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Belén Rueda: "Sentí auténtico terror al enfrentarme a una película cómica, es muy difícil hacer reír"

  • Protagoniza su primera comedia, La noche que mi madre mató a mi padre
  • RTVE.es entrevista a Rueda, Eduard Fernández, María Pujalte, Patricia Montero e Inés París
  • La cinta, participada por RTVE, se estrena este viernes 29 tras su éxito en Málaga

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RTVE.es estrena el tráiler de 'La noche que mi madre mató a mi padre'

Nos desgarró en Mar adentro (2004) y nos metió el miedo en el cuerpo en El orfanato (2007) pero, sorprendentemente, nunca nos había hecho reír en el cine. Por fin lo hace -y a carcajadas- en La noche que mi madre mató a mi padre, su primer papel en una comedia para la gran pantalla, que se estrenó con gran éxito hace unos días en la Sección Oficial del Festival de Cine Español de Málaga y llega a las salas este viernes 29 de abril, con la participación de RTVE.

En un papel escrito específicamente para ella por la directora y guionista, Inés París, Belén Rueda interpreta a Isabel, una actriz que ha cumplido los 40, cuyo teléfono ha dejado de sonar y que está desesperada por trabajar. Isabel organiza una cena en su casa porque su marido, escritor de novelas policíacas (Eduard Fernández), y la exmujer de este (María Pujalte), directora de cine, quieren convencer a un famoso actor argentino (Diego Peretti) de que protagonice su próxima película. En mitad de la cena aparece el ex de la anfitriona (Fele Martínez) con su nueva novia (Patricia Montero) y la cosa se va enredando y todos acaban perdiendo los papeles hasta con cadáveres de por medio.

Aunque Rueda ya había hecho comedia en televisión (Los Serrano), su personaje era el que ponía la cordura, pero en su nueva película interpreta a una mujer "completamente loca" y "bipolar": "Le dije a Inés que tenía auténtico terror al enfrentarme al personaje porque en la comedia es muy difícil conseguir lo que quieres, que es que la gente se ría. Hacer llorar o emocionar es muy complicado, pero hacer reír también", explica la actriz en una entrevista con RTVE.es.

Su compañero Eduard Fernández, que casi se estrena también en la comedia en cine -la hizo en Cosas que hacen que la vida merezca la pena (2004) era un tono distinto-, comparte con ella en declaraciones a RTVE.es que este género tiene "un plus" de dificultad con respecto al drama y requiere "un punto de composición y de oficio y un tempo que hay que saber cuál es para hacer 'ja'".

Las claves de la comedia

Las risas y los diez minutos de ovación que La noche que mi madre mató a mi padre suscitaron tras su pase por Málaga, demuestran que la cinta consigue ese objetivo que tienen todas las comedias pero que no todas alcanzan: hacer reír. Pero, ¿cuál es la clave para lograrlo?

En opinión de Belén Rueda, se consigue porque la cinta presenta "situaciones absurdas, pero que pueden pasar de verdad", idea que comparte Patricia Montero, que añade que es "una comedia muy inteligente" y un género que Inés París "escribe como nadie".

Fernández cree "fundamental" el "entenderse con director y compañeros y que puedas estar creativo" y María Pujalte subraya la necesidad de que la comedia "esté muy bien construida" y que quien la escribe, y dirige, "sepa muy bien lo que quiere". Ambos veteranos coinciden en que se divirtieron mucho en el rodaje, y eso ayuda "a construir y a que salgan muchas más cosas".

"Es fundamental que tenga un buen punto de partida, y a la vez un elemento de credibilidad, pero que también te permita llegar a lo inesperado y sorprendente; además de una buena arquitectura del guion. Todo esto está muy bien, pero sin unos actores excepcionales no sirve de nada y yo he tenido la suerte de conseguir un casting magnífico que está en estado de gracia", resume la directora.

París, que cita como referentes de su cuarto largometraje a las escritoras Agatha Christie y Patricia Highsmith y a los directores y guionistas Woody Allen y David Mamet, cree que su aportación al género es el haber logrado hacer "una película cercana, muy nuestra y muy española", pese a ser un tipo de cine que han practicado mucho más los franceses o norteamericanos.

Eduard Fernández, Belén Rueda, Fele Martínez, Patricia Montero, Diego Peretti y María Pujalte (de espaldas). noticias

Rodaje nocturno plagado de anécdotas

La noche que mi madre mató a mi padre se rodó durante cinco semanas en una gran mansión de Valencia y de noche, experiencia que la cineasta define como "terrorífica": "En ese sentido soy un poco desastre porque escribo una comedia que transcurre de noche, pero luego no pienso que haya que rodarla de noche porque para eso está la tecnología. Pero mi director de fotografía dijo que de noche, y se lo agradezco infinito porque ha trabajado mucho para que la película no sea una especie de obra de teatro filmada", explica a RTVE.es.

