Enlaces accesibilidad
Derrumbe en Génova

Los inversores castigan a Atlantia, que trata de mantener la concesión de las autopistas tras la tragedia de Génova

  • La empresa lamenta que Roma planee revocar la concesión sin esperar a conocer las causas del desplome
  • El efecto del derrumbe arrastra a la española ACS -socia de la italiana en Abertis-, que pierde más de 4% desde el martes

Por
Varios bomberos buscan supervivientes entre los cascotes del viaducto hundido en esa ciudad
El Gobierno italiano asegura que revisará el cumplimiento de las tareas de mantenimiento de todas las empresas concesionarias tras el derrumbe del puente genovés.

Los inversores castigan en Bolsa a la empresa italiana Atlantia, propietaria de Autoestrade per l'Italia, la concesionaria encargada del mantenimiento del viaducto derrumbado en Génova. La empresa se ha desplomado este jueves un 22,26% al cierre en la Bolsa de Milán, después de que el Gobierno italiano anunciara que le revocará las concesiones.

La enorme volatilidad registrada en la preapertura bursátil ha mantenido suspendida la cotización del coloso italiano de infraestructuras durante más de una hora. Al iniciar su curso, cerca ya de las 10:30 horas de la mañana, sus acciones caían más de un 25% hasta situarse en 17,605 euros. Ese retroceso se ha recortado durante algunos momentos hasta quesar entorno al 15%, pero a media sesión, el valor volvía a perder un 22%.

La oleada de caídas afecta a otras empresas del sector viario, como SIAS (que dejó un 7,3%) y ASTM (que perdió un 10,5%), después de que el vicepresidente y ministro de Desarrollo Económico y Trabajo, Luigi di Maio, haya avisado que se comprobará si los concesionarios hacen su trabajo y, si no es así, se le retirará la concesión. "No es posible que alguien pague un peaje para morir", ha remarcado Di Maio.

El grupo Edizione -propiedad de la familia Benetton y máximo accionista de Atlantia- ha destacado que hará todo lo que esté en su mano para averiguar qué sucedió en el puente Morandi y depurar responsabilidades.

La compañía asegura que la retirada de la concesión exige una indemnización

Atlantia -que compró junto a la constructora ACS la concesionaria española de autopistas Abertis- cerró la sesión del 14 de agosto con una bajada del 5,39% después de llegar a perder más de un 10%. Mientras, en la Bolsa española, ACS se dejado más de un 4% desde el suceso de Génova.

La compañía ha tratato este jueves de frenar su fuerte caída en los mercados con un comunicado donde asegura que el anuncio del Gobierno italiano de que revocará las concesiones -según el contrato con el Estado- debería acarrear una indemnización para la empresa y que, en todo momento, la compañía tratará de proteger a sus accionistas de los previsibles perjuicios que puedan sufrir.

Atlantia lamenta en la nota que el inicio de procedimiento de revocación de la concesión a su filial Autostrade per l'Italia sin que la empresa haya recibido una notificación de incumplimiento específica y sin ninguna verificación "de las causas efectivas de lo sucedido". Este miércoles, la Fiscalía italiana ya apuntó que detrás del accidente hay "un error humano".

Di Maio: "Ante 40 muertos, no existen claúsulas"

El Gobierno italiano ya ha contestado a la empresa. El vicepresidente Di Maio ha asegurado que "existen todas las motivaciones" para que el Estado no tenga que pagar ninguna indemnización. "Ante 40 muertos no existen cláusulas", ha añadido Di Maio en una entrevista a la emisora italiana Radio24.

Atlantia se ocupaba hasta ahora del mantenimiento de 3.000 kilómetros de autopistas italianas, incluido el viaducto Morandi que se desplomó el pasado 14 de agosto y que ha causado al menos 39 muertos.

La sociedad italiana advierte además que, si se efectúa la revocación de la concesión de gestión de las autopistas, "se debe pagar al concesionario una indemnización igual al valor residual de la concesión".

Asimismo, agrega en su comunicado, "la modalidad del anuncio puede tener impacto para los accionistas y bonistas de la sociedad" y, por tanto, asegura que su negociación con las instituciones italianas "tendrá en cuenta la protección" de éstos.

Este miércoles, el ministro de Transportes italiano, Danilo Toninelli, reclamó la dimisión de la cúpula directiva de Autostrade per l'Italia.

"Lo primero de todo los directivos de Autostrade per l'Italia deben dimitir", afirmó Toninelli en un mensaje publicado en su perfil de Facebook, tras expresar su "rabia porque en un país civilizado no se puede morir por un puente que se derrumba".

Di Maio ha segurado que el derrumbe "se podía evitar" puesto que "no se realizó el mantenimiento". "Los responsables tienen nombre y apellido y son Autostrade per l'Italia", ha indicado el vicepresidente del Gobierno, quien ha señalado que si la empresa no realizó el mantenimiento "hay que retirar las concesiones y pagar multas".

Autoestrade asegura que siempre ha cumplido con el mantenimiento

Ante estas acusaciones, Autoestrade ha insistido en que siempre ha cumplido con las tareas de mantenimiento y ha realizado pruebas periódicas al puente derrumbado en Génova.

Así, la compañía asegura que, entre 2012 y 2017 ha empleado 1.000 millones de euros anuales al mantenimiento y mejora de los 3.000 kilómetros de vías italianas de las que es concesionaria.

Sin embargo, Autostrade no ha revelado cuál era el presupuesto específico para el Viaducto Morandi, que forma parte de la concesión para la gestión de la autopista A10 que une Génova con el sur de Francia.

Antonio Brencich, un ingeniero que es profesor en la Universidad de Génova, ha asegurado en la televisión pública de Italia que las deficiencias del puente comenzaron a ser evidentes tan sólo 20 años después de su inauguración en 1967, un comentario respaldado por las vivencias de muchos de los residentes o trabajadores en la zona, que han narrado cómo ya en la década de los 80 era habitual que cayeran trozos de hormigón sobre los coches aparcados justo debajo.