Enlaces accesibilidad

Blair aseguró a Bush que le apoyaría si invadía Irak en una serie de cartas privadas

  • Lo ha revelado su portavoz ante la comisión independiente de la guerra de Irak
  • Sin embargo, esperó hasta el último momento que hubiese una salida pacífica
  • Brown participó en los debates que llevaron a la decisión de ir a la guerra

Por
El portavoz de Blair, al llegar al lugar donde se celebra la investigación.
El portavoz de Blair, al llegar al lugar donde se celebra la investigación.

"Compartimos el análisis. Compartimos la preocupación. Estamos absolutamente con vosotros para asegurarnos que Sadam Hussein cumple con sus obligaciones e Irak sea desarmado. Si no se puede hacer diplomáticamente y tiene que hacerse militarmente, estaríamos allí".

De esta forma transcurrían las cartas privadas que se intercambiaron en 2002 el entonces primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en palabras del portavoz de Blair entre 1997 y 2003, Alastair Campbell, que ha comparecido este martes ante la comisión independiente que investiga los motivos que llevaron a Reino Unido a participar en la guerra de Irak.

Participación de Brown

Con todo, Blair mantuvo hasta el final la esperanza de que se arrgelase el conflicto por la vía pacífica y mantuvo intensas conversaciones con ministros clave de su gabinete entre 2002 y 2003, entre ellos el actual primer ministro, Gordon Brown.

"Diría que Gordon Brown era uno de los ministros clave con los que hablaba regularmente", ha declarado Campbell, que también asistió a esas reuniones, en declaraciones recogidas por el Daily Telegraph.

"Hasta el momento en que la Cámara de los Comunes votó, el primer ministro conservó las esperanzas de que el conflicto pudiese ser resuelto pacíficamente", ha añadido el portavoz, que ha detallado que hasta dos días antes de la intervención militarm el 18 de marzo de 2003, el primer ministro conservó la esperanza de paz.

Sin embargo, Blair no cambió de opinión sobre Irak tras reunirse con Bush en su rancho de Crawford (Texas), tal y como defendió el entonces embajador de Reino Unido en Washington, Christopher Meyer.

No hubo pacto en Crawford

"Si me está preguntando si estoy de acuerdo con el análisis de Christopher Meyer de que el primer ministro británico cambió de postura en Crawford de una estrategia de contención y desarme a través de la ONU a otra de cambio de régimen, no lo creo", ha añadido el portavoz.

Para Campbell, Blair siempre compartió el análisis de los americanos de que Sadam estaba al frente de un régimen "brutal, terrible y dictatorial" que suponía un peligro para la estabilidad de la región.

"El contexto que estoy pintando no es a George Bush diciendole a Blair 'Tenemos que ir a la guerra'. No fue así en absoluto", ha recalcado ante la comisión.

Por contra, Campbell ha descrito a un Blair que era consciente de que si Sadam se negaba a abandonar su programa de armas de destrucción masiva de manera voluntaria, tendría que ser combatido.

"No hacía eso porque George Bush quisiera hacerlo. Era una creencia genuida de que Irak debía ser combatido por su continuo desafío a la ONU", ha concluido.