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'Bouncer', un cómic mítico de Jodorowsky y Boucq en edición integral

  • Esta considerado uno de los mejores westerns del cómic
  • Su principal argumento son las pasiones humanas y la venganza

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Viñeta de 'Bouncer', de Jodorowsky y Boucq
Viñeta de 'Bouncer', de Jodorowsky y Boucq

Se publica un estupendo integral que agrupa los siete álbumes del western Bouncer (Norma Editorial), una de las obras maestras del cómic europeo, creado por el mejor guionista de los últimos 40 años, Alejandro Jodorowsky, y uno de los dibujantes más meticulosos y detallistas, François Boucq.

Un cómic que, a diferencia de otros como Blueberry (Norma), prefiere los agobiantes espacios cerrados de los pequeños pueblos del oeste, sobre todo los salones, para ambientar la acción. Aunque, como podéis comprobar en las ilustraciones que acompañan a este artículo, Boucq también dibuja maravillosamente los amplíos espacios abiertos desérticos, las diligencias cabalgando al galope y los descarrilamientos de trenes.

Bouncer es casi una obra shakesperiana en el oeste, cuyo principal argumento son las pasiones humanas y la venganza, que es el leiv motiv de este integral, que permite hacerse con la colección completa a un precio asequible.

Un genio del guión

Capaz de escribir una decena de series a la vez sin perder un ápice de calidad, Jodorowsky ha colaborado con los mejores dibujantes del mundo: Moebius en la saga de El Incal; Juan Giménez en Los Metabarones; Milo Manara en Los Borgia, Zoran Janketov (Los Tecnopadres) o el propio Boucq (Cara de Luna)... Sus guiones destacan por su grandilocuencia, muy al estilo de Shakespeare. Y siempre tratan de grandes temas como la venganza, la lucha por el Poder, las relaciones entre padres e hijos y entre hermanos (como en este caso), el genocidio de los indios y el amor enfermizo o imposible. Aunque con un añadido, el toque místico que no puede faltar en ninguna de sus obras.

La historia comienza justo cuando finaliza la Guerra de Secesión americana. Un Capitán del ejército Confederado tortura a un pastor para que le diga dónde se oculta un valioso diamante. Mientras, conocemos a Bouncer, un pistolero manco encargado de proteger el Salón (Infierno) de un pequeño pueblo en pleno desierto. Sus caminos se cruzarán porque los tres son hermanos.

Así conoceremos la historia de esta familia dominada por la madre, y sabremos que hace Bouncer en esa localidad abandonada por todos, con un sheriff corrupto y controlada por un gran terrateniente que hace lo que le apetece sin que nadie se lo impida. Además, Bouncer obedece las órdenes del misterioso dueño del Salón, cubierto con una máscara. Y un intrigante indio está asesinando, con serpientes venenosas, a los principales jefazos de la ciudad.

Un argumento que Jodorowsky mezcla sabiamente con toques místicos, secretos familiares, robos, duelos al sol y venganza. Y que también tiene homenajes a clásicos del western como Sólo ante el peligro (aunque en versión del guionista chileno)

Un guión que en manos de Boucq se convierte en una auténtica película gracias a una planificación exquisita y a un detallado y polvoriento dibujo, que nos meten en la historia al primer vistazo.

Uno de los mejores dibujantes del mundo

Conocido por las disparatadas y surrealistas aventuras de Jerónimo Puchero (Norma), uno de los mejores cómics de humor de la historia, Boucq no ha dudado en ponerse a las órdenes de Jodorowsky en historias como Cara de Luna (Norma) o este Bouncer en el que queda patente su maestría.

La expresividad de sus personajes, al servicio del humor en Jerónimo Puchero, se convierte ahora en un elemento dramático más que realza el atractivo de un western crepuscular, en el que predomina el tratamiento psicológico de los protagonistas, pero en el que no faltan escenarios espectaculares, casi siempre desérticos.

Tenemos pistoleros con dudoso pasado, prostitutas con buen corazón, villanos sin escrúpulos... a todos les da su personalidad y los situa en los escenarios apropiados, las polvorientas calles del pueblo, el salón. Un espectacular dibujo embellecido con un color estupendo. Cada una de sus páginas es una obra de arte en la que, si queremos, nos podemos detener durante horas, pero cuya lectura es rápida y dinámica cuando la historia lo requiere y reposada cuando tenemos escenas de corte intimista. Un dominio del ritmo de narración solo al alcance de los más grandes.

En fin, una de las mejores sagas de la historia del cómic que podemos disfrutar, por primera vez, en edición integral.