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Carmen Posadas nos descubre las historias tras las mujeres espías

  • La escritora ha presentado Licencia para espiar donde recoge la historia de Mata Hari, entre otras
  • Se ha planteado hacer un poco de historia de las mujeres espías, pone ejemplos de diferentes épocas

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Carmen Posadas ha presentado 'Licencia para espiar'
Carmen Posadas ha presentado 'Licencia para espiar'

“Los hombres espían como hombres y las mujeres espían como mujeres”, ha explicado Carmen Posadas en Las tardes de RNE’. La escritora ha dedicado su libro Licencia para espiar a las que han ejercido este oficio como quién estaba detrás del asesinato de Julio César, cuenta la historia de María la Balteira, que trabajó para Alfonso X en la Edad Media; de María Estuardo, Catalina de Médici, Isabel I de Inglaterra. “Yo quería hacer un poco la historia del espionaje en cada época, pongo un ejemplo que de alguna manera ilustra cómo era el espionaje”.

Las Tardes de RNE - 'Licencia para espiar' de Carmen Posadas - Escuchar ahora.

El caso de Mata Hari

Cuando Posadas se documentó para este libro y cuando llegó “a la Primera Guerra Mundial y tenía que hablar de Mata Hari, ni la mencionaban, ni le habían dedicado dos líneas. ¿Pero cómo es posible? Porque fue una espía pésima, malísima”.

“Ella era una estrella mundial como si fuera Madonna, Shakira o algo así. Su estrella empieza a declinar, a pesar de que es muy joven porque tiene 40 y tantos años, pero en aquella época no es lo mismo que ahora. Decide que tiene que hacer algo para vivir. Alguien le ofrece convertirse en espía de los alemanes, pero era tan mala que inmediatamente los franceses la descubren. Lo que hacen los franceses en vez de meterla en la cárcel, le ofrecen ser doble espía [...]. Tanto los alemanes como los franceses están hartos de ella porque es muy mala y no hace más que chapuzas una tras otra”.

“Entonces los franceses en ese momento van perdiendo la guerra, entonces deciden dar un golpe de efecto para que la gente se olvide de la situación tan terrible que hay en el frente. Entonces destapan que Mata Hari es un espía y se arma un escándalo mundial. Entonces consiguen desviar la atención de lo que estaba pasando en el frente”.

¿Qué es el sexpionaje? ¿Y la Stasi?

James Bond es “el epítome de los hombres que se dedican al sexpionaje”. Se les llama “romeos” y a las mujeres “gorriones o golondrinas”. “La Stasi, los servicios secretos de Alemania Oriental, tenía contratados unos hombres guapísimos para que se pasaran a Alemania Occidental y espiaran tanto a políticos como a personas de corporaciones importantes. En vez de espiar a estos señores, lo que hacían era espiarlos a través de sus secretarias”.

“En la Guerra Fría, sobre todo en los años 60, había muchas mujeres que eran viudas porque los alemanes habían muerto en cantidades enormes y muchas mujeres no se habían podido casar. Estas abnegadas señoritas que tenían a lo mejor 40, 50 o 60 años, y a lo mejor no eran muy guapas, aparece en sus vidas un guapísimo que les manda chocolates, bombones y caramelos. Además son tan detallistas que incluso se ofrecen a acompañarlas cuando tienen que quedarse a trabajar hasta tarde”.

“Mientras ellas trabajaban, ellos fotografiaban toda la vida y por haber. Poco tiempo después estas señoritas están tranquilamente en su casa y viene la policía a detenerlas. ¿Pero qué pasa? Usted ha entregado información sensible al enemigo. ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Cuándo? Ahí se enteran que no solo les habían engañado desde el punto de vista sentimental, sino que las ha metido en un lío tan gordo que acaban en la cárcel”.

“Parece mentira”

Cuando era joven pasó una estancia en Moscú junto a su familia. Allí todo el mundo espiaba para la KGB: “Parece mentira, pero era así. A mi padre lo destinaron a Moscú en el año 72. En aquella época en la Unión Soviética había la obsesión de espiar. Primero alentaban que la gente se inspirara entre ellas. Tenías un vecino y tenías que estar viendo si el vecino era buen comunista, pero luego las embajadas estaban llenas de espías y yo entiendo que la embajada de los Estados Unidos o de Inglaterra tuvieran espías, pero en la embajada de Uruguay no sé qué secretos nucleares pensaban obtener, sin embargo levantabas un cuadro y salía un micrófono”.