Enlaces accesibilidad

Detenido un supuesto comandante regional del cártel mexicano de los Zetas

  • Pérez Ramos era uno de los principales objetivos de la estrategia de seguridad
  • Pretendía asumir el mando de la organización, tras la detención del anterior líder
  • El cártel de los Zetas es uno de los más sanguinarios y poderosos de México

Por

Las autoridades mexicanas han anunciado este lunes la detención del supuesto comandante regional del cártel de los Zetas, Ramiro Pérez Ramos, un objetivo prioritario de la estrategia de seguridad puesta en marcha en mayo de 2014 para combatir el crimen organizado en Tamaulipas, en el noreste de México.

La operación ha sido llevada a cabo en Nuevo Laredo, ciudad fronteriza con Estados Unidos, por el Grupo de Coordinación Tamaulipas, integrado por fuerzas de seguridad federales y estatales. El individuo fue capturado junto a cuatro cómplices a los que se les intervinieron tres armas largas, tres cargadores, una granada de mano, cartuchos y droga.

Según las autoridades, Pérez Ramos era jefe operativo en los estados de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas y pretendía, tras la detención de Omar Treviño Morales, asumir el mando de la organización de los Zetas.

Con la captura de este supuesto comandante, dentro de la estrategia de seguridad, falta por ser detenido Ángel Eduardo Prado Rodríguez, jefe de plaza en Matamoros del cártel del Golfo, han afirmado las fuentes oficiales.

Esta detención se da a conocer después de que un tribunal mexicano emitiera un nuevo auto de prisión formal, medida que marca el inicio de un proceso penal, contra Treviño Morales, presunto líder de los Zetas capturado el pasado 4 de marzo. Posteriormente, el pasado 13 de marzo, otro tribunal dictó auto de formal prisión contra Treviño Morales y dos coacusados por porte de armas de uso exclusivo del Ejército y operaciones con recursos de procedencia ilícita.

Los Zetas, uno de los grupos más sanguinarios y poderosos

El cártel de los Zetas es la segunda organización criminal más importante del país después de Sinaloa. Considerado uno de los más sanguinarios y poderosos de México, el grupo ha protagonizado los episodios de violencia más cruentos del país. Se le atribuyen numerosas masacres, entre ellas la de 72 indocumentados en el municipio de San Fernando, Tamaulipas, en agosto de 2010 y el incendio en el centro nocturno Casino Royale de la ciudad de Monterrey, Nuevo León, que dejó 52 muertos en 2011.

Además del tráfico de drogas, el cártel perpetra secuestros, extorsiones y otras actividades delictivas en al menos 20 estados mexicanos.