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La acusación del caso Couso pide abrir una investigación a EE.UU. por posible encubrimiento

  • Los abogados creen que la "paralización" del proceso es una "burla"
  • El juez reiteró en febrero a Interpol diligencias para identificar a los militares

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De izquierda a derecha, José Couso, el Hotel Palestina de Bagdad, donde murió el cámara de televisión, y el juez Santiago Pedraz, empeñado en aclarar los hechos del 8 de abril de 2003.
De izquierda a derecha, José Couso, el Hotel Palestina de Bagdad, donde murió el cámara de televisión, y el juez Santiago Pedraz, empeñado en aclarar los hechos del 8 de abril de 2003.

La acusación en el caso Couso ha solicitado ante el juzgado de instrucción número 1 de la Audiencia Nacional que se abra una investigación a las autoridades estadounidenses por un posible delito de encubrimiento "al haberse negado a cooperar con la justicia española y con el juez instructor Santiago Pedraz" en el procedimiento.

La "paralización de facto del procedimiento constituye una burla manifiesta a la autoridad judicial española", ha asegurado uno de los letrados, Leopoldo Torres, para quien la paralización "causa indefensión a las víctimas del delito","hace ilusorio" su derecho a la tutela judicial efectiva y "propicia la impunidad de los autores".

El juez Santiago Pedraz reiteró en febrero pasado a Interpol las diligencias para identificar y detener a los tres militares procesados para proceder a su extradición y puesta a disposición de los juzgados españoles.

Además de los tres militares están imputados dos de sus superiores como ejecutores de un plan "para evitar que los medios de comunicación pudieran informar", señala el auto del juez.

Un ataque de las fuerzas militares estadounidenses contra el hotel Palestina, uno de los centros de la prensa independiente en Bagdad, causó la muerte del reportero José Couso el 8 de abril de 2003. Otros dos periodistas perdieron la vida en ese ataque y ningún responsable del mismo ha sido juzgado hasta el momento.

Tres militares implicados

En la causa, que fue reabierta por segunda vez en julio de 2010  por orden del Tribunal Supremo, se encuentran procesados y bajo orden  de busca y captura el teniente coronel Philip de Camp, el capitán  Philip Wolford y el sargento Thomas Gibson, todos ellos de  nacionalidad estadounidense, por un delito contra la comunidad  internacional en concurso con un homicidio.

De acuerdo con las pesquisas del juez, De Camp fue la persona que  "dio la orden directa de disparar" contra el hotel Palestina a pesar  de que sabía se encontraba en una zona civil y era ocupado por  periodistas.

Wolford, por su parte, transmitió la orden y Gibson fue  "quien materialmente efectuó el disparo" que mató a Couso y al cámara  ucranio Taras Prtosyuk y provocó heridas graves a otros tres  reporteros.

Reconstrucción de los hechos

La localización de la sargento Kinne fue la primera diligencia que  el juez acordó tras visitar la capital iraquí el 28 de enero de 2011  y realizar una reconstrucción de los hechos desde el punto exacto  desde el cual un carro de combate estadounidense habría disparado  contra el Hotel Palestina, causando la muerte del cámara de  Telecinco.

Debido a problemas burocráticos, el magistrado tuvo que  conformarse con grabar desde un lugar situado a unos cuantos metros  del punto exacto en el que se encontraba el tanque, que presuntamente  abrió fuego desde el puente Aljurumiya sobre el río Tigris.

Con anterioridad, el juez entró en el Hotel Palestina en compañía  de los periodistas Jon Sistiaga, Olga Rodríguez, Jesús Quiñonero y  Carlos Hernández --compañeros del cámara cuando se produjo el  ataque--, e inspeccionó los restos de lo que fue la habitación de  Couso en el piso 14 del edificio. Allí colocó varios trípodes  simulando los que usaban los cámaras el día de los hechos.

En marzo de 2011 dos profesores de Ciencias Físicas en la  Universidad Complutense de Madrid (UCM) ratificaron un informe en el  que concluían que desde el tanque del Ejército de Estados Unidos que  habría disparado contra el cámara de Telecinco podían ver de forma  nítida a las personas que se encontraban en las terrazas del hotel.