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Crisis de los refugiados

Orbán anuncia que legalizará el el "no" a los refugiados, a pesar de la invalidez del referéndum

  • Los húngaros han votado "no" a la admisión de refugiados, pero no hubo quorum
  • Solo el 43,3% de los electores votó y solo un 39,9% emitió un voto válido
  • La ultraderecha húngara pide la dimisión de Orbán por la baja participación

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El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, habla con periodistas tras el referéndum del domingo
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, habla con periodistas tras el referéndum del domingo

El primer ministro de Hungría, el conservador Viktor Orbán, ha reafirmado este lunes ante el Parlamento su voluntad de reformar la Constitución para blindar el resultado del referéndum del domingo, en el que los votantes dijeron "no" a la cuota comunitaria de refugiados para su país.

De esta forma, se legalizaría el rechazo de Hungría a acoger los 1.294 refugiados impuestos por Bruselas, dentro del reparto por cuotas de un total de 160.000.

Sin embargo, la falta de 'quorum' por la baja participación, menos del 50%, invalida el resultado de la consulta, obligatoriamente, según dicta la ley. A pesar de ello Orbán insiste en esta decisión y ha vuelto a calificar de éxito el resultado del referéndum.

Una mayoría aplastante, de más del 98%, puso la cruz en el "no", tal y como apuntaba la campaña previa del primer ministro, pero solo el 43,3% de los electores entregó su papeleta, y aún menos, un 39,9%, emitió un voto válido.

"La consulta popular ha alcanzado su meta y Hungría decidió y dejó claro qué es lo que los húngaros quieren en relación con la migración masiva", ha asegurado el jefe del Gobierno. Y ha agregado que en Bruselas "han decidido sobre un sistema de reubicación obligatorio sin límites máximos".

Como ya hizo en la frontera con Serbia, el Gobierno de Hungría ha cerrado su frontera con Croacia para frenar la llegada de refugiados.

Un muro institucional se suma a la valla física

En alusión a las vallas que el país centroeuropeo ha construido en sus lindes del sur para detener a los refugiados, Orbán ha asegurado que la defensa "hacia el sur es en vano si nos envían desde Occidente a aquellos que no han entrado en la Unión Europea por Hungría".

En la campaña previa al referendo, el Gobierno de Orbán ha insistido en que son los húngaros, y no Bruselas, quienes deben decidir con quienes quieren convivir.

"El referéndum logró su meta porque desde ahora representamos la voluntad de 3,3 millones de húngaros", ha insistido el político conservador en alusión al número de votantes que apoyaron el "no". Respondieron así a la pregunta: "¿Quiere que la Unión Europea disponga, sin el consentimiento del Parlamento (de Hungría), sobre el asentamiento obligatorio de ciudadanos no húngaros en Hungría?".

La ultraderecha teme el ridículo de Orbán ante la UE

Orbán ha reiterado que "nadie puede modificar esta voluntad" por lo que el gabinete dará peso legal a las respuestas y propone la enmienda de la Constitución. Su línea dura en materia de inmigración (relacionando terrorismo con refugiados y alertando del fin de la identidad húngara) le ha dado un puesto de liderazgo entre los países del Grupo de Visegrado (República Checa, Polonia, Eslovaquia y Hungría), que se oponen al reparto solidario de refugiados en la UE.

Hungría vota en referéndum si acepta las cuotas de refugiados impuestas por Bruselas

Por su parte, el líder del grupo parlamentario de los socialistas, Bertalan Tóth, ha recordado a Orbán que la mayoría, "más de 5 millones de húngaros, no acudió al referéndum".

Los partidos de izquierda pidieron a la población que no acudieran a votar.

El líder del partido de ultraderecha Jobbik, Gábor Vona, si bien apoyó en el referéndum la misma postura que el Gobierno, ha recalcado que Orbán perdió la consulta y pidió su dimisión. "Usted es un político fracasado y su peso ha caído en la Unión Europea, nadie le tomará en serio", ha dicho Vona a Orbán.

El referéndum de Hungría no ha superado el 50% de participación, por lo que no es legalmente válido

La prensa del país, dividida

Las interpretaciones del resultado, triunfo o fracaso, y la inconsistencia por la falta de quorum ha dividido a la prensa magiar. A ello ha dado pie el hecho de que, si bien el "no" a las cuotas comunitarias de refugiados obtuvo una mayoría aplastante de los votos válidos, tal y como quería el primer ministro, Viktor Orbán, la mayoría de la población no acudió a las urnas, por lo que la consulta no es vinculante legalmente.

"Hungría mandó un mensaje, Orbán fracasó", titula el diario independiente Népszabadság, el de mayor tirada en el país. Agrega que, pese a que más de tres millones de votantes apoyaron al Gobierno, es la primera vez desde 2006 que "las cosas no se atienen a lo quiere Orbán".

El periódico derechista Magyar Nemzet destaca que "El referéndum es inválido", pero que "Orbán se prepara para reformar la Constitución". 

"El referendo es un fracaso para Orbán, pero tenemos una mala noticia", la de que el gobierno continuará con su política de inmigración restrictiva, expresa el portal hvg.

"El 98% votó con un no", destaca el Magyar Idök, cercano al gobierno, de forma similar a cómo presenta la noticia la televisión pública en su página web al titular que el "98,3% dijo no", y recordar las palabras de Orbán de que "El arma será lo suficiente fuerte en Bruselas".