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El Arte, utilidad y pedagogía del saber "inútil", en el Reina Sofía

  • La exposición Un saber realmente útil puede visitarse hasta el 9 de febrero
  • Ofrece una reflexión sobre la pedagogía que deriva de la experiencia artística
  • La muestra está comisariada por el colectivo WHW (What, How and for Whom)
  • La exposición conecta con Playgrounds, también organizada por el museo

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Exposición "Un saber realmente útil" en el Reina Sofía
Exposición "Un saber realmente útil" en el Reina Sofía

Acumular conocimientos puede ser la clave de la libertad o una forma sofisticada de privación de la misma, si el aprendizaje es impuesto para aprovecharse como fuerza de trabajo. Algo así debió ocurrir a principios del siglo XIX, cuando la Revolución Industrial introdujo la necesidad de afinar y pulir las habilidades de los obreros que operaban las máquinas, así como de especializar la formación de aquellos que las diseñaban y las mantenían en orden de funcionamiento.

La financiación de este aprendizaje, si es interesada, podría ser contemplada como una inversión de la que obtener un rendimiento económico. Entre 1820 y 1840, algunas organizaciones obreras del Reino Unido identificaron de esta manera una sutil modalidad de explotación. Hicieron seguidamente una distinción entre los "saberes útiles", la ingeniería, la física, o la química, y "otra clase de filosofía, otras pedagogías orientadas a saber dónde estamos y que otro tipo de relaciones son posibles".

Así lo ha explicado a RTVE.es Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía donde este martes se ha presentado la exposición Un saber realmente útil. La muestra puede visitarse entre entre los días 28 de octubre y 9 de febrero y propone la experiencia artística, la creación de arte y su consumo, como dinámica de aprendizaje en tanto que se trata de un fenómeno transformador de la persona y generador de ideología "empoderando a quienes están privados del habla", ha añadido el director.

Epistemología y pedagogía en clave artística

Un saber realmente útil parte de una reflexión crítica de la pedagogía, un replanteamiento acerca de los modos de aprendizaje y un análisis de los medios dedicados a la educación. En esta línea "conecta con Playgrounds, muestra ofrecida por el Reina Sofía que investiga la relación entre el juego y el espacio público como fuente del conocimiento de las normas de convivencia", apunta Borja-Villel.

La exposición, comisariada por el colectivo WHW (What, How and for Whom), pretende además ayudar a repensar las formas de organización política y social, investigando el papel del conocimiento a lo largo de la historia reciente, en especial en lo relacionados con las llamadas sociedades de la información.

Las integrantes de WHW -las croatas Ivet Curlin, Ana Devic, Natasa Ilic y Sabina Sobolovic- han reivindicado este martes "el derecho del arte a ser inútil", pero también la necesidad de que el artista se conecte con el cambio social, en especial en estos momentos en que "el debate sobre una educación pública de calidad se da no solo en España, sino en todas partes", ha señalado esta última.

Educación

Playgrounds se apoya "en la obra de artistas históricos, como Cartier Bresson", pero Un saber realmente útil lo hace en "autores contemporáneos, porque la educación se ha convertido en un elemento capital en la obra de los artistas actuales", nos detalla el responsable del museo, que discierne el interés de las comisarias en tres puntos principales.

En primer lugar, se menciona "un saber que rompe la separación entre el arte de élite y el arte popular", nos dice Borja-Villel que ejemplifica señalando el trabajo expuesto del grupo Ardmore Ceramic de Sudáfrica, "cuyo arte cerámico ayuda a enseñar cómo se previene el SIDA".

El interés se centra seguidamente en el autoaprendizaje, y el director discierne entre el concepto de los términos anglosajones "'play', que significa jugar inventando las normas, y 'game', que es un juego con normas establecidas". La exposición ejemplifica este punto con la película En rachâchant (1982) de Huillet y Straub y las imágenes de alumnos en clase de Hicham Benohoud.

Y finalmente la propuesta refleja un elemento contenido "en nuestra propia sociedad, sobre cómo se generan nuestras propias relaciones", concluye Borja-Villel, expresado "en un arte partisano" y la presencia de artistas y colectivos cercanos al activismo, como Emory Douglas, forjador del potente vocabulario visual de los Panteras Negras estadounidenses de los años sesenta.

La tecnología puede ser un intermediario

Dentro de este arte "inútil", pero muy conectado con el saber tecnológico, en la exposición destaca la instalación, a modo de escultura, de un satélite desarrollado por el estadounidense Trevor Paglen junto a ingenieros aeroespaciales para proponer la creación de una tecnología "al margen de intereses corporativos y militares", ha explicado este martes su autor durante un recorrido por la exposición.

Paglen es también coautor, junto al investigador informático y hacker Jacob Appelbaum de la instalación Cubo de autonomía (2014), que no es más que una red wi-fi pública que envía su señal a través de la red encriptada TOR, de origen militar y que es utilizada por periodistas o empresas que quieren proteger la propiedad intelectual.

Artistas españoles como Diego del Pozo, Montse Romaní, Virginia Villaplana o Nuria Güell comparten también las salas del Reina Sofía con creadores como la chilena Cecilia Vicuña y su vídeo ¿Qué es para usted la poesía?, el australiano Brook Andrew y su visión de la historia colonial de su país y España, en la que aprecia "bastantes paralelismos".

Un saber realmente útil cuenta además con un programa de actividades para potenciar la participación del público, entre las que destaca las del colectivo español Subtramas, que ha creado un programa de mediación lecturas y debates para buscar el diálogo sobre los temas transversales de la exposición, como feminismo, inmigración, sida, seguridad en internet, educación y arte y propaganda.