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La vida era eso

Petra Martínez: "En el cine, la mentira la vives como una verdad"

Noticia Dias de cine

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Días de Cine - Entrevista completa con Petra Martínez

“Yo necesito el cine, esa mentira la vives como una verdad”, dice la actriz Petra Martínez en Días de Cine, y la frase suena a carta de presentación de toda una vida amando y protagonizando el séptimo arte. Grabamos con Petra hace ya unos meses, cuando parecía cercana la fecha de estreno de La vida era eso (2021), película estupenda, opera prima de David Martín de los Santos, que sufrió dos retrasos, hasta su estreno, finalmente, hace un par de semanas.

De modo que ya está aquí, con nosotros, Petra Martínez, maravillosa actriz, y mejor persona, que ha visto como su trabajo en “la vida era eso” le servía para ser nominada en los Premios Forqué, en Los Feroz y en los Goya. Debo decir, aunque no puedo desvelar nada, que Petra Martínez es finalista entre las candidatas a mejor actriz en los Premios Días de Cine. Pero antes de todo eso, el pasado año, en el Festival de cine europeo de Sevilla, ganó el premio a mejor actriz.

Con una sonrisa cálida permanente, y como actriz, sobre todo de teatro que es, Petra Martínez empieza confesando que ella probablemente podría vivir sin hacer cine, pero no sin ver cine. El cine (ver cine) parte de su vida, “puedo contarte una anécdota del cine como una de mi vida, sin distinción, es como si lo viviera”. Y se acuerda perfectamente de cuando, de pequeña, iba al cine los sábados con el dinerillo que le daba su padre, propina incluida al acomodador.

Días de Cine - la vida era eso

Pero recuerda bien la emoción que tenía toda la semana “pensando en el sábado”, el día en el que iba al cine Sevilla o Granada, los cines de su barrio, a los que iba entre semana para ver “que echaban”. Tras la guerra, y las dificultades para salir adelante, su familia marchó a Inglaterra, y porque allí no le dejaban leer en español, comenzó con el teatro, leyéndolo, en inglés, para ir entendiendo el idioma.

De Londres al cine

Y cuando volvió de Inglaterra a España, con 18 años se dijo a si misma que quería ser actriz, de teatro, para poder hacer a Ibsen o a Chejov, y al mismo tiempo sucedió que casualmente se topó con un rodaje en la Gran Vía, cree que el de la película “Megatón Ye-yé” y al ver a los actores delante de la cámara le pareció un milagro. Y entonces pregunto a alguien del rodaje que como podía estudiar para actriz, de teatro, porque le parecía que lo del cine era algo imposible. Y así empezó todo, en el Teatro Estudio, donde aprendió todo lo que sabe del “mejor profesor de teatro que ha pasado por España”, William Layton.

Le parece a Petra Martínez fantástico saber que hay gente, el público, que se puede conmover con la mentira que se representa en el escenario. Y esa mentira, ella la vive como una verdad. Pero antes, Petra Martínez recuerda con cariño aquellas giras que hacía por tierras de Europa, donde había exiliados o emigrantes españoles (que los hubo, de ambos tipos, y no pocos, aunque ahora haya quien lo recuerde) para hae representaciones para ellos, durmiendo luego en sus casas, compartiéndolo todo con aquellas personas que echaban de menos España y para quienes, por un rato, la habían tenido cerca, aunque fuese a través de la mentira del teatro. No hemos ganado mucho dinero. Hemos ganado poco.

Hemos ganado casi nada, confiesa en un momento de la charla Petra Martínez, pero han sido unos viajes maravillosos. Y aunque su carrera en el cine no haya sido todo lo extensa que nos hubiera gustado ver, haberlas haylas. Empezó con una película con Adolfo Marsillach, quien contrató al grupo Tábano, en el que ella estaba, para participar. Fue hace mucho tiempo, y desde entonces, pocas, peo estupendas películas con Petra Martínez en ellas.

La última,  La vida era eso, que puede verse y disfrutarse en salas aún, que le ha dado muchas alegrías y de momento, por lo menos, el premio de Sevilla. Pero Petra Martínez sabe que eso de los premios es algo muy complicado, con tantas buenas actrices compitiendo. Pero síque valen los premios, sobre todo, dice con sorna “hasta tu familia te valora más”.