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Obama asiste a la VI Cumbre de las Américas en un momento de distanciamiento

  • Obama ha perdido popularidad en Latinoamérica desde 2009
  • Las diferencias sobre la posible asistencia de Cuba a la cumbre...
  • ...y la estrategia contra el narcotráfico marcan diferencias

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Barack Obama y Hugo Chávez se verán en la Cumbre de las Américas

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, viaja este viernes a Colombia para asistir a la VI Cumbre de las Américas en un momento de distanciamiento mutuo con la región, a pesar de los vínculos económicos y críticas por la relación con Cuba.

"Estados Unidos y Latinoamérica, después de una década de profundos cambios, van cada vez más por caminos separados", subraya un informe publicado esta misma semana por el centro independiente de estudios Diálogo Interamericano, con sede en Washington.

Sin un "replanteamiento" de la relación y de tres asuntos clave -la política migratoria de EE.UU., Cuba y la lucha antidrogas- es probable que ese distanciamiento continúe, con el riesgo de nuevas "tensiones" en el continente, advierte el informe.

La delegación estadounidense, en línea con su política exterior más centrada en Asia, no lleva nuevas ni grandes propuestas para Latinoamérica

Obama "no es ahora el nuevo líder" que fue en la V Cumbre de las Américas, celebrada en abril de 2009 en Trinidad y Tobago apenas tres meses después de su llegada a la Casa Blanca, según el director del programa para América del independiente Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS), Stephen Johnson, que agrega que la delegación estadounidense no lleva a la cumbre "nuevas" ni "grandes" propuestas para Latinoamérica.

Y así lo ha recogido un sondeo realizado por Gallup, que constata la caída de popularidad de Barack Obama. En los últimos dos años se ha reducido en América Latina del 62% en 2009 al 47% en 2011. Cuando se celebró la anterior cumbre en Trinidad y Tobago, seis de cada diez latinoamericanos apoyaban al presidente Obama y el 43% confiaba en que el mandatario estadounidense fortalecería las relaciones entre el norte y el sur del continente.

Dos años más tarde, sólo el 24% cree que el presidente estadounidense mejoraría las relaciones, lo que Gallup interpreta como que "muchos latinoamericanos han perdido la fe en la capacidad de Obama para fortalecer los lazos entre América Latina y los EEUU".

Escasas relaciones con Latinoamérica

Aunque en 2009, durante la cumbre de Trinidad y TobagoObama prometió una relación "renovada" con Latinoamérica,  lo cierto es que EE.UU. no tiene hoy en día relaciones diplomáticas a nivel de embajadores con Venezuela ni con Bolivia, y las tensiones con otros países como Nicaragua o Ecuador son bastante frecuentes.

Con Argentina la relación tampoco está en el mejor momento, y menos desde la reciente decisión de Obama de suspender temporalmente los beneficios comerciales a ese país.

En cuanto a Brasil, la visita de su presidenta, Dilma Rousseff, el pasado lunes a Washington deparó acuerdos poco sustanciosos sobre defensa, visas y educación, y ni ella ni Obama se pronunciaron sobre asuntos en los que tienen evidentes desacuerdos como Irán y Cuba.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, abogó hoy por un diálogo "entre iguales" con Estados Unidos y por aprovechar el potencial de la relación bilateral para "reequilibrar" el comercio, durante un discurso en un foro con empresarios en Washington. "Hoy cada vez más buscamos un diálogo entre naciones iguales", destacó Rousseff al indicar que Brasil es consciente "de la importancia de Estados Unidos en esta coyuntura de crisis para la reconstrucción de la prosperidad internacional".

Cuba y narcotráfico

Tras el manifiesto disenso sobre la invitación de Cuba a la cumbre de Cartagena, hay una opinión casi unánime entre los latinoamericanos acerca de que ese país caribeño debe estar presente en las próximas citas continentales. Así se lo harán saber en la cumbre a Obama, cuyo Gobierno "espera ver a una Cuba democrática" en futuros cónclaves, según ha reiterado durante una sesión de preguntas en Twitter el principal asesor sobre América Latina en la Casa Blanca, Dan Restrepo.

No obstante, algunos países no pierden la esperanza de que esté presente en esta cumbre. El canciller argentino, Héctor Timerman, ha anunciado este jueves que hay una propuesta de "varios países" para que la canciller colombiana, María Ángela Holguín, llame al presidente cubano, Raúl Castro, con el fin de que viaje el sábado a Cartagena.

El otro tema candente de la cumbre será el debate sobre la efectividad de las estrategias empleadas hasta ahora en la lucha antidrogas y ahí la posición de Estados Unidos en contra de la despenalización "está muy clara", como ha afirmado este miércoles el consejero adjunto de Seguridad Nacional, Ben Rhodes.

Casi la mitad de la cocaína sudamericana que llega a Estados Unidos pasa por Guatemala. Allí el presidente Otto Pérez ha propuesto legalizar las drogas porque hasta ahora, a pesar del gasto en dinero y vidas, el consumo apenas se ha reducido. Estados Unidos, el principal mercado del narcotráfico, se opone.

Para el Gobierno de Obama "no existe una panacea" para resolver el problema del narcotráfico y sus efectos, pero la despenalización de las drogas, como propone Guatemala,  no es la solución y el "desafío real" es la violencia del crimen organizado, anotó Rhodes. Fomentar los lazos económicos para crear empleos y crecimiento en la región, reducir el crimen y la violencia y la defensa de los valores democráticos compartidos serán las prioridades de EE.UU. en esta cumbre, según la Casa Blanca.