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En el nombre de la madre monstruo

  •  Se estrena Madre e hijo, Oso de Oro en el Festival de Berlín de 2013
  •  RTVE.es entrevista a su director, el rumano Calin Peter Nezter

Por
Luminita Gheorghiu
Luminita Gheorghiu

Título original: Pozitia copilului (Child's Pose)

Año: 2013

Duración: 112 min.

País: Rumanía

Director: Calin Peter Netzer

Guión: Razvan Radulescu, Calin Peter Netzer

Reparto: Luminita Gheorghiu, Bogdan Dumitrache, Florin Zamfirescu, Natasa Raab, Ilinca Goia

Casi da pudor preguntar a Calin Peter Nezter el origen de su película Madre e hijo. Primero, porque el director rumano es introvertido y reservado. Y segundo, porque reconoce que la relación materno-filial enfermiza que muestra la película está basada en experiencias personales. Con su tercera película, ha obtenido un hito más de la llamada Nueva ola del cine rumano ganando el Oso de Oro en el Festival de Berlín en 2013. Con un poco de retraso, llega a las pantallas españolas el 23 de mayo.

Madre e Hijo es, sobre todo, la historia de Cornelia, una mujer de la clase dirigente que todavía no ha asimilado que su hijo Barbu, de 34 años, se haya independizado y tiene una pulsión sobreprotectora hacia él. Cuando Barbu atropella a un muchacho por accidente, Cornelia despliega todos sus recursos (amedrentar y sobornar al Estado), pero, sobre todo, anula la voluntad del hijo para que dependa absolutamente de ella. No haya miedo: nada de esto sucedió al director, que simplemente reconoce haber experimentado esa relación castradora, más frecuente en las clases acomodadas.

“Sí, es verdad, ha tenido que ver con mi experiencia, y no solo con la mía sino con la del guionista Razvan Radulescu (4 meses, 3 semanas, 2 días)”, dice el director. “Juntos hablamos sobre este tema y descubrimos que teníamos experiencias comunes y quisimos retratarlas en una película. Y es verdad que, estadísticamente hablando, hay más casos en la clase alta. No significa que no existan en la clase baja, pero si es verdad que aparece más en la clase adinerada”.

Nuevo bofetón cotidiano del cine rumano

Como sucede con el cine rumano que triunfa en los festivales, no es tanto el qué, por muy tremebundo que sea (véanse las películas de Cristian Mungiu), sino el cómo: cine realista, estética documental, y pasmosas interpretaciones llenas de naturalidad, como la apabullante Luminita Gheorghiu en el papel de la madre.

“Grabamos la película en 30 días con dos cámaras digitales para hacerla más directa, un poco al estilo documental. Primero porque queríamos que fuera auténtica y lo menos estética posible. La segunda razón es que valoro mucho la libertad del cámara para grabar tal como lo siente”, explica el director.

Aunque Madre e hijo arranca como una denuncia de la corrupción del Estado, pronto gira hacia un examen psicológico de la dependencia y dominación con tensión de thriller obsesivo. “Por supuesto que me preocupa el problema de la corrupción porque cualquiera de nosotros espera un estado mejor, pero no es el tema principal del película”.  

Calin Peter Nezter, de 38 años, ha dedicado todo 2013 a la promoción en festivales de la película. Afirma que el cine rumano tiene buena prensa cinéfila, pero trasciene poco en su país.

“En teoría, el cine rumano sí es admirado en Rumanía por la prensa y el público especializado, pero el gran público no va a ver el cine rumano. Hay muchas razones, una de ellas es que la gente va al cine para relajarse, no para toparse con problemas, dilemas o preguntas”.

De hecho, a Calin Peter Nezter le preocupa el futuro cinematográfico de su país. “Las cosas van bastante mal porque el presupuesto del Centro nacional de cinematografía ha bajado casi a la mitad los último dos o tres años”. A Peter Nezter, y sus compañeros de generación, siempre les quedarán los festivales.