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Una persona llama por teléfono a una mujer haciéndose pasar por un operador de la compañía de la luz o de gas y ofrece un descuento. Para ello, le pide confirmar algunos datos personales como el DNI, la dirección y 16 o 20 dígitos de la cuenta bancaria. Ante la sospecha de engaño, la usuaria decide llamar a la compañía para verificar lo sucedido.

Este engaño consiste en hacer una portabilidad del cliente, sin su consentimiento, a una energética más cara: de la tarifa regulada al mercado libre. Los agentes que realizan esta práctica van a comisión y si no venden, no cobran. Así, para vender, tienen que mentir.

Foto: GETTY