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Coronavirus

Luchar contra el alcoholismo desde el encierro: "La ansiedad te hace pensar más en la bebida"

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Los expertos consideran que habrá nuevos adictos al alcohol y que quienes se encuentran en rehabilitación tienen más riesgo de recaer.
Los expertos consideran que habrá nuevos adictos al alcohol y que quienes se encuentran en rehabilitación tienen más riesgo de recaer.

"Cuando eres alcohólico nunca puedes bajar la guardia. Ahora menos". Esas son las palabras de una de tantas personas que luchan contra ese monstruo silencioso durante este periodo de confinamiento. Si bien el cierre de los bares podría haber beneficiado de algún modo a los alcohólicos de tipo 'social', la situación actual, que conjuga aislamiento e incertidumbre, se convierte en un nuevo obstáculo para los adictos que habitualmente abusaban del alcohol dentro de sus hogares.

Los casos que más preocupan a los profesionales sanitarios y a las asociaciones que ayudan a estos enfermos son los de aquellas personas confinadas que no han llegado a admitir que tienen un problema, pero también los de pacientes que llevan poco tiempo en tratamiento porque tienen un mayor riesgo de recaída.

"Los primeros días tenía mucho miedo"

Elena (nombre ficticio) tiene 35 años, pero ya sabe lo que es tocar fondo dentro del "pozo" del alcoholismo. Ha bebido desde muy joven y durante al menos cuatro años lo ha hecho de forma incontrolada.

“Siempre he bebido hasta que me empezaba a caer al suelo. Entonces me levantaba, bebía, dormía, me levantaba otra vez y volvía a beber. Soy víctima de violencia de género y no quería ver lo que pasaba en mi vida. Piensas que si te emborrachas ni sientes ni padeces, pero es mentira”, relata la joven, que llegó a estar ingresada por una inflamación de hígado.

"Me levantaba, bebía, dormía, me levantaba otra vez y volvía a beber"

Cuando vio que la salud se le iba de las manos, dice, decidió cambiar de ciudad y buscar ayuda para combatir a esa enfermedad que acecha de manera más intensa a quienes, como ella, viven solos y no tienen apoyo familiar.

Hace solo cuatro meses que Elena empezó a recibir ayuda y su rehabilitación se ha topado ahora con un encierro forzoso que le obliga a ser aún más firme en sus propósitos para no caer nuevamente en la trampa.

“En los primeros días tenía mucho miedo. Pensaba ‘madre mía, y ahora yo sola’, pero me he buscado mis herramientas y cuando se me pasa por la cabeza recurro a ellas”, señala Elena, que cuenta con la ayuda de los profesionales de la Asociación de alcohólicos rehabilitados de Jaén (AJAR), quienes hacen posible que las terapias grupales sigan llevándose a cabo, aunque sea en la distancia.

La “suerte” que ha tenido Elena, explica, es que ella justo tuvo una recaída hace un par de meses. Estuvo tan hundida que ahora se agarra a esos recuerdos para desviar de su mente cualquier pensamiento que la incite a coger una sola cerveza.

"Cuando me noto nerviosa, llamo a la asociación"

“Puedes estar muy confiado en ti mismo, pero un día ves un anuncio, una película o de golpe te viene una sensación y te vienen unas ganas de beber que son horribles. Y si no lo dejas pasar te vas a comprar alcohol. Yo siempre estoy alerta y en cuanto me noto nerviosa o me viene algún recuerdo llamo a un compañero de la asociación”, revela la joven, que asume que esta enfermedad es “para toda la vida” y hay que estar siempre alerta.

En momentos como los que se viven ahora, el aburrimiento, la soledad o el miedo pueden hacer que se tambalee la fuerza de voluntad.

"Yo hay días en los que me da por hincharme a llorar, pero gracias a Dios no me ha dado por ir a por una botella"

“Yo además vivo en un piso pequeño y he estado mala. Creen que he podido tener el coronavirus. Y estos momentos la ansiedad te hace pensar más en la bebida. Yo hay días en los que me da por hincharme a llorar, pero gracias a Dios no me ha dado por ir a por una botella, pero a otras personas sí y es muy jodido”, lamenta Elena, que sabe que “una persona que se encierra en sí misma lo más probable es que vuelva a recurrir a la bebida”.

