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Un genio del flamenco

Enrique Morente, nacido para la revolución

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Enrique Morente canta letras de poetas

Antes de que Enrique Morente comenzara a cantar letras de poetas conocidos como Lorca, Alberti o San Juan de la Cruz,  en el flamenco las letras solían ser bastante parecidas, siempre de origen popular y sin autor identificado. Quizá por mi especial interés en la palabra, este fue el primer hallazgo que a mí me empezó a dar la dimensión de lo que verdaderamente fue Enrique Morente: el flamenco más revolucionario de la historia.

Sus tres hijos, EstrellaSoleáy Kiki herederos de su arte y amor por la música, nos muestran en este documental de Imprescindibles hechos tan sorprendentes como que su padre inició ya este camino de la poesía culta en 1967 con su disco sobre Miguel Hernández,  al que cantó un año antes de que lo hiciera Joan Manuel Serrat.

Enrique Morente canta letras de poetas

Adentrarse en el mundo de Enrique Morente, el de su familia y amigos, ha sido un camino lleno de sorpresas, de arte, de belleza y también de dolor -por qué no decirlo-, ya que su muerte inesperada hace once años todavía sigue doliendo muchísimo a quienes más le querían. Aparte de en la bondad y en el sentido del humor del cantaor, en lo que todos los entrevistados coinciden -Fernando Trueba, Tomatito, Juan Diego, José Sánchez-Montes- era en su capacidad para sorprender a los demás y a sí mismo; era un hombre movido por una curiosidad insaciable, que además no remitía con el tiempo, sino que se acrecentaba con los años.

Los amigos de Enrique Morente hablan en Imprescindibles

Otra sorpresa en el camino fue descubrir su empeño en los años 70 en que los jóvenes universitarios conocieran el flamenco auténtico, bien alejado de ese folclorismo que fue promovido por el franquismo y que de alguna forma desprestigiaba el cante jondo entre las élites culturales. De los colegios mayores, acabó pasando incluso a las salas roqueras como la madrileña de Revólver,  donde seguramente ya iba cogiendo forma en su mente algunos sonidos verdaderamente rompedores que llegarían unos años después.

El nuevo flamenco de Enrique Morente

Desde muy temprano, una vez que dominó con maestría cada palo flamenco, comenzó a jugar y experimentar con sus ritmos, algo que es bien audible en los discos Despegando o Sacromonte. Esa exploración le llevó incluso a indagar en las raíces árabes con su participación en el espectáculo Macama Jonda y con otras colaboraciones con músicos del otro lado del estrecho.

Omega, su obra cumbre

A veces miraba al pasado, pero la mayoría, al futuro. Así lo demuestra la concepción del disco Omega, considerado por muchos uno de los mejores discos españoles de la historia y obra cumbre de Enrique Morente. En él combinó con asombrosa audacia el flamenco, con Federico García Lorca,  Leonard Cohen y el rock de la banda granadina Lagartija Nick. Este éxito le acabaría conduciendo a nuevas e impensables colaboraciones como las que llevó a cabo con los jazzistas Pat Metheny Max Roach o con la banda neoyorquina Sonic Youth.

Antonio Orozco habla sobre el flamenco de Enrique Morente

Prefiero el caos y la hecatombe a la mediocridad

En la carrera de Enrique Morente hubo muchos más hitos que resultarían muy largos de enumerar y que más que un documental necesitarían de una serie. Por cualquiera de ellos habría merecido pasar a la historia y ser un “imprescindible”; por todos ellos juntos me atrevería a proclamar que es una de las figuras principales de toda la cultura española del siglo XX. Al talento innato, unió un valor y una audacia absolutamente fuera de lo común. Lo dejó claro con una de sus frases más célebres y que da inicio al documental: “prefiero el caos y la hecatombe a la mediocridad”. Afortunadamente, no alcanzó ni una ni otra, sino la excepcionalidad más hermosa e inspiradora.