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Zapatero viaja a su última cumbre para respaldar la nueva disciplina fiscal

  • El presidente en funciones viaja a Bruselas a su última cumbre europea
  • Allí dejará clara la voluntad de España de acatar una estricta disciplina fiscal
  • Se reunirá con Herman Van Rompuy y acudirá a una cena con los Veintisiete

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El jefe del Ejecutivo en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, viaja este jueves a Bruselas para participar en su última cumbre europea, una cita clave en la que dejará clara la voluntad de España de acatar una estricta disciplina fiscal que quede consagrada en una rápida reforma del Tratado comunitario.

Tras mantener un contacto casi diario con quien será su sucesor en La Moncloa, Zapatero ratificará ante sus socios europeos el compromiso español con la contención del déficit, el mismo discurso que Mariano Rajoy expusó ante los líderes del Partido Popular Europeo.

La agenda de Zapatero en Bruselas iba a comenzar con una reunión bilateral con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, que finalmente se ha aplazado a mañana viernes, a las 09.00 horas. En este encuentro con tintes de despedida, Rodríguez Zapatero tiene previsto explicar a Van Rompuy que la transición del poder en España se desarrolla con una buena cooperación con el PP y que el país sigue siendo fiable en estas circunstancias, según explicaron las fuentes.

Zapatero y Rompuy han hablado en varias ocasiones en los últimos días en el marco de la ronda de contactos que ha mantenido el presidente del Consejo con todos los líderes europeos para recoger sus aportaciones y diseñar un proyecto de reforma urgente de la eurozona.

Cena con los Veintisiete

El jefe del Gobierno participará esta tarde noche en la cena de trabajo que compartirán los Veintisiete en la capital belga, donde cada mandatario tendrá ocasión de opinar sobre los instrumentos que han proyectado para intentar salvar el euro tanto Van Rompuy como la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy.

Zapatero y Rajoy han avanzado ya públicamente su apoyo al plan franco-alemán, que, entre otras cuestiones, implica una reforma ágil del Tratado de Lisboa para establecer sanciones prácticamente automáticas si el déficit de un país supera el 3% del PIB, como fija el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

El Gobierno respalda el refuerzo del fondo permanente de rescate, que según la propuesta de Van Rompuy podría participar directamente en la recapitalización de la banca, y ve un acierto que ya no se hable de la reestructuración de la deuda de países con problemas, una fórmula que afecta directamente al sector privado y que, en su opinión, estuvo en el origen de las turbulencias vividas este año en los mercados.

La principal discrepancia de España con el plan de Merkel y Sarkozy es que éste descarta la emisión de eurobonos, iniciativa que sí plantea Van Rompuy para el largo plazo.

El secretario de Estado de la UE en funciones, Diego López Garrido, ha considerado que rechazar de entrada la emisión de deuda comunitaria es "un error mayúsculo" y el secretario general del PP europeo, Antonio López Istúriz, ha considerado que los eurobonos tienen futuro siempre que se establezcan las garantías necesarias.

Pero fuentes del Gobierno han precisado que Zapatero no hará bandera de esta iniciativa porque, afirman, se trata de un proyecto para el largo plazo y no desean plantear líneas rojas que dificulten un acuerdo en el seno de la UE.

El objetivo de España es lograr el consenso y que la modificación del Tratado se haga con celeridad, aunque en un principio solo se sumen a ella los países que comparten el euro.