Para meterse más en situación, el personaje de Eduard Fernández se pasa más de media película en pijama -una aportación personal del actor al guion, a cuyo personaje "todo el mundo le parece subnormal, está hasta las narices de todo y solo quiere irse a la cama"-. También en la película conduce en pijama un autobús, vehículo que el actor catalán se empeñó en dirigir personalmente con consecuencias desastrosas: acabo llevándose una farola por delante.

Eduard Fernández, con su pijama, es Ángel. noticias

La "absurda frontera" de los 40

Pese a su tono cómico, la película tiene una gran carga de crítica detrás al denunciar la discriminación que sufren las actrices -y las mujeres en general- en el mundo laboral cuando se traspasa la "absurda frontera" de los 40 años. "Parece que los personajes femeninos siempre tienen que ser jóvenes y bellas de una manera muy estándar y estar al servicio de los hombres protagonistas", subraya Inés París.

María Pujalte y Belén Rueda.

Aunque Belén Rueda confiesa no haber sufrido esa discriminación en sus carnes, sí que lo vive con otras "maravillosas compañeras" que tienen "mucha dificultad para tener personajes que lleven el peso de la historia"; Pujalte, por su parte, señala que, mientras que para el hombre "la madurez es un grado, para la mujer, no"; y Patricia Montero, aún lejos de los 40, reconoce que en España cuando los hombres cumplen años, tienen "más trabajo", al contrario que las mujeres, pese a que cree que esto "poco a poco va cambiando" y pone el ejemplo de su compañera Rueda. La visión masculina la aporta Eduard Fernández, que lo considera "una putada" que afecta también a los actores mayores.

La noche que mi madre mató a mi padre también es una parodia sobre los nuevos modelos de familia, esas parejas que se llevan aparentemente bien con sus ex y con hijos en común, pero con situaciones "enquistadas" de fondo que pueden acabar estallando "con virulencia", situación que, a juicio de la protagonista, "todos" hemos podido perfectamente vivir en primera persona o por conocidos.

"En esta sociedad ninguna familia es normal, y al final siempre acaban saliendo los trapos sucios", añade por su parte Patricia Montero, quien considera su personaje en esta cinta es "un punto de inflexión y un cambio de rumbo" en su carrera fuera de "la rubia de ojos azules" que el público está acostumbrado a ver.

"La película tiene muchas lecturas. Hay muchos guiños y muchos temas que uno puede reconocer sobre los que hay una mirada crítica, irónica y satírica, en lo que tiene relativo a nuestra profesión del cine, también lo 'chachiguay' de las familias modernas y luego la propia trama en sí y el lío, que se convierte en un vodevil que no tiene fin", resume María Pujalte, cuyo personaje comienza siendo una déspota controladora y acaba desmadrada.

"La película no es un tratado de filosofía, pero tiene debajo muchas cosas que quiero contar", explica París -quien curiosamente dedica la cinta su padre, el filósofo Carlos París, fallecido en 2014-. "Aunque se ironice sobre el mundo del cine, hablo de cosas muy universales que le pueden pasar a quien trabaje en El Corte Inglés. Elegí el mundo del cine porque lo conozco bien y me encontraba más cómoda, pero sobre todo porque me permitía hablar de esa relación que existe entre ficción y realidad, que todos somos en realidad máscaras y el actor lo único que hace es poner delante de nosotros como espectadores lo que los seres humanos somos en realidad".

¿Qué estarías dispuesto a hacer por un papel?

El personaje de Belén Rueda es capaz de matar por conseguir un papel, pero, ¿y la actriz?, ¿qué sería capaz de hacer? "Uno no sabe lo que es capaz de hacer hasta que no te encuentras en esa situación. Yo a priori diría que hay cosas que yo no haría de mi personaje, montar una cosa así tan bestia, pero a lo mejor cuando te encuentras en esa situación te obnubilas y no eres capaz de pensar como una persona razonable", dice la actriz madrileña. "No creo que fuera capaz montar la que monta Isabel, pero tampoco tengo un marido guionista que me ningunea. Intentaría convencer de una forma muy normal y convencional no montaría, no sería tan valiente", dice Pujalte. "Me encanta mi profesión, pero no se me va la vida con esto, podría ser feliz con muchas otras cosas", opina Montero, por su parte; mientras que la directora, Inés París, confiesa haber hecho ya "de todo" en su vida por una película, aunque ahora cree que lo que hay que hacer es "juntarse con toda la gente del cine y plantear de manera racional qué tenemos que cambiar para que todos podamos seguir haciendo cine, y trabajar también con los responsables del estado cultural de este país, sea quienes sean para que se entienda que el cine es fundamental como industria, cultural y parte de la marca España". "Yo estaría dispuesto a cobrar, a cobrar mucho. Se aceptan propuestas", concluye un pragmático Eduard Fernández.