Por eso, esta joven insiste en lo importante que es pedir ayuda y saber que también en estos días hay numerosas asociaciones que atienden por teléfono o por internet y, como le ocurrió a ella, pueden “salvarle la vida” a otros.

"El consumo de alcohol ha aumentado a gran nivel"

Varios expertos y asociaciones consultadas por RTVE.es aseguran que la venta de bebidas alcohólicas se ha disparado, aunque no hay datos, de momento, que puedan ayudar a conocer el impacto que esto tendrá sobre la sociedad.

El consumo de alcohol ha aumentado a gran nivel. Se ve también en los supermercados, pero las consecuencias en los adictos y en los que hasta ahora no lo eran no se notarán hasta que esto acabe”, subraya Ángel Jiménez, presidente de la Confederación de Alcohólicos, Adictos en Rehabilitación y Familiares de España (CAARFE), que está formada por más de cien asociaciones de toda España.

“Las personas que llevan más tiempo con una asociación no lo están llevando tan mal porque al principio del tratamiento siempre llevan una especie de confinamiento para lograr la abstinencia. Pero estamos más preocupados por los que llevan menos tiempo y estamos haciendo el seguimiento de manera online para minimizar los riesgos”, apunta Jiménez, que advierte de un repunte de nuevos casos y también de recaídas.

En la Asociación AJAR, los alcohólicos en rehabilitación siguen en contacto entre sí mediante terapias de grupo online. De momento, parece que la situación está calmada, pero los “veteranos” están especialmente pendientes de quienes se unieron hace poco tiempo.

"Están llamando por teléfono muchas familias desesperadas"

Yo llevo 11 años sin consumir y lo estoy pasando mal, no me imagino los que lleven un mes. Estarán que se suben por las paredes”, revela Miguel Fernández, el presidente de esa asociación, que también recalca que solo podrá valorarse el efecto del confinamiento cuando haya pasado.

Los adictos también hemos sido muy embusteros. Hemos dado solo la cara positiva y habrá que ver después cómo ha afectado esto. Pero sí nos están llamando por teléfono muchas familias de personas que aún no habían entrado en la asociación y están desesperadas. Están encerrados sin salir y bebiendo en casa”, lamenta Miguel.

El cierre de bares podría haber ayudado a alcohólicos de tipo social

Pero las posibles consecuencias del confinamiento en el alcoholismo pueden analizarse también desde otra perspectiva. El psiquiatra José Luis Rabadán sostiene que esta situación podría estar ayudando a que algunos ‘bebedores sociales’ -los que acuden con frecuencia a bares o pubs- hayan tomado “conciencia” del problema.

“Vamos a descubrir nuevos casos de personas que no sabían que eran adictas, personas que bebían cantidades exageradas de alcohol y que la primera hora a la que lo hacían era las nueve de la mañana en el bar. Muchos posiblemente no sabían lo que es el síndrome de abstinencia y lo estarán notando ahora”, señala el psiquiatra.

“Vamos a descubrir nuevos casos de personas que no sabían que eran adictas"

Es habitual, precisa, que este tipo de alcohólicos no beban tanto en casa si tienen familia porque se sienten vigilados, así que suelen tirar de “triquiñuelas y mentiras” para ir al bar o beberse una cerveza en un banco. Por tanto, el contexto actual de forzosa abstinencia será beneficioso para algunos, pero desencadenará más problemas en otros.

El nuevo método de Alcohólicos Anónimos

Desde Alcohólicos Anónimos aseguran que no se está percibiendo que haya más recaídas, pero ven factible que un aumento de la frustración en esta etapa haga mella en algunas personas. Por eso, quienes forman parte de esa comunidad han establecido nuevas formas de comunicación para ayudarse los unos a los otros.

“Como no se pueden llevar a cabo las sesiones cerradas presenciales, utilizan las tecnologías para mantener el contacto entre ellos. Uno de los principios es que nadie vea su rostro, así que han optado por las llamadas con la cámara apagada o los mensajes de voz para seguir preservando la identidad”, explica Luis María Villota, presidente de la Junta de Alcohólicos Anónimos España, que cuenta con 600 grupos en todo el territorio.

Lo fundamental y lo que esa comunidad intenta durante esta etapa es "que nadie se sienta solo en estos momentos", ya que poner remedio a la soledad también ayuda, asegura Villota, a minimizar el riesgo de recaída.