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Federico de Madrazo, como en casa y entre amigos

  • El Prado dedica una exposición al artista que fuera su director durante 21 años
  • Effigies amicorum reúne 21 retratos de artistas realizados por Madrazo
  • Para celebrar su bicentenario, también se presenta el Catálogo de Pintura del XIX

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Retratos de 'El pintor Eduardo Rosales' (1867) y 'El pintor Carlos Luis de Ribera' (1839), de Federico de Madrazo.
Retratos de 'El pintor Eduardo Rosales' (1867) y 'El pintor Carlos Luis de Ribera' (1839), de Federico de Madrazo.

El que fuera director del Museo del Prado durante 21 años -entre 1860 y 1868 y desde 1881 a 1894- y uno de los máximos exponentes de la pintura romántica española, Federico de Madrazo (1815-1894), 'vuelve' a casa con motivo del bicentenario de su nacimiento. La exposición Effigies amicorum es el particular homenaje que le rinde el museo, destacando además su papel preponderante como retratista de artistas -es el pintor español de su tiempo que mayor número de retratos de artistas realizó-.

Hasta el 10 de enero de 2016, la sala 60 del Palacio de Villanueva reúne una rica selección de 21 retratos de artistas realizados por Federico de Madrazo en diversas técnicas, a los que se une su retrato de Sabina Seupham Spalding (1846), que se expone en la sala 62B y que se incorpora a la colección del artista del Museo del Prado tras su adquisición en 2014.

Pero las celebraciones no acaban aquí, el Museo del Prado también ha aprovechado el bicentenario para presentar su catálogo general de la Colección de pintura del sigo XIX, dirigido por José Luis Díez y Ana Gutiérrez, fruto de 15 años de minucioso trabajo para catalogar razonadamente las 2.690 obras de la colección completa.

En casa y rodeado de amigos

Aunque en realidad Federico de Madrazo nunca abandonó el Prado, al que además legó "generosamente" un amplio conjunto de sus retratos de artistas, la sala de presentación de colecciones de pintura del siglo XIX permite mostrar al público obras que habitualmente no se exhiben en sala, señala a RTVE.es el comisario de la muestra y jefe de conservación de pintura del XIX, Javier Barón, y que muestran "su amor al arte a través de efigies de sus amigos artistas, de sus condiscípulos y de sus alumnos".

Del amplio catálogo de retratos de escultores y artistas que posaron para Federico de Madrazo, para la exposición se han seleccionado siete lienzos al óleo que abarcan prácticamente toda su carrera artística, que casi cubrió el siglo XIX, y 12 dibujos de escultores y artistas realizados entre 1839 y 1843, cuando aún era muy joven "pero se da cuenta de la importancia que tiene, en pleno periodo romántico, dejar constancia, cuando todavía la fotografía está formándose, y es el dibujo el que da cuenta de todos los retratos", subraya el comisario.

"Los álbumes amicorum, herederos de la tradición alemana del siglo XVI, tienen en el siglo XIX una importancia aún mayor por el culto al arte de los artistas que conlleva el Romanticismo. El mayor valor que poco a poco va cobrando el artista y que la sociedad va a reconocer a partir de ese momento, hace que los artistas sean objeto del trabajo de otros artistas", explica Barón.

Completan la muestra dos retratos litografiados, que muestran el dominio también de esta nueva técnica impulsada por su padre, el artista José de Madrazo, al que puede verse en una de las estampas y que realizó para incluirlo en la revista romántica El Artista.

Entre las obras expuestas, Barón destaca una "joya", el lienzo de El pintor Carlos Luis de Ribera, que pinta en París en 1839, amigo de Federico e hijo del otro gran pintor neoclásico, Juan Antonio de Ribera. "Es una obra maestra muy temprana, que realiza cuando apenas tiene 24 años, y en la que es muy visible el dominio de los negros en la tradición española. Al mismo tiempo que lo realiza, Carlos Luis pinta su retrato de Federico, que está en la Hispanic Society, y los envían a Madrid para ser expuestos en la Academia y para ser regalados a sus padres", dice el comisario.

También destacan el realizado a uno de sus principales discípulos, El pintor Eduardo Rosales (1867), en el que posa con la Legión de Honor francesa que ganó en París por su Doña Isabel la Católica dictando su testamento, o el de su hijo El pintor Raimundo de Madrazo y Garreta (1875), en el que le homenajea pintando los fondos a la manera de su primogénito.

Los retratos de artistas de Federico de Madrazo, en el Museo del Prado

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  • Retratos de Federico de Madrazo en el Prado

    'El pintor Carlos Luis de Ribera' (1839). Federico de Madrazo.

  • Retratos de Federico de Madrazo en el Prado

    'El pintor Eduardo Rosales' (1867). Federico de Madrazo.

La "seriedad" al servicio del Prado

Además de ser uno de los pintores más importantes del siglo XIX español, como responsable del Museo del Prado Federico de Madrazo fue "uno de los directores que más seriedad aporta al desempeño de su cargo". Hijo también de otro director del Prado y gran coleccionista, José de Madrazo, Federico nació en el conocimiento de esa pintura.

Barón subraya que, pese a tener unos gustos más afines a la herencia de la pintura académica, Federico de Madrazo fue "verdaderamente consciente de la importancia, además de de Velázquez, de otros artistas más anticlásicos, como Goya y El Greco". En este sentido, fue él quien aceptó la donación de las pinturas negras de Goya realizada por el barón de Erlanger, y el que defendió la labor de retratista del artista de origen griego.

"Es un artista bajo el cual el museo crece", apunta sin concesiones el jefe de conservación de pintura del XIX del Prado, que recuerda además la estirpe de artistas a la que pertenecía Federico de Madrazo: hijo de artista (José de Madrazo), hermano (Pedro de Madrazo, primero en hacer catálogos científicos razonados del Prado), padre (Raimundo y Ricardo), suegro (Mariano de Fortuny) y abuelo (Mariano de Fortuny y Madrazo).

"La saga de los Madrazo, al haber tantos artistas y ocupar puestos tan relevantes, ha tenido una imagen algo antipática porque se suponía que dominaban todo el medio artístico español del momento. Sin embargo, tienen una gran cultura, un apego al arte y una defensa de la dignidad de los propios artistas a través de los retratos. Y Federico es alguien que comprende a fondo esa importancia nueva que tiene la figura del artista en ese nuevo momento romántico y posterior, y único artista español que con tanta frecuencia hace retratos de otros artistas con una idea de reunión de galería de retratos", concluye Javier Barón. Su legado está ahora al alcance de todos.

Todo un siglo de pintura

2.690 obras forman la colección de pintura del siglo XIX del Museo del Prado, que al fin se recogen por primera vez de forma completa en el Catálogo General de Pintura del siglo XIX, dirigido por José Luis Díez y Ana Gutiérrez y fruto de 15 años de trabajo. Durante ese tiempo se han rastreado, revisado y comprobado innumerables fuentes documentales y bibliográficas de diversa naturaleza hasta conseguir detallar los pormenores de cada una de esas obras, tanto de la colección permanente como las depositadas fuera de los muros del Prado.