Enlaces accesibilidad

Radovan Karadzic, el ex líder serbobosnio que quiso construir una Serbia "única"

  • Se enfrenta a once cargos, entre ellos el de genocidio
  • La fiscalía le acusa de interntar crear un estado serbio "único"

Por
Karadzic se enfrenta a once cargos y pretende defenderse a sí mismo, sin abogado
Karadzic se enfrenta a once cargos y pretende defenderse a sí mismo, sin abogado

"Quieren llevar a Bosnia-Herzegovina por el mismo camino de sufrimiento que han tomado Eslovenia y Croacia. No crean que no llevarán a Bosnia-Herzegovina al infierno, y no crean que quizás no llevarán al pueblo musulmán a la aniquilación. Porque los musulmanes no pueden defenderse si hay guerra. ¿Cómo evitarán que maten a todo el mundo en Bosnia-Herzegovina?".

Radovan Karadzic se expresaba así, vehemente y amenazante, ante el parlamento bosnio, en octubre de 1991.

En él se debatía si Bosnia-Herzegovina debía declarar su independiencia de la República Federal Socialista de Yugoslavia, cuya desmembración acababa de comenzar.

Eslovenia, Croacia y Macedonia habían declarado su secesión escasos meses atrás. Y Karadzic, líder de los serbios de Bosnia, ya trabajaba en pos de la idea de la Gran Serbia .

El genocidio es el crimen más grave reconocido por el derecho internacional. Pero también el más difícil de probar, porque hay que demostrar que el autor tiene la intención específica de exterminar o eliminar un grupo social por su raza, etnia, religión, política o nacionalidad.

El ejército de la República Srpska , fundada en enero de 1992 con Karadzic como presidente, es culpable de genocidio en Bosnia. El genocidio existió. En 2001, el general serbobosnio Radislav Krstic fue condenado por este delito.

Sobre Karadzic pesan, entre otros, once cargos por genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad.

Este psiquiatra con aspiraciones literarias metido a político nacionalista lo niega todo. Lo ha negado y lo negará.

Y argumentará (ya lo ha hecho) que las pruebas se han manipulado, que el juicio es una pantomima, que él ya ha sido condenado, que es falso que el ejército que comandado por el general Ratko Mladic (su mano derecha) asesinase a más de 8.000 hombres y niños en Srebrenica... Son argumentos ya escuchados en juicios anteriores.

"Los musulmanes traidores"

Desafortunadamente para Karadzic, él ya dejó expuestas sus intenciones en aquel discurso del año 91 ante el parlamento bosnio. Y luego incluso se dejó filmar por el cineasta polaco Pawel Pawlikowski en pleno sitio a Sarajevo, probablemente el asedio más largo de la historia de la guerra moderna.

La película, Serbian Epics, alguno de cuyos fragmenos pueden incluso consultarse en Youtube , retrata la ideología de los militantes de la Gran Serbia. Para Karadzic, los musulmanes que habitan Bosnia eran traidores: serbios que se habían convertido al islam durante la ocupación turca y que no merecían su perdón.

"Podíamos haber negociado por el territorio. Pero este país nos pertenece. Éste es nuestro país. Los turcos vinieron y nos ocuparon. Y los musulmanes son los sucesores de esos ocupantes. Mira cuántas mezquitas tienen...", explica Karadzic al escritor ruso Eduard Limonov desde la cima de una de las montañas que rodean Sarajevo.

El líder serbobosnio mueve las manos por encima de los tejados de la ciudad en la que comenzó la Iª Guerra Mundial. Se expresa en el inglés que aprendió en Nueva York años atrás, cuando hacía sus prácticas de medicina en la Universidad de Columbia.

Este país nos pertenece. Los turcos vinieron y nos ocuparon

"Después de la llegada de los turcos, después de la batalla de Kósovo, los serbios que no abrazaron el islam fueron expulsados a las montañas. (...) Y aceptaron ser pobres, pero no cambiar su religión", relata antes de invitar a Limonov a descargar un cargador de metralleta sobre la ciudad, como quien ofrece un cigarrillo a un amigo.

La batalla de Kósovo de la que hablaba Karadzic es el pilar central de la mitología de la nación serbia.

El 28 de junio de 1389 el ejécito del príncipe Lazar fue aplastado por los soldados del emergente Imperio Otomano. 600 años después, el 28 de junio de 1989, el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic pronunció en aquel mismo lugar, y quizá ante un millón de personas, su célebre discurso de Gazimestan .

Una exaltación del nacionalismo serbio para muchos presagio del derramamiento de sangre que estaba a punto de producirse.

Los Acuerdos de Paz de Dayton, en noviembre de 1995, pusieron fin al peor conflicto armado ocurrido en territorio europeo desde la IIª Guerra Mundial.

En busca y captura por el Tribunal de La Haya, Karadzic dimitió como presidente de la Republica Srpska (la mitad serbia de Bosnia) en julio de 1996. Desapareció de la escena pública y casi de la faz de la tierra, convirtiéndose en el (presunto) criminal de guerra más buscado de toda Europa.

Después de su detención argumentó que su "mutismo" fue en cumplimiento de un pacto con Richard Holbrooke , el diplomático estadounidense que negoció en Dayton.

La colaboración de Serbia

Despojado de su falsa identidad de barbudo gurú de la medicina alternativa , Karadzic no reconoce al tribunal que lo juzga. Y todas sus maniobras iniciales han tenido como objetivo dilatar el proceso al máximo. Tanto quizá como Milo¿evic, que murió en prisión antes de que se dictase sentencia, después de 4 años de juicio.

El tribunal le ha adjudicado un abogado de oficio que él rechaza. Quiere defenderse solo. Y exige tiempo para prepararse echando mano del refranero serbio: "Si es rápido, es que le han cortado la cola", lo que significa que es incompleto o inválido; y "la justicia es lenta, pero segura".

Karad¿i fue detenido apenas un par de semanas después de la llegada al poder de una coalición de partidos europeistas liderada por el Partido Democrático del presidente Boris Tadic .

El Tribunal de La Haya ahora sí proclama que el gobierno de Serbia colabora en la búsqueda y captura de los prófugos. Y eso ha permitido a Serbia postularse como futuro miembro de la Unión Europea.

Serbia comienza a vislumbrar la luz al final del túnel.

En Bosnia-Herzegovina, sin embargo, las tensiones nacionalistas aún están muy lejos de apaciguarse. El Estado está además en grave riesgo de bancarrota porque el 40% de su presupuesto está destinado a pagar las pensiones de los veteranos de guerra, los mutilados o los familiares de los caídos.

El general serbobosnio Ratko Mladic sigue huido.