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Treinta y seis mil personas siguen, diez años después, sin poder volver a sus hogares. La llaman "zona de difícil retorno", un "radio maldito" de 20 kilómetros en torno a la central nuclear Daiichi en Fukushima. La descontaminación podría durar hasta 2050. Tras 250 mil millones de euros consumidos en la reconstrucción, el COVID ha retrasado hasta este año unos juegos olímpicos con escaso beneficio porque no podrán asistir extranjeros, pero quedarán como escaparate del esfuerzo. La antorcha pasará por lugares aún abandonados como Namie. La escuela Okawa de Ishinomaki es un símbolo. El tsunami mató aquí a 74 estudiantes y 10 profesores. Noriyuki perdió a su hija Mai y ahora será porteador de la antorcha olímpica. A las cicatrices se suma la pandemia, que parecía controlada pero golpeó con fuerza en enero. El PIB japonés no se recupera desde el bajón de 2011 y más un millón de metros cúbicos de agua radiactiva amenazan aún a la vital industria pesquera porque podrían verterse al océano. En el llamado "teléfono del viento" algunos buscan consuelo. Son llamadas sin respuesta a los ausentes desde hace diez años, y lágrimas de alivio.

Aniversario del accidente nuclear

Fukushima, muerte y vida diez años después

  • Juanma Cuellar fue miembro del equipo de periodistas de RTVE desplazado a la zona hace una década
  • Recordamos el tsunami, provocado por un terremoto de magnitud 9, que afectó a los reactores de la central de Fukushima

El 11 de marzo de 2011, a 130 km de la costa este de Japón y a 32 kilómetros de profundidad, la tierra necesitó moverse, provocando el peor terremoto del país en el último siglo y un tsunami que arrasó cientos de kilómetros de litoral y dejó cerca de 20.000 puertos, pueblos enteros engullidos y a una central nuclear, la de Fukushima, en jaque mate. De aquello se cumplen ahora diez años. Una década que hemos querido repasar con el relato -por orden de aparición- de Amadeu y Ana, españoles que vivían entonces y siguien vivendo hoy en Japón. Amadeo Jensana, responsable de estudios económicos y cooperación de casa Asia y Juan José Gómez Cadenas, físico nuclear del CSIC.

El papa Francisco se ha reunido este lunes en Tokio con víctimas del desastre nuclear de Fukushima, que en 2011 dejó más de 20.000 muertos y cientos de miles de evacuados. Allí ha pedido que se tomen decisiones valientes sobre las fuentes de energía.
 

El papa Francisco ha aterrizado en Tokio, procedente de Tailandia, y en su primer encuentro con obispos locales ha asegurado que realizará "un llamamiento profético al desarme nuclear" y mostrará su cercanía a las víctimas del triple desastre de Fukushima. El pontífice visitará este domingo Hiroshima y Nagasaki donde rezará "por las víctimas del bombardeo catastrófico de estas dos ciudades" y hará un llamamiento al desarme nuclear. 23/11/19

La alarmante propuesta ha sido planteada después de que Japón informase que no dispone de espacio suficiente para almacenar el agua radiactiva procedente de la central nuclear de Fukushima. Ante esta situación, la Compañía Eléctrica de Tokio (Tepco, en inglés) que gestiona la planta nuclear dañada se plantea verter al océano parte del líquido contaminado que actualmente almacena en gigantescos tanques. La medida, adelantada hoy por el ministro de Medio Ambiente, Yoshiaki Harada, corre el riesgo de enfurecer a los pescadores locales o a países vecinos como Corea del Sur.

El accidente nuclear de Fukushima (Japón) ha sido uno de los más graves de la Historia. Ocurrió en 2011 cuando, tras un terremoto de magnitud 9 al que siguió un tsunami, afectó a tres reactores de la planta. Todas las poblaciones en un radio de 20 kilómetros fueron evacuadas. No hubo muertos directos aunque se estima que la radiación emitida habría generado muchas muertes prematuras.

Japón conmemora el octavo aniversario del terremoto y el tsunami que devastaron el noreste del país, una catástrofe natural que provocó más de 18.000 muertos y desencadenó la crisis nuclear de Fukushima.  Manuel Lozano Leyva, catedrático de Física Nuclear de la Universidad de Sevilla, ha explicado en Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso que el accidente dejó dos lecciones fundamentales: una más técnica, que es la necesidad de un cambio en el combustible nuclear en el futuro, y otra más política, en la que ha puesto como ejemplo el caso de Alemania, que paró sus reactores nucleares convirtiéndose en el país más contaminante de Europa. En cuanto a las residuos, Lozano diferencia entre los de baja radiactividad, que "son inevitables", y los de alta radiactividad, "que son muy difíciles de manjear" y "son un problema que no se puede minimizar", aunque rompe una lanza a favor de la nuclear afirmando que "es la única industria que tiene residuos lozalizados y controlados por muy complejo que sea hacerlo". El catedrático de la Universidad de Sevilla ha finalizado diciendo que "el futuro pasa por el máximo de renovables respaldado por la energía nuclear",  lo que sería "un escenario totalmente limpio".

Dos playas situadas en el noreste de Japón que quedaron devastadas tras el tsunami de 2011 han sido abiertas al público, tras comprobar que los niveles de radiactividad eran adecuados ocho años después del desastre. La reapertura de las dos playas, situadas en la ciudad de Soma (prefectura de Fukushima) y en Ishinomaki (prefectura de Miyagi), coincide con una ola de calor que azota al país asiático desde la última semana y que ha causado al menos 30 muertos.