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El cometa que persigue Rosetta está cubierto de polvo, según la primera toma de temperatura

  • La 'calidez' de la superficie indica que no está cubierto de hielo
  • Rosetta tomó la temperatura con su espectrómetro a 14.000 km de distancia
  • Está previsto que la sonda de la ESA aterrice en el cometa en noviembre

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Infografía del momento en el que Rosetta tomó la temperatura del cometa 67P.
Infografía del momento en el que Rosetta tomó la temperatura del cometa 67P.

La sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha podido tomar la temperatura, por primera vez, al cometa que 'persigue' desde hace diez años, el 67P/Churyumov-Gerasimenko. Estos datos permiten a la sonda tener un mayor conocimiento de su superficie.

Rosetta tiene previsto aterrizar sobre el cometa en noviembre, al mismo tiempo que este se va aproximando hacia la estrella del Sistema Solar.

En el momento en que se tomó la temperatura, 67P se encontraba a 553 millones de kilómetros del Sol y tenía una temperatura media de la superficie de -70 ºC, entre 20 y 30ºC más de lo que se prevé para un cometa a esa distancia de la estrella, según ha informado la ESA.

Este dato revela, por tanto, que el cometa es "demasiado cálido para estar cubierta de hielo" y, en cambio, debe estar cubierto por una corteza oscura y de polvo.

Rosetta ha podido hacer estas observaciones gracias a las imágenes termales e infrarrojas obtenidas por su espectrómetro VIRTIS, entre el 13 y el 21 de julio, cuando Rosetta se encontraba a unos 14.000 kilómetros de distancia a más de 5.000 km de altitud.

Mayor conocimiento de 67P

"Este resultado es muy interesante, ya que nos da las primeras pistas sobre la composición y las propiedades físicas de la superficie del cometa", ha comentado el investigador principal de VIRTIS, Fabrizio Capaccioni, del INAF-IAPS (Roma, Italia).

Otros cometas como 1P/Halley tienen superficies muy oscuras debido a una cubierta de polvo. El cometa que persigue Rosetta tiene una baja reflectancia, como se desprende de las observaciones terrestres, excluyendo una superficie helada totalmente "limpia".

Así, según apunta la ESA, las mediciones de temperatura proporcionan una confirmación directa de que gran parte de la superficie debe ser polvo, ya que el material más oscuro se calienta y emite calor más fácilmente que el hielo cuando se expone a la luz solar.

"Esto no excluye la presencia de placas de hielo relativamente limpio, sin embargo, y muy pronto, VIRTIS será capaz de permitir la generación de mapas que muestren la temperatura de las características individuales", ha añadido el doctor Capaccioni.

Además de las mediciones globales, el sensor tiene previsto estudiar diariamente la variación de temperatura de la superficie de áreas específicas del cometa. El objetivo es comprender rápidamente cómo reacciona la superficie respecto a la iluminación solar.

Estos datos darán pistas de la conductividad térmica, la densidad y porosidad de los primeros diez centímetros de la superficie del cometa, información importante para decidir el lugar en el que aterrizará Philae, la sonda que porta a Rosetta.