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En el último mes y medio, 25 embarcaciones han sido asaltadas en el Mar Rojo y unas 360 se han visto afectadas o han tenido que alterar su ruta. En total, el 20% de los contenedores mundiales han sido afectados, lo que ha supuesto un incremento del 91% de los costes del transporte.

Estados Unidos ha derribado dos misiles balísticos lanzados desde Yemen por los rebeldes hutíes. El ataque ha sido en el Mar Rojo e iba dirigido a un barco con bandera de Singapur con destino Israel. Según la armada estadounidense, han hundido también tres embarcaciones de los atacantes, que habrían muerto. En Gaza, continúa la guerra entre Israel y Hamás, mientras que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha hecho cambios en su gobierno de coalición. El ministro de Exteriores ha pasado a ser el de Energía y este, a su vez, es el nuevo titular de Exteriores. Foto: Imagen de archivo de un buque. Mass Communications Spc. 2nd Class Moises Sandoval/U.S. Navy via AP

Ahora mismo hay incertidumbre sobre una parte del comercio mundial, por la guerra en Gaza. Los ataques continuos de milicias pro-palestinas a buques comerciales en el Mar Rojo, están poniendo en peligro esta ruta. Los barcos que vienen desde Asia por el Canal de Suez tienen que navegar el Mar Rojo, y antes de entrar, en esta zona frente a las costas de Yemen, se producen los ataques de los rebeldes hutíes.

Por el Mar Rojo navega el 12% del comercio mundial. Es una vía marítima vital para las cadenas de suministro y, por tanto, para el normal funcionamiento de la economía global. Por allí pasa el 12% del petróleo que va por mar desde Asia a Occidente y el 8% del gas natural licuado. Que se bloquee es crítico además para el sector aéreo. De todo el combustible para aviones transportado por mar, un tercio lo hace a través del Canal de Suez. Más allá del repunte inmediato en el precio de los carburantes, habrá que ver su impacto a más largo plazo.

Algunas de las grandes petroleras y las principales navieras europeas y chinas ya han anunciado que no utilizarán esa vía de paso. Ir por una ruta alternativa más larga, rodeando África, no solo es más tiempo. También más costes en combustible, sueldos...

El precedente más reciente de un atasco en el Canal de Suez lo vimos cuando encalló el gigante Ever Given. El desajuste en las cadenas de suministro mundiales duró dos meses y medio y los costes de envío de contenedores se dispararon más de un 10%. El escenario del comercio internacional se complica ahora aún más porque otro canal estratégico, el de Panamá, tiene restringido el paso de buques debido a la sequía.

FOTO: Houthi Military Media/Handout via REUTERS

EE.UU. encabeza una coalición, a la que se ha sumado España, para proteger a los barcos que navega por el mar Rojo hacia o desde el Canal de Suez, y que están sufriendo ataques de los hutíes de Yemen, que pretenden así apoyar a los palestinos de Gaza.

Por el Canal de Suez pasa el 12-15 % del tráfico marítimo comercial mundial y su bloqueo puede provocar aumento de costes en el mercado del petróleo, el gas y el transporte de mercancías. Los barcos que no usan esta ruta están obligados a circunnavegar África.

Foto: El carguero Galaxy Leader, escoltado por embarcaciones de los hutíes de Yemen en el mar Rojo, el 20 de noviembre. Foto: Oficina de comunicación militar de los hutíes / vía Reuters.

La guerra en Gaza ya tiene repercusión en el comercio mundial. La naviera danesa Maersk y la alemana Hapag Lloyd han suspendido el envío de mercancía por el Canal de Suez tras varios ataques a barcos en la zona con drones y misiles antibuque desde Yemen.

El Mar Rojo es la vía más corta, a través del Canal de Suez, para transportar mercancías entre Asia y Europa. Por aquí pasa el 10% de toda la mercancía mundial. La otra alternativa es una ruta mucho más larga, alrededor de África y el Cabo de Buena Esperanza. Esto hace que un viaje de 19 días pase a durar como mínimo 31. Retrasa todas las operaciones y supone un evidente aumento de costes.

