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Túnez cumple siete años de revolución con los mismos problemas que la desataron

  • Un joven frutero se prendió fuego tras quedar confiscado su carrito de verduras
  • La gran indignación popular dio paso al inicio de las primaveras árabes
  • El Gobierno anuncia ayudas sociales en medio de las protestas
  • Miles de personas se manifiestan evidenciando la fractura social

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Túnez, siete años de la caída de Ben Alí

Miles de tunecinos han salido este domingo a la calle para conmemorar el séptimo aniversario de la revolución que acabó con la dictadura y desató las "primaveras árabes", asfixiados por los mismos problemas económicos que desencadenaron la revuelta y movilizados de nuevo en las calles para exigir una vez más justicia social.

En la mítica avenida Habib Bourguiba, corazón de aquel movimiento, círculos progresistas y seguidores del islamista partido Ennahda marcharon en direcciones opuestas.

Los primeros, al grito de "los jóvenes quieren otra revolución", se quejaban de que la situación económica y social es la misma que existía antes de la revuelta, y exigían al Gobierno el abandono de las políticas de austeridad.

Las protestas marcan el séptimo aniversario de la revolución de Túnez

"He pedido trabajo y me dicen que no hay trabajo. He pedido un simple lugar donde podamos hacer cine o teatro y me dicen que no. Hoy he salido a la calle para defender mis derechos", explicaba a Efe Hassan Jethri.

Hace siete años, Muhamad Bonazizi, de 26 años, agonizó durante 18 días antes de morir tras prenderse fuego después de que la polícía le confiscase su carrito de verduras. Multitud de personas salieron a las calle a protestar, en lo que sería el inicio de las primaveras árabes.

En Túnez, la policía ha cargado contra decenas de personas que se concentraban frente a la presidencia del gobierno desafiando el toque de queda. Ellos han respondido arrojando piedras a los agentes. La calma ha vuelto gracias a la mediación del ejército. En las últimas horas se han multiplicado las manifestaciones en la capital.

Desde entonces, las manifestaciones, huelgas y protestas sociales se repiten sin cesar desde hace más de un año, pero se han recrudecido al inicio de 2018 con la entrada en vigor de los nuevos presupuestos generales del Estado, caracterizados por los recortes y la austeridad.

El martes pasado tomaron, además, un cariz violento después de que se conociera la muerte de un hombre de 55 años en la ciudad de Tebourna, a 40 kilómetros al oeste de la capital, víctima al parecer de la acción violenta de las fuerzas de seguridad.

Desde entonces, las noches se han llenado de vándalos que han atacado edificios públicos e incluso saqueado comercios, y los días de jóvenes manifestantes pacíficos que reclaman al Gobierno políticas distintas.

Arrestadas 800 personas

En su represión, las fuerzas de seguridad han arrestado a unas 800 personas, vándalos, pero también a periodistas y activistas, en una campaña de intimidación que han denunciado diversas organizaciones locales e internacionales de defensa de los derechos humanos.

Condicionada por las políticas de austeridad impuestas por el Fondo Monetario Internacional a cambio del crédito de 2.500 millones de euros concedido en 2016, la llamada "ley de Finanzas" incluye subidas de impuestos al comercio y a las personas físicas, recortes y despidos en la función pública, sin afectar apenas al capital.

Y aunque en principio no afecta a los productos subvencionados básicos, ha generado un terreno de especulación que ha desatado la inflación y dejado a decenas de familias sin posibilidad de comprar pollo o fruta.

En declaraciones a los periodistas, el ministro tunecino de Comercio, Omar el Bahi, recordó que las cuentas fueron aprobadas por el Parlamento, buscan reducir el déficit y en ningún momento el Gobierno va a dar marcha atrás.

El Gobierno tunecino anuncia ayudas sociales

Precisamente el gobierno tunecino ha anunciado que aumentará la ayuda económica que concede a las familias más desfavorecidas, en la primera reacción tras intensificarse y tornarse violentas las protestas contra las políticas de austeridad.

Los medios recogen este domingo en portada unas declaraciones del ministro tunecino de Asuntos Sociales, Mohamad Trabelsi, quien anoche aseguró que el subsidio, que afectará a unas 250.000 familias, aumentará de los 150 dinares actuales (50 euros) a una cantidad entre 180 y 210.

El anuncio de la subida del subsidios, que debe ser aprobada esta semana en la Cámara, se produjo horas después de que el presidente del país, Beji Caïd Esebsi, mantuviera una reunión con representantes de los partidos políticos, de la patronal UTICA y de la UGTT, principal sindicato nacional.

El mandatario criticó a la prensa internacional, a la que acusó de exagerar el calado de las protestas y dañar la imagen de Túnez.

Consultada por Efe, una fuente del Gobierno aseguró que la medida estaba ya sobre la mesa del Ejecutivo y que no responde a la presión en la calle, escenario esta semana de disturbios y enfrentamientos nocturnos y de protestas pacíficas por el día.

Por su parte, el presidente del Foro Tunecino por los Derechos Económicos y Sociales (FTDES), Massoud Romdhani, ha advertido de que los tunecinos han perdido la esperanza en el cambio y recordó al Gobierno que, más allá de la democracia, el pueblo pidió en 2011 algo que aún no ha logrado: justicia social.

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