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Brexit

Los unionistas norirlandeses y la oposición rechazan el nuevo acuerdo sobre el 'Brexit'

  • El DUP, socio clave de Johnson, reclama cambios en el arreglo aduanero: "Como están las cosas, no podríamos aceptar"
  • Laboristas y nacionalistas escoceses anuncian que votarán en contra del acuerdo alcanzado entre Londres y Bruselas

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El primer ministro británico, Boris Johnson
El primer ministro británico, Boris Johnson

Boris Johnson ha llegado al final del mismo callejón que ya recorrió Theresa May: pese a que su Gobierno ha alcanzado este jueves un acuerdo con la Unión Europea para un Brexit ordenado, el texto aún debe superar aún la ratificación en el Parlamento de Westminster, donde los conservadores no tienen mayoría y su principal socio, los unionistas norirlandeses del Partido Democrático Unionista (DUP), han señalado ya que no aceptarán el pacto en su términos actuales, un rechazo que se une al del los principales partidos de la oposición.

Johnson mantuvo a lo largo de este martes varias reuniones con los responsables del DUP, con el objetivo de convencerles para que apoyen el nuevo pacto del Brexit a pesar de que mantiene a Irlanda del Norte alineada con las normas comunitarias en el comercio de bienes, lo que implica establecer controles para determinados productos entre la región atuónoma y el resto de Reino Unido.

Como están las cosas, no podríamos aceptar lo que se está sugiriendo sobre aduana y otros asuntos sobre consentimiento

Esas conversaciones, sin embargo, no han tenido éxito por ahora, tal como advertía la líder del Partido Democrático Unionista de Irlanda del Norte (DUP), Arlene Foster, en un comunicado emitido a primera hora de la mañana: "Hemos participado en continuas conversaciones con el Gobierno. Como están las cosas, no podríamos aceptar lo que se está sugiriendo sobre aduana y otros asuntos sobre consentimiento, y hay una falta de claridad sobre el IVA".

El texto ponía el acento, además de en el arreglo aduanero, en otra cuestión esencial, el poder de decisión del Parlamento irlandés al respecto, ya que los unionistas temen quedar atrapados en las normas comunitarias y, en cierta manera, separados del resto de Reino Unido, lo que se percibe como un primer paso para la reunificación de la isla de Irlanda. En cualquier caso, el comunicado, firmado por Foster y el número dos de la formación, Nigel Dodds, puntualizaba que los unionistas norirlandeses "seguirán trabajando con el Gobierno para tratar de obtener un acuerdo sensato que funcione para Irlanda del Norte y pueda proteger la integridad económica y constitucional del Reino Unido".

La Unión Europea y el Gobierno de Reino Unido que encabeza Boris Johnson han cerrado un acuerdo para llevar a cabo un Brexit ordenado, justo a tiempo para que los líderes europeos lo revisen este jueves en la cumbre que celebran en Bruselas, si bien su entrada en vigor todavía depende de que el Parlamento de Westminster lo apruebe en una sesión extraordinaria el próximo sábado.

Normas diferentes a las del resto de Reino Unido

Sin embargo, su postura no ha cambiado tras el anuncio del pacto entre Londres y Bruselas: "Nuestro comunicado anterior sigue en pie, en respuesta a la noticias de que se ha llegado a un acuerdo", señalaban fuentes del DUP, cuyos diez diputados en el Parlamento de Westminster permiten a Johnson gobernar en minoría y cuyos votos son claves para ratificar el nuevo texto.

Posteriormente, han desgranado las razones de su rechazo en un nuevo comunicado, en el que subrayan desde el inicio que "el Partido Democrático Unionista no podrá apoyar estas propuestas en el Parlamento" y argumentan que Irlanda del Norte quedaría sometida a normas que, sin embargo, no estarían en vigor en el resto de Reino Unido, por lo que la propuesta “mina la integridad de la Unión”.

El texto señala que el hecho de mantener las normas comunitarias para el comercio de bienes otorga a Bruselas un poder que "no es aceptable en el interior de las fronteras de Reino Unido", denuncia que los consumidores norirlandeses afrontarían "la perspectiva de mayores precios" y que Irlanda del Norte estaría sujeta a un IVA distinto al del resto de su país para acompasarlo al de la República de Irlanda y evitar diferencias a ambos lados de la frontera.

Asimismo, pone objeciones a que el Parlamento de Stormont no pueda votar la entrada en vigor de este nuevo arreglo aduanero, a pesar de que se reconoce su capacidad para ratificarlo cuatro años después de empezar a funcionar: "Aunque se han hecho algunos avances en el reconocimiento del consentimiento, los representantes electos de Irlanda del Norte no decidirán si Irlanda del Norte debe entrar en este arreglo".

El acuerdo cerrado entre Londres y Bruselas, que aún debe superar una votación en el Parlamento británico, desencalla el obstáculo que suponía la frontera de Irlanda del Norte y modifica la declaración política sobre la futura relación.

La oposición tampoco apoyará el acuerdo

Sin el apoyo de sus socios, tampoco parece que Boris Johnson vaya a recibir un salvavidas desde las filas de la oposición. Por lo pronto, el líder laborista, Jeremy Corbyn, ha rechazado tajantemente el acuerdo: "Por lo que sabemos, parece que el primer ministro ha negociado un acuerdo que es incluso peor que el de Theresa May, que fue rechazado de manera abrumadora", ha indicado en un comunicado.

En su opinión, el pacto entre Londres y Bruselas "no va a unir al país y debería ser rechazado", por lo que la mejor manera de resolver el Brexit, a su juicio, es dar a los ciudadanos "la última palabra en una votación pública".

Tampoco el Partido Nacionalista Escocés (SNP), la tercera fuerza en el Parlamento de Westminster, votará a favor del acuerdo, según ha señalado en un comunicado la ministra principal escocesa y líder de la formación, Nicola Sturgeon. "Escocia no votó por el Brexit en ninguna de sus formas y los diputados del SNP no votarán a favor del Brexit' en ninguna de sus formas. Especialmente cuando queda claro que Escocia, frente al resto de naciones del Reino Unido, es tratada de forma injusta", ha argumentado.

El acuerdo ni siquiera ha recibido el respaldo de Nigel Farage, líder del Partido del Brexit y la cabeza más visible del movimiento que fructificó en la convocatoria del referéndum de 2016 y en la decisión de abandonar la Unión Europea. "Esto no es un Brexit", ha declarado en la BBC, antes de opinar que "la mejor manera de salir sería con un corte limpio". El partido de Farage, en cualquier caso, no tiene representación en Westminster.