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Un mozo cae en la calle Estafeta y la manada le pasa por encima. Después resbala uno de los morlacos, que en seguida se levanta y se incorpora sin complicaciones a la carrera.

El primer encierro de San Fermín 2011 ha sido rápido y limpio. Los toros de la ganadería de Torrestrella han protagonizado una carrera sin indidentes graves y han permanecido prácticamente unidos durante toda la carrera. Han tomado la curva de Estafeta de una manera limpia y sin resbalones. El encierro ha dejado dos heridos leves por contusiones que han tenido que ser trasladados a urgencias.

La ganadería de Torrestrella ha protagonizado una carrera limpia y sin incidentes en el primero de los encierros de San Fermín 2011. La manada ha permanecido prácticamente unida durante toda la carrera y solo se han producido dos traslados a centros hospitalarios por contusiones leves. La manada completa ha entrado en los corrales de la plaza a los 2.28 minutos. El tiempo de la carrera se ha incrementado hasta los 2.37 minutos debido a la caída de un cabestro (toro manso) en el tramo de Telefónica, que se ha quedado parado en el suelo y ha tenido que ser guiado hasta el ruedo por los pastores.

En el tradicional acto se acompaña a la corporación municipal desde el Ayuntamiento hasta la capilla de San Fermín, unos 500 metros en total. Se celebraba de manera oficial desde 1914, carácter que perdió en 1991 tras graves incidentes, a pesar de lo cual se sigue celebrando.

La curva de Mercaderes con Estafeta, uno de los tramos del encierro más complicados debido a que los astados suelen resbalar y provocar situaciones peligrosas, cuenta con una puerta que se cierra después del paso de la manada para que los toros no puedan volver hacia atrás.

A mediodía ha estallado en Pamplona el chupinazo que marca el inicio de las tradicionales fiestas de San Fermín 2011. El nuevo alcalde de la localidad, Enrique Maya, ha prendido la mecha del cohete ante una abarrotada plaza en la sede consistorial. "¡Pamploneses, Pamplonesas. Viva San Fermín. Gora San Fermín!", ha gritado a los presentes. Como marca la tradición, todos han cogido el 'pañuelico' rojo que tenían en la muñeca y se lo han atado alrededor del cuello, en recuerdo a la sangre del santo, que, según la tradición, fue decapitado.