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Restaurar un humedal en cinco pasos

  • Es una metodología para mejorar la calidad de las aguas de los humedales
  • Consiste en seleccionar zonas por sus dimensiones y localización
  • Incorpora las preferencias y opiniones de la población local
  • También tiene en cuenta la viabilidad económica de la restauración

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Plantaciones inundadas de agua
Plantaciones inundadas de agua

Los humedales son unos de los ecosistemas más productivos que existen en el planeta, no obstante, la acción humana destruyó aproximadamente la mitad de su extensión mundial a lo largo del siglo XX. Una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha desarrollado un algoritmo de cinco pasos para guiar los proyectos de restauración y nueva creación de este tipo de ecosistemas. La metodología ha sido recogida en la revista Ecological Engineering.

Unas 300 hectáreas de humedales y 54 hectáreas de ribera en la cuenca del río Flumen en Aragón han sido objeto de una serie de medidas de restauración con el objetivo de mejorar la calidad de sus aguas mediante la reducción de las descargas de nitratos y sólidos en suspensión sobre el caudal del río. La selección de los puntos a restaurar se realizó a través de este protocolo y ha servido para comprobar su efectividad, según ha informado el CSIC.

Dos años después de que se aplicase, el artículo refleja que dichos puntos “han reducido sus descargas de nitratos en un 25% y muestran síntomas positivos en procesos abióticos y de biodiversidad en sus comunidades animales y vegetales”.

Para ello, la metodología se sirve de cinco pasos que incluyen criterios científico-técnicos, sociales y económicos. Según el trabajo, “una de las causas de la poca eficiencia de otros proyectos estriba en la falta de integración de estos tres aspectos antes de realizar las acciones de restauración”. En contraste, el paso número cuatro del protocolo del CSIC consiste en obtener las opiniones y el beneplácito de los grupos de interés locales y regionales.

El investigador del Instituto Pirenaico de Ecología del CSIC, Francisco Comín, que ha dirigido la investigación, aclara: “Una vez se han evaluado los tres primeros criterios, correspondientes a factores científico-técnicos, el protocolo contrasta la información obtenida con las preferencias y opiniones de la población local”. El quinto y último criterio a aplicar es el que incluye la viabilidad económica y que, para Comín, también “supone un elemento innovador con respecto a otros protocolos de este tipo”.

Por su parte, los criterios científico-técnicos son aplicados en los tres primeros pasos y estriban en la selección más adecuada de las zonas para restaurar y crear humedales en base a características como sus dimensiones y su localización. Según el artículo, “aunque el protocolo ha sido puesto a punto con el objetivo de mejorar la calidad del agua, también será aplicable sea cual sea la meta de la restauración, incluso si se persiguen varios objetivos de forma simultánea, lo que suele ser lo más habitual en casos de recuperación de ecosistemas”.

El proyecto de restauración se integra dentro del programa LIFE Creamagua coordinado por la Comarca de Los Monegros y ha contado con la participación de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Kv Consultores, Tragsa y el Parque Científico-Tecnológico Aula Dei.