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Europa necesita un cortafuegos para evitar el contagio de la crisis de la deuda soberana, pero nadie se atreve a cifrar su capacidad. Ni siquiera el máximo responsable del Fondo de Estabilidad, Klaus Regling. Con impotencia, el Eurogrupo, reunido esta martes, ha constatado que buscar en terceros países el dinero que los propios europeos no quieren poner para arreglar sus problemas es misión imposible. De ahí que finalmente hayan optado por recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para que ese cortafuegos no quede muy desdibujado.

Se utilizará en la recapitalización bancaria, concederá créditos preventivos y ayudará a los países con apuros en sus emisiones de deuda. "Aportará una protección de entre el 20 y el 30% a los bonos soberanos", ha subrayado el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker.

Esta mañana, el comisario Olli Rehn calificaba de críticos los próximos días para solucionar la crisis de la deuda y pedía reforzar el Fondo de Estabilidad. Mientras, la ministra de Economía española en funciones, Elena Salgado, ha confiado en contar con recursos suficientes.

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha advertido en un foro financiero reunido en Pekín que el mundo corre peligro de inestabilidad e incertidumbre financiera y los países de Asia no son inmunes a ello. La directora del FMI llegó a la capital china en la que ha intentado asegurar a las autoridades chinas sel Fondo Europeo de Estabilidad Financiera está a punto de ponerse en marcha.

La UE y el FMI miran a Rusia y a otros países emergentes para que contribuyan a reforzar el fondo de rescate de la eurozona. La ayuda sería a través del FMI lo que supondría mayor poder de decisión de Rusia en el organismo internacional. A Moscú no le interesa la desestabilización de la zona euro, el principal mercado de sus exportaciones de gas y energía. Un consejero del Kremlin ha avanzado que la contribución se limitaría a 7.200 millones de euros.

El Fondo Monetario Internacional sale reforzado en teoría de esta cumbre, Su directora gerente dice que tendrá más medios para apoyar y prestar dinero a los países que lo necesiten, sean o no de la zona euro.

Formalmente las cuentas públicas italianas, están desde hoy bajo vigilancia de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional. Esa especie de tutela ha provocado controversia ahí y Berlusconi le ha intentado quitar importancia diciendo que lo ha pedido él.

Italia ha aceptado la supervisión del FMI y la Comisión Europea sobre las reformas estructurales a las que se comprometió en la última cumbre europea. Berlusconi se somete al control de estas instituciones para intentar recuperar la confianza de los mercados que desconfían de Italia y siguen castigando su deuda. La Unión Europea intenta atajar la crisis de deuda que afecta especialmente a la tercera economía de la eurozona. El primer ministro italiano deberá reformar las pensiones, el mercado laboral y meter en vereda la deuda pública que supera el 120% del PIB italiano.