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La decisión del Gobierno británico no ha sentado nada bien a la industria turística valenciana. Las primeras cancelaciones ya se han producido, la ocupación hotelera está al 50 % y se vienen abajo las expectativas que se habían puesto en las próximas semanas. El mercado británico supone el 20 por ciento en la industria turística de la Comunidad. Con excepciones como Benidorm que supone el 40 por ciento.

Como una jarro de agua fría se ha tomado la decisión del Gobierno Británico la industria turística en Valencia, en algunas zonas como Benidorm representa hasta el 40 por ciento. Nuria Montes de la patronal hotelera se refería a ese mazazo porque los turistas británicos suponen ese porcentaje que ahora está en riesgo y porque la llegada de ese turismo británico era esencial para recuperar el sector en la comunidad. La primeras cancelaciones ya han llegado y la ocupación ronda ahora el 50 por ciento y las esperanzas puestas en las próximas semanas se han desbaratado.

La Generalitat ha impuesto el cierre del ocio nocturno en toda Cataluña. Una medida que planea sobre varias Comunidades Autónomas, y por extensión ciudades. El alcalde de Valencia,  Joan Ribó, ha deslizado esta cuestión en los últimos días puesto que "todos los datos de las autoridades sanitarias nos indican que las empresas de ocio nocturno son uno de los grandes focos de contagio y, por tanto, la manera más clara de acotar el tema es tomar medidas”, ha explicado en el informativo 24 horas de Radio Nacional.

Para el regidor, gran parte de los brotes "se producen en este tipo de locales, además, la edad de quienes padecen coronavirus está bajando. Algunos tienen relación con este tipo de locales”, ha explicado. En esta línea, argumenta que la incidencia del virus en la ciudad de Valencia está aumentando: "Los análisis de las aguas residuales de la ciudad de Valencia nos avisan de que hay un repunte serio de casos de coronavirus", ha asegurado. "Precisamente porque hemos tenidos niveles de incidencia bajos, no queremos que ahora la situación se descontrole”.

Calles casi vacías en la Pobla de Benifassà, un pequeño pueblo del interior de Castellón que vive este jueves su cuarto día de confinamiento voluntario. Son 202 vecinos y dos de ellos han dado positivo. El alcalde decidió tomar medidas de inmediato. Aunque los tests rápidos fueron negativos, el ayuntamiento dictó un bando recomendando a los vecinos quedarse en casa por precaución.