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Terremoto L'Aquila

La destrucción sigue presente en L'Aquila diez años después del terremoto

  • El suceso causó 309 muertos y devastó gran parte del casco histórico de la localidad
  • Al menos 10.000 familias siguen viviendo en los alojamientos provisionales instalados por el Gobierno italiano

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Radio 5 Actualidad - L'Aquila, una ciudad fantasma diez años después del terremoto

Diez años después de que un terremoto sacudiera la ciudad italiana de L'Aquila, provocando 309 muertos y más de 1.600 heridos, la devastación sigue presente en la localidad, debido a una lenta y desigual restauración.

Mientras que la periferia está prácticamente reconstruida, en el centro histórico conviven las ruinas y las obras dando la sensación de una ciudad fantasma.

Se calcula que al menos 10.000 familias no han podido regresar a sus hogares y que del millar de negocios que había en el centro antes del terremoto, solo se mantienen un centenar.

Se cumplen diez años del terremoto que sacudió la región italiana de los Abruzos y devastó su capital, L'Aquila. Diez años después de aquel terremoto y tras un desembolso de emergencia de 18.000 millones de euros, la ciudad continúa el proceso de reconstrucción. Aunque se han recuperado muchos edificios históricos, 10.000 personas siguen desalojadas, a la espera de volver a sus casas.

"Hemos abierto hace seis meses con la esperanza de un futuro mejor. No es fácil, pero no perdemos la esperanza", ha afirmado Rafaella, propietaria de una cafetería que perdió tanto la casa como el negocio, a la corresponsal de RNE, Sagrario Ruiz de Apodaca.

"Fue como un apocalipsis, como el fin del mundo, la gente huía en pijama, con las sábanas, había ruido, mucho polvo, sacudidas continúas, algo horrible, una sensación de muerte alrededor", asegura aún conmocionada.

Marta, que perdió a su cuñada y su sobrina en el terremoto, decidió abrir su tienda de moda hace un año, pero sigue a duras penas. "Hay poca actividad. Faltan oficinas, colegios, correos, tiendas, servicios. Falta prácticamente de todo", ha explicado.

Al menos 10.000 familias no han podido regresar a sus hogares

El alcalde de L'Aquila, Pierluigi Biondi ha defendido en declaraciones a EFE que cerca del 75 % de las casas están pasando o han pasado ya por el proceso de reconstrucción. Sin embargo, ha estimado que aún se necesitarán cinco años más para que la reconstrucción de edificios privados esté completamente terminada.

La larga reconstrucción de la ciudad ha producido que al menos a 10.000 personas sigan viviendo en los alojamientos provisionales que el Gobierno italiano construyó después del terremoto y que, muchas otras, deban ir al extrarradio a hacer la compra o a estudiar.

María, de 82 años, ha relado a EFE que pudo volver a su casa hace apenas seis meses, la misma donde se encontraba cuando ocurrió el teremoto. "Ese día lo veía todo celeste. No era consciente de lo que sucedía. Pensaba que estaba muerta", relata esta anciana que pasea cogida del brazo de su amiga Elisa.

Por su parte, Elisa señala la necesidad de agilizar la reconstrucción: "Antes del terremoto, esto era un casino (follón). Había gente por todos lados. Si no hacen algo rápido para ayudar a L'Aquila a renacer, morirá".

Disminución de la población

Desde que ocurrió el terremoto en 2009, aunque no hay cifras concretas, el alcalde de la ciudad ha calculado en declaraciones recpogidas por EFE que se han perdido alrededor de 2.000 vecinos, de las 72.000 personas que residían en la ciudad.

Los vecinos que se quedaron declaran que han pasado miedo de volver a sus hogares. "Dormíamos con colchones en el restaurante que teníamos en el piso de abajo, porque teníamos miedo de estar en casa", ha comentado a dicha agencia Laura, una joven que diez años más tarde ha reabierto su restaurante.

"El miedo se tiene que superar", dice una mujer de mediana edad que la acompaña. "Yo soy rumana, pero hace más de 12 años que vivo aquí. Y no me iré nunca de L'Aquila. Es imposible dejar L'Aquila".

Otros vecinos como Graziella, de 63 años, aseguran que no se marcharán. Para ella, esto sería "traicionar" a la ciudad. "L'Aquila es una ciudad que me ha dado mucho. ¿Cómo me voy a ir cuando nos necesita? No lo voy a hacer".

A pesar de la lucha de los vecinos por cicatrizar las heridas del terremoto, parece que estas necesitarán aún más tiempo y recursos para que sean recordados únicamente como un mal del pasado.