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Una subida de los tipos de interés quiere decir que el dinero se encarece. Pese a que los analistas daban en general por descontada esta subida, no todos están de acuerdo con que la medida sea adecuada en las actuales circunstancias.

Algunos dicen que la decisión apenas se notará en la concesión de créditos porque los bancos cobran ya intereses más altos y consideran que a países como España podría venirles bien para controlar la subida de precios. Otros, sin embargo, creen que puede ser bastante contraproducente y resultar un golpe adicional a la deuda soberana y al crecimiento económico de los países de la periferia de la zona euro.

El Banco Central Europeo cumple con el guión y sube los tipos de interés un cuarto de punto. De esta forma, el precio del dinero en la zona euro se sitúa en el 1,5%. "Esta decisión va a contribuir, a mantener las expectativas de inflación de la zona euro en línea con nuestro objetivo de mantenerla alrededor del 2% a medio plazo. Este objetivo es un requisito para que la política monetaria contribuya al crecimiento económico en la eurozona", ha señalado el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, en rueda de prensa.

Lo ha asegurado desde el palacio de la Moncloa el presidente Rodríguez Zapatero. Ha sido en una rueda de prensa, junto con el presidente de Haití, en la que también se ha referido a la proclamación, el sábado, de Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato electoral.

El nuevo gobierno de Portugal ha encajado mal la rebaja de la nota de Moody's. "Es como un puñetazo en el estómago", ha dicho el primer ministro Passos Coelho. La Comisión Europea dice que es una decisión desafortunada que vuelve a cuestionar el comportamiento de las agencias de calificación. Su presidente, Durao Barroso, ve intereses especulativos y el Ministro de Finanzas alemán asegura que las agencias no están libres de conflictos de intereses y que es necesario limitar su poder. Se suma a las críticas el Parlamento de Estrasburgo, que ha reclamado una agencia europea de calificación.

La crisis de la deuda soberana en la zona euro será la principal prioridad del mandato de Christine Lagarde al frente del fondo monetario internacional. La sucesora de Dominique Strauss Khan ha ofrecido su primera rueda de prensa como máxima responsable de la institución, en la que se ha comprometido a un trabajo duro y responsable. Sobre la mesa ya ha puesto dos asuntos prioritarios. El primero, frenar el calentamiento de las economías emergentes. El segundo, el más inmediato y urgente, y quizás el más importante, hacer frente a la crisis de la deuda soberana.

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha asegurado este miércoles que sus principales preocupaciones son los problemas de deuda soberana en Europa y el enorme flujo de capital hacia los países emergentes. "Los asuntos urgentes a los que tenemos que prestar atención tienen que ver con la deuda soberana", ha afirmado en su primera rueda de prensa como directora gerente del FMI, donde ha recordado que el problema se centra sobre todo en Europa y más concretamente en Grecia. Sobre este país, Lagarde ha confirmado que el próximo viernes 8 se reúne el Consejo de la entidad para estudiar la situación de Grecia tras la aprobación del nuevo plan de ajuste por parte del Parlamento heleno y el desbloqueo de la parte europea del quinto tramo de ayuda a Atenas.

El presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, asegura que Europa conoce "un poco mejor" que Moody's la situación que atraviesa Portugal y ha criticado la decisión de esta agencia de rebajar e 'bono basura' la deuda lusa, "por el momento y la magnitud" en que se ha tomado. "Las agencias son actores del mercado y no son inmunes a los ciclos del mercado. Los errores y exageraciones que provocan las agencias también los hemos visto en esta crisis (...) Lamento profundamente la decision de una agencia de bajar la calificación de la deuda portuguesa tanto por el momento como por la magnitud de la degradación", ha asegurado Jose Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea.

El vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha esperado este miércoles que la rebaja de Moody's no afecte a España y ha insistido en que la economía española es diferente a la de Portugal o Grecia. "España tiene una situación económica radicalmente distinta. No somos Portugal, ni Grecia ni Irlanda. Nos hemos preocupado de hacer nuestras tareas para no serlo y eso tienen que quedar muy claro. Y creo que los mercados lo tienen muy claro", ha afirmado.

Mientras, los sindicatos han criticado el peso que tiene en los mercados lo que dicen las agencias de calificación y piden cambios.

Entretanto, el Tesoro espera colocar el jueves entre 2.000 y 3.000 millones de euros en bonos a 14 y 15 años. En la anterior subasta tuvo que elevar el interés de estos bonos por encima del 6%.

Portugal ha pagado cara la decisión de Moody's de rebajar la calificación de su deuda al nivel del bono basura. Este miércoles acudía a los mercados y el interés que ha tenido que pagar por los bonos a tres meses ha subido. La bajada, de cuatro peldaños, Moody's coloca a las finanzas públicas portuguesas casi al mismo nivel que las de Grecia y dentro del llamado 'bono basura'. Esta degradación significa que suponen a Portugal incapaz de hacer frente a los pagos de su deuda y de reducir sus niveles de déficit. El nuevo Gobierno portugués, que tomó posesión hace dos semanas, reprocha a Moody's que no haya tenido en cuenta sus nuevas medidas de ajuste, como el recorte del 50% en la paga extra de Navidad.

¿Y qué hay del efecto contagio? Nuestras relaciones económicas con Portugal son mucho más estrechas que las que mantenemos con Grecia. Pero, recuerdan los analistas, España ha implantado reformas laborales y del sector financiero que nuestros vecinos ibéricos aún están por desarrollar.

La rebaja de la calificación de Portugal ha llegado justo el día en que tenía previsto emitir deuda pública. Pensaba colocar mil millones de euros y se ha quedado en 850 y a un interés seis centésimas mayor que en la anterior subasta.

Portugal regresa a los mercados para buscar financiación a corto plazo, con una subasta de entre 750 y 1.000 millones de euros en bonos a tres meses que confía en colocar a un interés más bajo que en la última ocasión, cuando rozó el 5%. Lo hace un día después que la agencia Moody's bajara la nota de la deuda lusa cuatro escalones hasta el nivel del bono basura. Esta será la primera emisión del tercer trimestre del año, en el que Lisboa tiene previsto subastar entre 4.500 y 6.750 millones de euros.