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Un tribunal israelí procesa al ex primer ministro Olmert por un gran escándalo de corrupción

  • Está acusado junta a otras 17 personas de dar o recibir sobornos
  • El objetivo era hacer avanzar un lujoso proyecto inmobiliario en Jerusalén

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Procesan al ex primer ministro Ehud Olmert por corrupción

El exprimer ministro Ehud Olmert y otras 17 personas han sido imputadas este jueves por su implicación en un escándalo inmobiliario conocido como el caso Holyland.

Casi dos años después de que estallara por primera vez uno de los mayores escándalos de corrupción en la historia de Israel, un tribunal de Tel Aviv ha acusado formalmente a petición del fiscal del Estado a Olmert, a su ex jefe de personal Shula Zaken, y a su sucesor como alcalde de Jerusalén, Uri Loupolianski, por dar y recibir sobornos en un proyecto de construcción conocido como 'Tierra Santa', según informa el diario Haaretz.

En marzo de 2011, la fiscalía anunció que tenía suficientes pruebas como para juzgar a 18 personas, incluyendo al ex primer ministro y al ex director de la Administración de Tierras de Israel, Yacov Efrati. Todos son sospechosos de haber entregado o tomado sobornos para hacer avanzar varios proyectos inmobiliarios, entre ellos el más notable es un lujoso complejo de edificios denominado Holyland o 'Tierra Santa', en Jerusalén.

Lujoso proyecto inmobiliario

Los sobornos se habrían producido en la época en la que Olmert era el primer edil de Jerusalén y, más tarde, como ministro a cargo de la Administración de Tierras de Israel.

El testigo clave de la fiscalía, un empresario identificado solamente como S. que actuaba como intermediario en las sobornos, ha declarado a la policía que "en las conversaciones que mantuve con el intendente Olmert, el presidente de la comisión de planeamiento y construcción local, Lupolianski, y con los miembros de la comisión local, quedó claro que a través del método de dar y recibir, podría obtener [los beneficios] que deseaba… Quiero subrayar: las insinuaciones fueron de esas personas hacia mí, y no al revés, porque yo no me hubiera animado".

Los inversores recibieron grandes privilegios impositivos, derechos de construcción adicionales y beneficios por decenas de millones shekels.