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Malala recibe el alta y abandona el hospital tres meses después del ataque talibán contra su vida

  • La joven paquistaní de 15 años volverá a ser operada este mes
  • Fue disparada en la cabeza por defender la educación femenina

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Malala abandona el hospital tres meses después del ataque talibán contra su vida

La joven activista paquistaní Malala Yousafzai ha recibido este viernes el alta médica y ha abandonado el hospital Queen Elizabeth de Birmingham, Reino Unido, tres meses después de que los talibanes intentarán matarla en represalia por su labor para promover la educación femenina en el país centroasiático.

Malala, de 15 años de edad, deberá regresar a finales de este mes o a principios de febrero al mismo hospital para someterse a una nueva intervención quirúrgica a raíz de las gravísimas heridas sufridas en cuello y en la cabeza el pasado 9 de octubre, cuando los talibanes detuvieron el autobús en el que viajaba y, tras identificar a la joven, le dispararon una bala que impactó en su cabeza, recorrió su cuello y se alojó en su hombro.

La joven activista fue traslada en un avión ambulancia desde Islamabad al hospital Queen Elisabeth de Birmingham, donde ha sido atendida desde entonces.

El director de ese centro médico, Dave Rosser, ha indicado que la niña será sometida a una cirugía reconstructiva  craneal como parte de su recuperación a largo plazo.

'Adoptada' en Reino Unido

La joven seguirá con su rehabilitación en el domicilio temporal otorgado a su familia en West Midlands, según han informado fuentes del hospital a la cadena británica BBC.

Malala podrá permanecer en Reino Unido hasta cinco años gracias a que el Gobierno paquistaní haya concedido a su padre un puesto diplomático en su consulado de Birmingham. 

En un comunicado, la Alta Comisión para Pakistán en Reino Unido anunció la designación de Ziaudin Yousafzai por un período de tres años, con opción de ampliarlos dos años más.

Símbolo de la resistencia contra los talibanes

El padre de Malala dirigirá una "sección educativa dentro de la misión" diplomática paquistaní, especifica la Alta Comisión. El Gobierno de Pakistán,además, ha emplazado a este organismo a que "se ocupe de todas las necesidades de Malala" y a que aborde "el mantenimiento financiero y el alojamiento de la familia".

Tanto el padre de la joven, Ziauddin Yousafzai, como Malala, han sido objeto de amenazas de muerte por parte de los talibanes desde que se produjera el ataque, según informa la agencia Efe.

La agresión a Malala desató una ola de condenas internacionales y la joven se ha convertido en un símbolo de la resistencia contra los esfuerzos de los talibanes de negar a la mujer el acceso a la educación y otros derechos. Más de 250.000 personas han firmado peticiones para que sea nominada al premio Nobel de la Paz por su lucha.