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La Corte Penal Internacional cierra el caso contra el vicepresidente de Kenia por falta de pruebas

  • William Ruto estaba acusado, junto a un periodista, de crímenes de lesa humanidad
  • La decisión puede ser recurrida y Ruto puede ser imputado en un nuevo caso en el futuro
  • Se les acusa de instigar la ola de violencia en 2007, con un millar de muertos

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William Ruto en la Corte Penal Internacional de La Haya, en una imagen de archivo
William Ruto en la Corte Penal Internacional de La Haya, en una imagen de archivo

La sala de primera instancia de la Corte Penal Internacional (CPI) ha decidido este lunes cerrar por falta de pruebas el caso contra el vicepresidente de Kenia, William Ruto, y el periodista Joshua Arap Sang, a los que se acusaba de crímenes de lesa humanidad.

La sala ha examinado la peticiones de Ruto y Arap de "absolución" e "insuficiencia de pruebas", y ha acordado por mayoría "anular los cargos y pronunciar que 'no hay lugar' (al proceso) en favor de los dos acusados".

La corte, con sede en La Haya, especificó en un comunicado que esta decisión puede ser recurrida y que no impide que Ruto y Sang puedan ser imputados en un nuevo caso en el futuro ante la CPI o una jurisdicción nacional.

No hay "evidencias suficientes"

La sala ha explicado que, para tomar esta decisión, tuvo en cuenta las conclusiones del fiscal y de los representantes legales de las víctimas, y que además escuchó argumentos suplementarios durante las audiencias celebradas entre los pasados 12 y 15 de enero.

El juez Chile Eboe-Osuji, que preside la cámara, y su colega Robert Fremr conformaron la mayoría necesaria para aprobar esta determinación, que justificaron con distintos argumentos.

Para el juez Fremr, no hay caso contra los acusados al no haber conseguido la Fiscalía "evidencias suficientes", por lo que ha considerado que "no hay razón para llamar a la defensa a exponer su caso o a prolongar más el proceso".

El juez Eboe-Osuji, por su parte, también se ha mostrado a favor de la "anulación de los cargos sin perjuicio de nuevas diligencias que podrían iniciarse en el futuro".

En todo caso, declaró la "nulidad del proceso" dados los "fallos en el dossier de la acusación" causados por "demostradas interferencias en el proceso", ante "la presión ejercida sobre testigos e injerencias políticas" que les pudieron intimidar.

No hay "absolución", sino "anulación", y dudas

La sala también concluyó que una "absolución" no era el resultado apropiado para este caso sino más bien una "anulación de los cargos" y la determinación de que "no hay lugar" a un caso contra los acusados.

Por lo que respecta a la única juez que se ha manifestado en desacuerdo con la decisión, Olga Herrera Carbuccia, en su opinión los cargos no deberían ser anulados.

Desde su punto de vista, la tesis de la acusación "no se había desmoronado" y "existían suficientes pruebas" que, si eran admitidas, "podían razonablemente permitir a una sala de primera instancia declarar a los acusados culpables".

Más de mil muertos y 600.000 desplazados

Los acusados argumentaban que se les atribuían injustamente delitos de asesinato, de traslado forzoso de civiles y de persecución en el Valle del Rift durante los sucesos violentos postelectorales que tuvieron lugar en Kenia en 2007 y 2008.

La Fiscalía estimaba que los altercados violentos se saldaron con más de un millar de muertes y más de 600.000 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares.

El juicio contra Ruto y Sang comenzó el 10 de septiembre de 2013, aunque ninguno de los dos acusados está bajo custodia del alto tribunal internacional con sede en La Haya.

También el presidente, dos procesos desestimados

Precisamente, Uhuru Kenyatta, ha manifestado este lunes en su cuenta de twitter que la decisión de la CPI de cerrar el caso contra su vicepresidente marca el final de "una pesadilla" para el país africano.

El propio Kenyatta vivió la misma situación en diciembre de 2014, cuando la CPI decidió cerrar otro proceso abierto contra él también por su presunta implicación en las matanzas, violaciones y atrocidades que kenianos de tribus rivales cometieron entre finales de 2007 y principios de 2008.

Al igual que en el caso de Ruto y Arap Sang, la CPI ordenó entonces el archivo ante la falta de pruebas y testigos para mantener los cargos. "Cuando la CPI retiró el caso contra mí, dije a los kenianos que no podría celebrarlo hasta que todos los casos hubieran terminado", ha recordado el mandatario.

Tras conocer la resolución judicial, Kenyatta subrayó que ésta reafirma su "convicción en la inocencia" del vicepresidente keniano y en que este caso estaba "condenado desde el principio". A su juicio, "la victoria es parcial y la búsqueda de justicia, incompleta, porque la CPI eligió perseguir de forma ciega una agenda defectuosa a expensas de la rendición de cuentas".

"Como consecuencia, muchas víctimas esperan justicia, y los autores deben todavía responder", ha admitido el presidente, quien se ha comprometido a continuar con la tarea de "sanar a la nación, unir al pueblo, reconciliar comunidades y asegurar que se hace justicia para las víctimas".