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Gritos, lágrimas y flashes

  • Anaya, “sorprendida” por el Goya como mejor actriz
  • Coronado saca al niño que lleva a dentro y grita por el Goya a mejor película
  • Melanie Griffith comenta a la prensa que las joyas que lleva son suyas
  • Todo sobre los premios Goya en nuestro especial

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La actriz María León posa junto a su Goya como mejor actriz revelación por 'La voz dormida'
La actriz María León posa junto a su Goya como mejor actriz revelación por 'La voz dormida'

Ya lo había dicho el presidente de la Academia en la alfombra roja: “No esperéis muchas sorpresas porque no va a haber tiempo para ellas”. Pues no sabemos si habrá sido culpa del tiempo o no, pero lo cierto es que los principales premios de esta noche se han entregado, efectivamente, a quienes se intuía que se iban a dar.

Las joyas son mías, ha confesado Melanie Griffith a los periodistas

Eso en lo que tiene que ver con los cabezones. Pero por lo que respecta a las reacciones de los premiados, los Goya han dado para mucho más. Y si no que se lo digan a Melanie Griffith, que, en cuanto le han preguntado de quién eran las joyas que llevaba, ha contestado, sonriente: “Son mías”.

Lo decía junto a su inseparable Antonio Banderas, que cariñosísimo con la prensa y muy agradecido a la Academia, ha comentado que “el personaje de La piel que habito” le ha abierto mucho las ideas. “Pedro es un creador nato”, ha añadido.

Otro de los simpáticos de la noche ha sido Benito Zambrano, director de La voz dormida.  “¡Cariño!”, nos decía en cuanto le llamábamos para arrancarle algunas palabras desde la alfombra roja. “No estoy nervioso”, nos explicaba. “Como no paro de hablar, me entretengo. Además, no voy a venir aquí a sufrir”, aclaraba.

Pero los “momentazos” de la noche han venido, como es lógico, tras la entrega de los premios. María Leónganadora de un Goya como actriz revelación, llegaba a la sala de prensa recién salida del escenario de la misma manera que cuando estaba sobre él: como un flan.

¡Oye, que lo prefiero besar en la intimidad!, decía una emocionada María León cuando los fotógrafos le azuzaban a besar la estatuilla

Con los ojos inundados en lágrimas y con una sonrisa que parecía decir “yo esto no me lo creo”, se dejaba fotografiar agarrada al Goya. “Besa al Goya”, le pedían los fotógrafos.  “Oye, que lo prefiero besar en la intimidad”, respondía ella, nerviosa.

Una vez superada la prueba de los flashes, nos decía: “No me ha dado tiempo a reaccionar. Me he puesto más nerviosa que en la Concha (haciendo referencia al Festival de Cine de San Sebastián). Es que he perdido totalmente la cabeza. Si no llega a ser por uno de mis hermanos, me caigo encima de Marisa Paredes”.

Ante la pregunta del gesto que había hecho ante Paredes, ha aclarado que para ella, Paredes es una reina. “Y si encima me da un Goya, pues es que estoy para que me dé algo”, decía entre risas.

Paco León –a partir de hoy conocido como “el hermano de María”– nos decía emocionado por el pasillo que daba a la sala de prensa: “¿Lo ves? Te lo dije”. Palabras tras las que se iba a fumar un cigarro con su hermana a un rincón del Palacio que no podemos detallar.

José Coronado ha gritado como un niño cuando ha escuchado por los altavoces que No habrá paz para los malvados se llevaba el Goya a la mejor película

Elena Anayaganadora del Goya como mejor actriz, ha sido otra de las personas más emocionadas de la noche.  “No me lo esperaba, de verdad”, decía nada más llegar al set de televisión, donde los periodistas esperaban sus primeras palabras tras un emotivo recuerdo a su padre. “Tengo ganas de morrear al Goya”, decía para quitar un poco de hierro al asunto. Sobre sus bonitas palabras al recoger el cabezón, aclaraba: “No tenía el discurso preparado, pero sí muy claros los conceptos”.

Otro de los que se aferraban al Goya como si se lo fueran a quitar eraAlberto Iglesias.  “Es el décimo que me dan, sí, pero cada vez me pongo más nervioso, y eso que no soy insaciable”. Iglesias nos ha contado que su vida está tan ligada a la música que duerme muy cerquita de un piano para que no le dé tiempo a desligarse de su pasión.  “A lo único que aspiro ya es a hacer música que transmita tanto como las propias películas”, ha querido dejar claro.

José Coronado,  otro de los favoritos, se ha mostrado entusiasmado, Goya en brazos.  En cuanto ha escuchado por los altavoces que el Goya a la mejor película se lo llevaba No habrá paz para los malvados, ha levantado el Goya y ha gritado “¡¡Sí!!

Momentos después hacía aparición en la sala el ganador de la noche,  Enrique Urbizu,  quien ha abrazado a Coronado mientras decenas de flashes deslumbraban a los propios fotógrafos.