Cuando sopla mucho el viento, el precio de la luz cae porque la mayor parte de la demanda se cubre con energía eólica. Como su coste es cercano a cero, desplaza en el mercado eléctrico a otras tecnologías con combustibles más caros. Pero ¿qué pasa si no se consume toda la energía renovable que se ha producido?
Este viernes se encienden las luces de Navidad en Madrid y el sábado en Vigo... Sus alcaldes han rivalizado por ver quién iluminaba más su ciudad, aunque los ecologistas insisten en que lo importante es reducir el gasto de energía.
El Ayuntamiento de Olot ha puesto en marcha el programa, pionero en Europa, Hola Domus. Servirá para que los habitantes de esta ciudad puedan mejorar la eficiencia energética de sus viviendas a un precio ajustado.
Más de la mitad de la energía que consumimos corresponde a la vivienda. Pero la tecnología puede ayudarnos a reducir parte de ese gasto y hacer un consumo más eficiente. Lo hemos comprobado en este 21 de octubre, Día Mundial del Ahorro Energético. También las empresas pueden ahorrar entre un 15 y un 40% de la factura energética utilizando la tecnología.
La localidad navarra de Barásoain se ha alzado con el premio Eolo 2019. El viento en este municipio proporciona empleo a más de 600 habitantes y la patronal eólica espera que en 2030 45.000 personas se beneficien de este sector. En el pueblo aseguran que esta actividad es una importante fuente de ingresos y un gran gesto para luchar contra la despoblación.
La luz cuesta ahora un 12% menos que hace un año, pero sigue siendo cara. ¿Por qué se ha abaratado? El descenso se debe a que el gas natural es ahora más barato y las centrales que lo utilizan (los ciclos combinados) están desplazando a las térmicas de carbón en la producción de energía. Sin embargo, a corto y medio plazo, la progresiva desaparición del carbón nos puede hacer más dependientes de las variaciones en el precio del gas, como nos explica Juan Antonio Martínez, analista de la consultora energética Grupo ASE. Informa David Vidueiro.
Estamos en tiempos de transición energética. Lo que valía antes ya no sirve ahora, ni para el medio ambiente ni para los ciudadanos. Hay que correr para cumplir los compromisos de reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera. Y mientras las grandes eléctricas hacen números e interiorizan los cambios a efectuar, la sociedad también hace números y se mueve en muchas direcciones. En este movimiento entran en juego instalaciones de autoconsumo, que encuentran ahora un camino con menos obstáculos para desarrollarse; cooperativas sin ánimo de lucro, que buscan democratizar la producción de electricidad, o administraciones locales que enfocan su política energética de una forma social, equitativa y respetuosa con el entorno. Traemos tres ejemplos: los proyectos Viure de l´Aire y Rubí Brilla, y la cooperativa Ecooo. Nos los cuentan Pep Puig, Jordi Núñez y Coté Romero.
Una empresa ucraniana es la creadora de un sistema de persianas inteligentes capaces de captar la luz del sol durante el día y generar electricidad con la que suministrar energía a los dispositivos domésticos o almacenar en baterías.
El frío o el cambio de hora nos llevna a consumir más energía y, por lo tanto, a que nos lleguen facturas más altas a nuestros hogares. En el programa La tarde en 24 horas hemos hablado con Hernán Martínez, Director General de Kelisto.es, quien nos da algunas claves para reducir el precio de la factura eléctrica a traves de unos sencillos pasos.