Con casi todo su esfuerzo bélico en Gaza y su atención también en el norte, en la frontera con Líbano, Israel se ve obligado además a mirar aquí, al Mar Rojo.

Los rebeldes hutíes de Yemen han atacado con un misil un petrolero noruego y ha provocado un incendio, aunque no hay heridos.

Los insurgentes insisten en que quieren impedir la navegación de cualquier barco hacia Israel en represalia por la guerra en Gaza y de hecho mantienen un buque apresado con toda su tripulación desde hace semanas, el Galaxy Leader.

Ni Estados Unidos ni Israel descartan acciones militares para garantizar la navegación en esta zona estratégica donde se unen las fronteras de Egipto, Israel, Jordania y Arabia Saudí.

FOTO: EFE

El Galaxy Leader, un barco comercial, propiedad de una empresa británica y operado por la naviera japonesa Nippon Yusen. Fue incautado el pasado 19 de noviembre por fuerzas hutíes en Yemen y se ha convertido en una atracción turística para los visitantes locales.

Se acercan al barco en pequeñas embarcaciones pesqueras, y una vez dentro del barco pasean por la cubierta, se hacen selfies o escuchan música a través de los altavoces instalados en el buque.

Sigue secuestrada la tripulación formada por 25 personas de distintas nacionalidades, aunque según fuentes locales tienen un “contacto modesto” con sus familiares.

Los hutíes advierten que seguirán tomando acciones de este tipo mientras no cese la guerra en Gaza mientras que, EEUU los culpa de una serie de ataques en aguas del mar Rojo.

La frontera que separa Túnez y Libia se ha convertido en una pesadilla para los migrantes que se encuentran bloqueados entre ambos países. La falta de agua, las altísimas temperaturas y la ausencia de un lugar para refugiarse hace que todas estas personas tengan que luchar por su vida y la de sus hijos sin ninguna certeza. nos explica la situación la directora de Human Rights Watch en Túnez. También conocemos cómo está transcurriendo el día tras las manifestaciones contra Hamás en Gaza; hablamos de las maniobras militares de Taiwán, del impacto de la guerra de Ucrania en el turismo y de la operacion en el petrolero Safer, varado frente a las costas de Yemen, con la responsable de campañas de Greenpeace.

Solo hay una cosa peor que sufrir una terrible guerra desde hace ocho años: que el mundo mire para otro lado. Se estima que más de 377.000 personas han muerto como consecuencia del enfrentamiento entre las fuerzas del gobierno yemení y los rebeldes hutíes, una guerra civil recrudecida con la entrada de actores internacionales. Mientras Irán respalda a los insurgentes chiitas, Arabia Saudí y Emiratos Árabes han apoyado al oficialismo suní con bombardeos sobre áreas bajo control hutí. Un escenario agravado todavía más por el suministro de armas procedentes de países occidentales. Estamos ante la peor crisis humanitaria del planeta, en la que el 70% de la población necesita ayuda humanitaria urgente. Con el análisis de Eva Erill, fundadora de Solidarios sin fronteras, única ONG española presente en Yemen, trazamos el duro retrato de la situación actual y conocemos los proyectos que desarrollan para asistir a las víctimas de una barbarie silenciada. La realidad que vive esta nación del suroeste de la península arábiga no tiene nada que ver con la que conocieron años atrás la filóloga Ana Tendero o la propietaria de la librería Balqis de Casa Árabe, Beatriz Martín. Ambas residieron en la capital, Saná, y cayeron rendidas ante los encantos culturales y paisajísticos de un país que es la sombra de lo que era hace solo una década. Hababah, Al Mahwit, Ibb, Taiz, Moca, Tarim, Seiyun, Shibam… Sus extraordinarias arquitecturas, reflejo de una larga y compleja historia, solían atraer a viajeros de todo el mundo. Ese flujo de visitas permanece cortado por motivos evidentes; Aberto Campa y el fotógrafo Ramiro Torrents figuran entre los pocos que han podido acceder a zonas como Hadramaut o la peculiar isla de Socotra en los últimos tiempos. Poner a Yemen en el mapa, recordar su geografía, su personalidad y a sus gentes, resulta imperioso en este momento en que las agendas políticas y mediáticas orientan el foco hacia otras latitudes.