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Al menos 30 insurgentes mueren en un bombardeo del Ejército paquistaní

  • La Fuerza Aérea paquistaní ha atacado refugios talibanes
  • Desde el pasado jueves un centenar de talibanes han muerto en bombardeos

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Al menos trinta insurgentes han muerto este martes en Pakistán a raíz de una nueva serie de bombardeos de la Fuerza Aérea paquistaní contra refugios talibanes en el cinturón tribal del noroeste del país.

Los ataques tuvieron lugar a primera hora en el valle de Shawal, entre las regiones de Waziristán del Norte y del Sur, según han informado a Efe una fuente militar, que añadió que "numerosos refugios han sido totalmente destruidos".

Los ataques tuvieron lugar a primera hora en diversos puntos de las regiones de Waziristán del Norte y del Sur, según una comunicación enviada a Efe por una fuente militar, que situó en 30 el número de insurgentes muertos.

Los ataques tuvieron lugar en dos ubicaciones del valle de Shawal, concretamente Paré Gar y Razan Nala, y en un enclave de Waziristán del Norte denominado Pasht Ziarat, y "numerosos" refugios insurgentes fueron destruidos" según han informado una fuente militar a Efe.

Un funcionario del organismo de coordinación de las áreas tribales, situado en la ciudad de Pesháwar, y un miembro de la administración local de Waziristán del Norte han confirmado los bombardeos, aunque redujeron a una veintena el número de muertos.

Diversas cadenas locales situaron el número de fallecidos en alrededor de la treintena, y de acuerdo a los datos del canal Dunya, los aparatos de la Fuerza Aérea bombardearon concretamente dos áreas llamadas Paré Gul y Shitkoi.

Los medios también han informado del creciente éxodo de civiles de la zona, que desde la semana pasada es objeto de repetidos operativos aéreos de las Fuerzas Armadas contra refugios de la insurgencia.

Desde el pasado jueves, al menos un centenar de talibanes han muerto en los bombardeos, según fuentes militares.

Conversaciones estancadas entre Gobierno y talibanes

Los ataques -realizados según el Gobierno por orden del primer ministro, Nawaz Sharif- llegan en medio del estancamiento de las conversaciones formales iniciadas el pasado 6 de febrero entre las autoridades y el principal grupo talibán, el TTP.

El Gobierno decidió suspender el diálogo el viernes pasado tras constatar que los talibanes continuaban con sus acciones armadas que, en las dos semanas de contactos oficiales, costaron la vida a 175 personas, según un recuento efectuado por el Ejecutivo.

La administración civil ha tenido que lidiar con la presión que, en opinión de numerosos analistas locales y diplomáticos europeos, han ejercido los militares para lanzar una ofensiva total contra el principal bastión de la insurgencia en Waziristán del Norte.

El asesor especial para temas de Seguridad del Gobierno, Artaj Aziz, afirmó ayer que el Gabinete está sopesando la opción de dar luz verde a la operación militar.

Pakistán ha experimentado el último año un notable incremento de la actividad terrorista y se ha roto una tendencia a la baja iniciada en 2010.

De acuerdo con un informe del Instituto Paquistaní de Estudios de Paz, el año pasado se cometieron en el país asiático más de 1.700 atentados -un 61 % de ellos perpetrado por el TTP y sus aliados- en los que murieron cerca de 2.500 personas, un 19 % más que en 2012.