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Las bajas temperaturas ponen en grave peligro a los que duermen al raso o en campamentos de refugiados. La Comisión Europea ha advertido de que la situación es insostenible en los campos de Grecia. El frío ha provocado también la muerte de dos personas en el país heleno y el miedo en los refugiados, que malviven a la intemperie o en lugares no aptos para hacer frente a temperaturas tan extremas. "Vamos a morir en las tiendas, no tenemos calefacción para pasar la noche", asegura un refugiado en la isla de Lesbos, donde no están están preparados para un invierno tan duro. "A veces cuando el viento sopla muy fuerte tira las tiendas y no podemos dormir", señala otro migrante.

En Alemania un traficante de personas abandonó este domingo a 19 refugiados en un aparcamiento con 20 grados bajo cero. Entre los refugiados había cinco niños y catorce adultos, y algunos de ellos mostraban síntomas de hipotermia. Los refugiados no tenían papeles de identificación y aseguraron a la policía que proceden de Siria, Irak e Irán y que han pagado a los traficantes cerca de 800 euros por persona. Los refugiados empezaron su viaje hacia Alemania en Italia, y el conductor abandonó el camión cuando empezó a tener problemas con el motor.

Un iceberg de unos 5.000 kilómetros cuadrados, considerado como uno de los diez más grandes registrados hasta ahora, está cerca de desprenderse de la Antártica, según análisis de científicos de la Universidad de Swansea (Gales, Reino Unido). Una larga grieta en el segmento Larsen C (uno de las tres que tiene la barrera de hielo Larsen) aumentó rápidamente el pasado mes de diciembre y actualmente apenas unos 20 kilómetros de hielo mantiene al témpano unido a la plataforma. La preocupación de los científicos es la posibilidad de que, si se desprende el iceberg, los glaciares aceleren su movimiento hacia el mar, lo que tendría un impacto en el nivel de las aguas globales, que podrían aumentar unos diez centímetros.