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Los españoles afectados por el terremoto se ayudaron entre sí para escapar con vida

  • "Algunos hemos perdido todo lo que teníamos allí"
  • Los 27 se encuentran en buen estado de salud y han vuelto desde Roma
  • Uno de ellos salió de su casa por la ventana, con una cuerda que le dio un compatriota
  • Otra española ha salido ilesa al abandonar su casa antes de que se hundiera
  • La mayoría de ellos son estudiantes Erasmus y el resto, amigos o turistas
  • Gracias a los teléfonos móviles, han estado en contacto desde el principio

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Aterrizan en Barajas los españoles afectados por el terremoto

Los 27 españoles que se encontraban en la zona afectada por el terremoto que esta madrugada ha sacudido la región de Los Abruzos, se ayudaron entre sí para poder salir ilesos de la catástrofe, según han explicado los propios evacuados, que ya han aterrizado en el aeropuerto de Barajas tras partir del aeropuerto romano de Fiumicino.

Los españoles afectados son en su mayoría estudiantes universitarios integrados en el programa de movilidad internacional Erasmus, según el Ministerio de Ciencia e Innovación, así como amigos suyos de visita y turistas; proceden de Madrid, Galicia, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Extremadura, Andalucía y Melilla. 

El cónsul general en Nápoles, Luis Gómez de Aranda, se ha desplazado en autobús a las cercanías de la ciudad de L'Aquila para hacerse cargo de la evacuación. Ya desde el aeródromo de Fiumicino, Gómez de Aranda ha contado en Radio Nacional que, además de los 25 españoles que se encontraban en L'Aquila, han sido evacuadas otras dos jóvenes españolas que estaban en otra localidad. "Estamos intentando meter a los chicos en el avión", ha comentado el cónsul.

Uno de los estudiantes de L'Aquila le ha contado al al corresponsal de RNE en Roma, Iñaki Díez, que se ha desplazado hasta el epicentro del seísmo, que han vivido con mucho miedo el terremoto. "Ayer por la noche hubo varios temblores, pero ninguno tan fuerte como el de la madrugada. Además, ha sido muy largo, ha durado 30 segundos", ha contado este estudiante llamado Víctor mientras esperaba junto al resto de sus compañeros para salir de la zona afectada.

Otro de los supervivientes españoles, Manuel Benítez, tuvo que saltar desde la ventana de su casa, en un segundo piso, para escapar del edificio, que corría peligro de derrumbarse. El inmueble se encontraba en el centro histórico de la capital de Los Abruzos, L'Aquila, la zona más afectada de la ciudad, y tras despertarse a causa del sismo, comprobó que la puerta blindada estaba doblada de tal manera que no era posible salir.

En contacto a través del móvil

Él y sus compañeros de piso intentaron "romper uno de los muros de la casa con un martillo", sin resultado, y tuvieron que permanecer dentro del edificio durante casi dos horas y aguantar "12 o 13 réplicas". Otro de los estudiantes españoles residentes en la ciudad, con el que Benítez se puso en contacto por teléfono, fue quien les proporcionó una cuerda que ataron a una mesa de gran peso que se encontraba en el interior de la casa y por medio de la cual descendieron hasta la calle.

A pesar de las dificultades de comunicación que existían en los momentos sucesivos al terremoto, los españoles se encontraron y ayudaron por medio del teléfono móvil para reunirse en la plaza donde esperaron a la llegada del autobús fletado por el Consulado español en Nápoles.

Benítez cuenta que una de las cosas que más le conmocionó fue el escenario de caos que encontró cuando pisó la calle: "la iglesia entera en el suelo, un metro de escombros delante de tu puerta y gente en el suelo sangrando, porque los coches de bomberos y las ambulancias no podían llegar al centro".

Trasladar heridos

También ha relatado que eran los propios habitantes de la ciudad quienes transportaban a los heridos hasta la zona exterior de las murallas para ser atendidos, y que él y otros españoles trasladaron a "dos hombres", uno de los cuales tenía "una herida en la cabeza" y lesiones "en las dos piernas".

Como una "experiencia traumática" la ha definido Fernando Javier Palomo, otro de los estudiantes a quienes el terremoto sorprendió en la ciudad, y que ha asegurado que los repetidos temblores les tenían "sobre aviso desde enero", pero que nadie creía que se fuera a registrar un seísmo "de esta magnitud".

Palomo salió de casa "sin ninguna cosa en mano" y, dado que el suyo era uno de los edificios "menos afectados", consiguió regresar para recoger alguno de sus enseres personales, aunque después entendió que "no debían volver a sus casas" a causa de las réplicas.

Ilesa por los pelos

Una alumna de la Escuela de Turismo de la Universidad de Murcia ha salido ilesa del terremoto, al haber abandonado la vivienda en la que residía momentos antes de que ésta se desplomara. Se trata de María Aránzazu C., la única de las cuatro estudiantes de la misma Escuela de Turismo que participa en el programa de movilidad europea Erasmus que se encontraba en Italia, ya que el resto había regresado a España con motivo de la Semana Santa, han informado fuentes universitarias.

Las mismas fuentes han explicado que María Aránzazu C. "sólo tuvo tiempo de abandonar la casa con lo puesto y con el teléfono móvil al observar que el edificio se agrietaba".

Según Exteriores, no hay constancia por ahora de que haya más turistas españoles en los pueblos más afectados por el terremoto, de una intensidad de 5,8 en la escala de Richter, que ha costado la vida a decenas de personas aún por concretar y ha causado la destrucción de pueblos enteros.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien se encuentra en Estambul participando en el II Foro de la Alianza de Civilizaciones, ha ofrecido al primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, toda la colaboración que pudiera necesitar. Por el momento, el Gobierno italiano no ha cursado ninguna solicitud de ayuda, según Exteriores.