e incluso estaba en la misma historia de Jesucristo, que siendo un niño enseñaba a los sabios en el templo”.

“En muchas historias antiguas está esa figura del niño sabio, que sabe más que los adultos. Tal vez porque todavía no sabe leer ni escribir, lo que hace que tenga una mentalidad mucho más abierta. También lo vemos en Nietzsche o en 2001, otra vez Kubrick, donde ni siquiera es un niño el que tiene esos poderes, sino un embrión”.

En el cómic también hay un mensaje muy actual, el de que las sociedades abiertas a los extranjeros, a los extraños, son mucho más ricas que las cerradas en sí mismas. “Sí, en esta historia vemos a muchos personajes encerrados en sus propios castillos, lo que sería una vuelta atrás respecto a la idea de la ciudad. Como si fueran castillos medievales. Cuando había castillos no había ciudades, porque había peligros fuera, sin embargo las ciudades se construyeron pensando en el intercambio”.

“En este libro hay unos castillos en los que la humanidad se encierra, porque no sabe qué hacer –añade-. Y los que viajan son niños que se dejan llevar. Este libro en realidad es casi como un “tripi”, ríe Manuele.

“Hace siglos Venecia era una de las ciudades más abiertas, era como la Nueva York de la época” –concluye Manuele-.

Portadas italianas de 'Celestia'

Sus proyectos

En cuanto a sus proyectos, Manuele Fior nos avanza que: “Acabo de terminar mi nueva obra, que saldrá en Francia e Italia en noviembre y que retoma la temática de Cinco mil kilómetros por segundo

“Está ambientada en Berlín en los años 90, cuando yo viví allí. Habla sobe unos años que nos parecen muy cercanos, pero que en realidad son muy lejanos desde el punto de vista tecnológico, político… ni siquiera había internet”.

“En ese momento pensábamos que vivíamos en una sociedad que se iba abriendo cada vez más y en cambio, veinte años después, vemos que hemos ido en la dirección totalmente opuesta” -concluye Fior-.

Portada de 'Celestia'