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Los haces de luz del 11-S, una trampa para pájaros

  • Miles de aves migratorias se alejaron de sus rutas desorientadas por las luces
  • Tuvieron que apagarlas varias veces para que pudieran reanudar la marcha
  • Coincidió con el noveno aniversario de los atentados de las torres gemelas

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Miles de pájaros atravesaron los haces que conmemoraban el 11-S
Miles de pájaros atravesaron los haces que conmemoraban el 11-S

Durante la tarde del noveno aniversario del atentando de las torres gemelas de Nueva York, se iluminaron, como cada año, las columnas de luz proyectadas al cielo que homenajean a las víctimas que perecieron el 11 de septiembre de 2001.

De repente, como si se tratara de un truco de magia, miles de objetos comenzaron a atravesar los haces de luz de la Zona Cero de Manhattan. Objetos blancos, brillantes, y que se movían en espiral. Algo que no tenía nada que ver con lo que se había visto en otras ocasiones.

Muchos de los espectadores se preguntaban si eran restos de papel o plástico, y lo miraban como si fuera una tormenta de nieva. Pero siendo la fecha que era, el aniversario del 11-S, era difícil no pensar en almas, según recoge la revista Wired.

Aquellos objetos no identificados ya se han reconocido. Eran pájaros, que atraídos por los potentes focos, se habían desorientado de sus rutas migratorias.

"Sólo había pasado una vez. Es un cúmulo de circunstancias que se juntan y causan estas consecuencias", explicó John Rowden, director de la Audubon Society's New York City.

Nueva York es uno de los lugares de paso habituales de miles de aves migratorias cada año, ya que escogen la 'Gran Manzana' para volar hacia el sur, donde pasan el invierno, algo generalmente inadvertido por los neoyorquinos.

Rowden estima que más 10.000 pájaros atravesaron las luces y, cuando se percataron, las apagaron durante 20 minutos para que las aves pudieran marcharse. Pero tuvieron que repetir la operación cinco veces a lo largo de la noche.

No obstante, los proyectores no eran directamente peligrosos para los pájaros, pero sí les hacían perder tiempo y energía. "Vuelan durante periodos muy largos, pero si gastan demasiada energía en este área, luego pueden pasarlo mal en el resto de su migración", señaló Rowden.

"Pero creo que lo que hicimos sirvió para que se marcharan", añadió. Y así fue, con el alba los pájaros volvieron a encontrar sus rutas migratorias.