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Richard Mourdock, candidato republicano a ocupar un puesto en el senado cuyas polémicas declaraciones han vuelto a meter el aborto en la campaña electoral. Mourdock se ha mostrado contrario al aborto tras una violación porque, según sus palabras, los hijos concebidos en una violación son algo que Dios quiere que pase.

En el tercer debate televisado los candidatos sabían muy bien lo que tenían que hacer para ganarse a la audiencia y, sobre todo, a los votantes indecisos

  • El empate de Obama y Romney refleja la creciente igualdad en las elecciones
  • Roosevelt y Reagan consiguieron las mayores ventajas en el siglo XX
  • Nixon encarnó la gran historia de renacimiento y caída en la política de EE.UU.
  • Lincoln logró un resultado histórico en su reelección en plena guerra de secesión

El programa nuclear de Irán, el apoyo a Israel en un  hipotético enfrentamiento con Teherán y el presupuesto militar. Estos han sido los principales asuntos en los que los candidatos a la presidencia de EEUU, el candidato demócrata a la reelección, Barack Obama, y su rival republicano, Mitt Romney, han discrepado en un tercer y último debate presidencial dedicado a la política exterior y de seguridad, pero bastante plano dado el consenso general entre ambos en la materia.

Este acuerdo ha jugado a favor del presidente, ya que su contrincante se ha visto obligado a respaldar sus decisiones en varias ocasiones, como la muerte de Bin Laden o la salida de Afganistán. Romney, a cambio, se lleva de este debate el haber demostrado que sabe moverse en un terreno, el de las relaciones internacionales, en el que ha sido muy criticado.

Obama ha acusado en numerosas ocasiones a su rival de desdecirse de declaraciones anteriores y de "confundir" a los aliados. Por su parte, el republicano ha tomado la iniciativa para introducir asuntos como la estabilidad de Pakistán o las oportunidades de negocio en América Latina, región ausente del debate salvo por esta alusión. Europa ha sido la otra gran ausente y no ha aparecido en ningún momento, tal y como estaba previsto en la distribución de bloques temáticos.

Las primeras encuestas, a cargo de CBS y CNN, muestran que los espectadores dan como vencedor a Obama, con un 53% para el presidente y un 23% para el aspirante, en el primer caso y un 48% - 40% en el segundo.

El debate ha tenido lugar en la Universidad Lynn, en Boca Ratón (Florida), quince días antes de las elecciones y con las encuestas mostrando prácticamente un empate. El moderador ha sido el periodista de la CBS Bob Schieffer.

A lo largo de todo el encuentro, Romney ha insistido en que EE.UU. debe ser "fuerte y sólido" ante los cambios que se están produciendo en Oriente Medio como consecuencia de la "primavera árabe" y los últimos acontecimientos en Libia, Egipto y Siria. Por su parte, Obama ha recordado que su administración apoyó desde el principio las protestas en Túnez y cree que la percepción de EE.UU. en el mundo árabe ha mejorado.

Tanto Obama como Romney han dejado claro, durante el tercer debate presidencial, que no dudarán en estar al lado de Israel, "nuestro principal aliado en la región", en caso de un hipotético ataque de Irán.

El aspirante ha descartado la hipótesis, planteada por el moderador, de que Netanyahu llamase a la Casa Blanca informando de un ataque unilateral contra Irán. "Mi relación con Israel y con el primer ministro me permite decir que no haría una llamada de esta naturaleza al presidente de este país".

En medio de este intercambio de argumentos económicos durante el tercer debate presidencial, Romney se las ha apañado para hablar de América Latina, una región que había quedado fuera de los bloques temáticos prefijados. "Vamos a aumentar las actividades económicas, en concreto en Latinoamérica, las oportunidades que tenemos allí no las hemos aprovechado. La economía latinoamericana es más grande que la de China, y da muchas oportunidades", ha explicado el exgobernador de Massachussets.

Sobre el conflicto más sangriento de las revueltas árabes, el de Siria, el presidente Obama ha abogado durante el debate en Florida por un "liderazgo reflexivo" para asegurarse que los dirigentes sirios que sustituyen a Asad "sean amigos". "No podemos hacer lo que Romney ha dicho, que es entregar armamento pesado" a la oposición sin saber en qué manos cae, ha advertido.

Romney, por su parte, cree que la guerra civil que arrasa el país es un "desastre de grandes dimensiones". "Es el momento para que EE.UU. tome el liderazgo en colaboración con grupos responsables e introducir los cambios necesarios", ha argumentado el aspirante, lo que ha dado pie a Obama para subrayar que "no tiene ideas distintas".

El actual comandante en jefe de EE.UU., Barack Obama, llegaba a este debate con dos grandes bazas: haber puesto fin a la impopular guerra de Irak y haber dado muerte al considerado autor intelectual del 11-S, Osaba Bin Laden. Consciente de ello, su rival no ha entrado al trapo en el tema iraquí y ha intentado desde el primer momento desactivar la carta de Bin Laden.

"Creo que tenemos que seguir haciendo cosas como las que el presidente ha hecho, acabar con el líder de Al Qaeda, pero hace falta una estrategia más firme para que los países rechacen la violencia creciente" de los yihadistas, ha dicho Romney.

Sin embargo, Obama no ha renunciado a su ventaja. "En 2008, dije que si tenía a Bin Laden en el punto de mira dispararía, y usted dijo que antes habría que pedir permiso a Pakistán". "Merecía la pena remover cielo y tierra para dar con él", ha subrayado.

Obama ha recordado que el motivo de la invasión de Afganistán, la guerra más larga de EE.UU. hasta la fecha, fue precisamente perseguir a los autores intelectuales del 11-S. Cumplida esa misión, "no hay razón para que mueran americanos si los afganos pueden defender el país".

El candidato republicano, una vez más, se ha mostrado de acuerdo con la retirada de tropas fijada para 2014, pero ha tomado la iniciativa para llamar la atención sobre la situación en el país vecino, Pakistán.

"Si se derrumba y se convierte en un estado fallido, hay armas nucleares y terroristas que podrían tener acceso a ellas (...) No podemos dar las espalda a Pakistán", ha advertido.