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ETA encomendó a un miembro "tapado" de Ekin coordinar la nueva dirección de Batasuna

  • Iker Rodrigo, uno de los detenidos esta madrugada, había estado apartado de la actividad
  • Pretendía evitar la acción policial con medidas similares a las que emplean los etarras
  • ETA había colocado en Batasuna a partidarios de la lucha armada, contrarios a negociar

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La organización terrorista ETA había encomendado a Iker Rodrigo Basterretxea, uno de los ocho detenidos esta madrugada en la operación contra la izquierda abertzale, la coordinación de la nueva dirección de la ilegalizada Batasuna, según fuentes de la investigación.

Rodrigo Basterretxea es miembro de Ekin, el comisariado político de la banda en el interior, encargado  de controlar todo el entorno de la organización terrorista desde la  clandestinidad. Las fuerzas de seguridad le consideran "un tapado", es decir, ETA le había apartado de la actividad pública en los últimos tiempos con el  objeto de que rehabilitase la dirección de Batasuna lejos de la  vigilancia policial.

Entre 1996 y 1999, no obstante, fue responsable de Jarrai en Vizcaya. Ese último año figuró en las listas de Euskal Herritarrok en Erandio para  las elecciones municipales y en 2003 repitió como integrante de  Erandiotarrak, una agrupación de electores que fue anulada por el Tribunal Supremo en esa misma localidad. También figuró como apoderado del Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV) en las elecciones al Parlamento vasco de 2005.

Movimientos similares a los de los etarras

El origen de la investigación está en la primavera de 2008, cuando la Policía comenzó a detectar movimientos de individuos pertenecientes al entorno político de ETA que tenían por objeto reconstruir la dirección de Batasuna, disuelta a través de distintos golpes policiales y decisiones judiciales en el último trimestre de 2007.

La banda terrorista habría aprovechado la detención de la Mesa Nacional que protagonizó el proceso de diálogo con el Gobierno para situar al frente de Batasuna a individuos afines a la actual línea de de la dirección de la banda, contrarios a la negociación y partidarios de los atentados y el enfrentamiento total con el Estado.

Los investigadores encontraron en los movimientos de Rodrigo y en los nuevos dirigentes de Batasuna una actitud similar a la que utilizan los miembros de ETA en la clandestinidad. Los nuevos responsables de Batasuna han estado evitando en los últimos meses reuniones numerosas que demostrasen la existencia de un órgano directivo, como ocurrió con el cónclave celebrado la noche del 4 de octubre de 2007 en Segura (Guipúzcoa), en el que irrumpió la Policía deteniendo a 23 personas por orden del juez Baltasar Garzón.

Por ello, los agentes de las Brigadas de Información de la Policía en el País Vasco han tenido que seguir reuniones en las que nunca acudían más de tres miembros, que luego hacían circular el contenido  de las conversaciones y las decisiones adoptadas.

Para estar a salvo  de la acción policial y judicial, han adjudicado las comparecencias públicas a históricos dirigentes, entre ellos Tasio Erquicia, que sin  embargo mostraban en privado su temor a pagar las "consecuencias" de aparecer como la cara de Batasuna. Y tenían sus razones, el domicilio de Erquicia en Bilbao fue registrado esta noche aunque el veterano dirigente de la izquierda abertzale no ha sido arrestado.